El pasado 3 de septiembre Ricardo Darín y Andrea Pietra volvieron a la escena teatral española con Escenas de la vida conyugal, la obra maestra de Ingmar Bergman, bajo la dirección de Norma Aleandro. Con más de 700 funciones a la espalda y después de conquistar a más de un millón de espectadores, regresan para revivir esta historia íntima, emocionante y profunda. Después de su paso por el Teatro Rialto de Madrid, realizarán una gira por distintas ciudades de España. Se representa hasta el 5 de octubre en el Teatro Rialto de Madrid.



Escenas de la vida conyugal

Crítica de 'Escenas de la vida conyugal'

Ficha Técnica

Título: Escenas de la vida conyugal
Título original: Scener ur ett äktenskap

Reparto:
Ricardo Darín (Juan)
Andrea Pietra (Mariana)

Duración: 105 min. apróx.
Dirección: Norma Aleandro
Versión: Fernando Masllorens y Federico González del Pino
Autoría original: Ingmar Bergman
Producción: DG Entertainment SA, colabora Teatriming SRL

Tráiler de 'Escenas de la vida conyugal'

Sinopsis de 'Escenas de la vida conyugal'

Escenas de la vida conyugal nos presenta a Juan y Mariana (Darín y Pietra), una pareja que vive distintos episodios en las distintas etapas de su matrimonio, y que continúan después de su divorcio. Escenas cotidianas, divertidas o dramáticas que siempre resaltan las condición humana.

Todas ellas con una fuerte presencia del amor y con las que cualquiera puede identificarse. (DANIEL MEJÍAS COMUNICACIÓN). 



Escenas de la vida conyugal
Foto de DG Entertainment

El matrimonio y sus costuras

En 1973 llegó uno de los clásicos por excelencia de la trayectoria profesional de Ingmar Bergman, cuya obra ha logrado influir en el panorama cultural con miniseries y películas. El teatro no se ha quedado al margen, y una de las versiones de mayor éxito es la dirigida por Norma Aleandro, con Ricardo Darín y Andrea Pietra. En esta ocasión, la comedia conquista parte de la trama principal de este drama psicológico, lo que hace que se perciba desde otro punto de vista. En algunos momentos funciona con precisión, regalando la cotidianidad y un espejo ante los espectadores sobre realidades que no están tan lejanas. Por ello, se comprende la intención de darle mayor ligereza con este recurso, el cual logra su cometido en varios momentos sin perder de vista la profundidad de sus personajes y su psique.

A lo largo de Escenas de la vida conyugal se irá desgranando la evolución de esta pareja, llevando a lugares donde los asistentes se quedarán entusiasmados y emocionados ante lo que se plantea. La oscuridad y los matices de cada parte hacen de esta pieza un trabajo profundo, que no cae en clichés de “matrimoniadas”. Con lo cual, es una adaptación a la altura del material original, que deja un poso satisfactorio. Sin embargo, ese tono ligero y jocoso puede convertirse en un arma de doble filo: en ciertas escenas se hubiera aprovechado su potencial si se hubiera indagado por algo más intimista y emocional. En consecuencia, aunque el resultado es notable, se podría haber exprimido más. A pesar de ello, el alma de Bergman se siente en la sala y se queda en la memoria.

DG Entertainment
Foto de DG Entertainment

Una pareja deslumbrante

Uno de los principales motivos por los que Escenas de la vida conyugal es un imprescindible es la interpretación de su dupla: Ricardo Darín y Andrea Pietra. Para comenzar, Darín realiza un trabajo excelso, pulcro, con una naturalidad cautivadora. El actor confirma, una vez más, que es uno de los mejores actores de su generación, cuidando cada detalle - la voz, el gesto, el movimiento... Prueba de ello, es la transición del estado de su personaje en una escena relacionada con el alcohol (magistral). Por su parte, Pietra regala un trabajo sólido, se puede ver que controla a la perfección la obra y se muestra cómplice en todo momento con su compañero. Además, tiene una personalidad genuina, que hace que su Mariana sea totalmente suya. Una química y sinergia magnéticas.

La puesta en escena propone una construcción minimalista que prescinde de artificios grandilocuentes y efectos innecesarios. Todo un acierto. Deposita toda la confianza en sus actores y en los distintos espacios que se van mostrando a lo largo de la obra. Gracias a ello, el espectador asiste como un voyeur que ve a través de la mirilla las vísceras de este matrimonio. La música es pertinente, aunque la composición podría haberse aprovechado más y no usarse como leitmotiv constante, pues a veces puede dar la sensación de generar repetición. El ritmo es pausado, en varios momentos capta la atención completa del público. No obstante, la estructura de ir pasando de escena a escena puede ralentizar el conjunto. En definitiva, una propuesta escénica elegante, sutil y coherente con lo que pretende representar.

Escenas de la vida conyugal
Foto de DG Entertainment

Conclusión

Escenas de la vida conyugal es una versión a la altura de su material original, que introduce la comedia como punto diferencial. El conjunto narrativo explora diversas aristas que emocionan y hacen reflexionar al público. Asimismo, la ligereza aporta ese punto de humor, aunque a veces le pase factura como arma de doble filo. Ricardo Darín y Andrea Pietra están excelentes, un trabajo conjunto brillante. Impolutos. La puesta en escena, minimalista y precisa, es un acierto. Ofrece una construcción más teatral que funciona y captura la personalidad de la obra. Los clásicos contemporáneos siguen siendo de gran interés y adaptaciones como esta reman a favor de que no se pierdan.

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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
escenas-de-la-vida-conyugal-critica-teatroUna versión a la altura de su material original, que introduce la comedia como punto diferencial. El conjunto narrativo explora diversas aristas que emocionan y hacen reflexionar al público. Asimismo, la ligereza aporta ese punto de humor, aunque a veces le pase factura como arma de doble filo. Ricardo Darín y Andrea Pietra están excelentes, un trabajo conjunto brillante. Impolutos. La puesta en escena, minimalista y precisa, es un acierto. Ofrece una construcción más teatral que funciona y captura la personalidad de la obra. Los clásicos contemporáneos siguen siendo de gran interés y adaptaciones como esta reman a favor de que no se pierdan.

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