Teatro Quique San Francisco celebra el estreno de Amarte es un trabajo sucio (pero alguien tiene que hacerlo) el 23 de marzo. Esta obra escrita y dirigida por Íñigo Guardamino, cuenta con un reparto de lujo, formado por Álex Villazán, Belén Ponce de León, José Emilio Vera y Katia Borlado. Amor, precariedad y riders se combinan en esta comedia sobre la lucha y la romantización de lo precario. Estará hasta el 23 de abril en cartel.
Estreno de 'Amarte es un trabajo sucio (pero alguien tiene que hacerlo)'
Íñigo Guardamino regresa a la cartelera madrileña para presentar el estreno absoluto de su última creación, Amarte es un trabajo sucio (pero alguien tiene que hacerlo). El espectáculo podrá verse en el Teatro Quique San Francisco durante un mes, del 23 de marzo al 23 de abril. La obra, protagonizada por Álex Villazán, Belén Ponce de León, José Emilio Vera y Katia Borlado, es una comedia oscura que habla de la lucha por ser alguien y de la nueva economía “colaborativa”, que ha venido para quedarse con su precariedad de rostro amable. Las entradas para Amarte es un trabajo sucio (pero alguien tiene que hacerlo) están ya disponibles a través de la página web oficial del teatro www.teatroquiquesanfrancisco.com.
El espectáculo está protagonizado por David, un veinteañero que, a falta de horizontes laborales, empieza a trabajar como rider en la popular empresa de entregas a domicilio Hermess. En el trabajo va a tener que vérselas con su jefe invisible, el algoritmo, y entrará en la familia disfuncional de repartidores, encabezada por Samu, un rider veterano y evangélico. Entretanto, tiene que lidiar con una relación líquido-festiva con Marta, su pareja, y hacer equipo con Luisa, su madre, tan experta en sacar adelante a su familia sola como en dibujar cadáveres al carboncillo. En este nuevo y deshumanizado entorno laboral, David tendrá que descubrir lo que quiere hacer con su vida, si sus condiciones de trabajo no acaban con él antes.
Sistema "colaborativo"
En palabras del dramaturgo y director de escena: “Mi idea, además de contar una historia que deleite, entretenga y lo que quiera que sea que haga una historia, era hablar de la economía colaborativa en su versión más siniestra. Lo de “colaborativa” es un doble lenguaje digno de Orwell, ya que la relación entre trabajador y empleador dista mucho de ser de iguales o de mutuo beneficio. Esta nueva economía se vende como cool o disruptiva y escatima en cosas tan antiguas y aburridas como la estabilidad laboral o la protección social. Aparentemente, ahora no es el bienestar del trabajador sino el del consumidor el que se tiene en cuenta”.
Y continúa: “Pero claro, no hay oferta sin demanda, sin esa “necesidad” de satisfacer de la gente que pide, muchas veces por pereza, por aspiración o por los horarios imposibles de nuestra forma de vida. Ese famoso “aquí y ahora” o “porque yo lo valgo” que hace que seamos incapaces de hacer algo tan heroico como bajar al súper y exijamos en muchos casos entregas en media hora, en fin de semana o con condiciones climatológicas complicadas cuando, realmente, esa urgencia no existe. Parece que estamos entregados a esta nueva forma de consumir y de ser, porque ya todo es una misma cosa. ¿Por qué nos comportamos así? ¿Podremos parar esto? ¿Queremos? Estas son algunas de las preguntas que queremos hacer con este espectáculo”.
No te pierdas el estreno de Amarte es un trabajo sucio (pero alguien tiene que hacerlo) el 23 de marzo en el Teatro Quique San Francisco.
FUENTE THE OFFICE COMUNICACIÓN
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