Gunda es la última obra del maestro documentalista Viktor Kossakovsky. Su filmografía es un catálogo de experiencias únicas e intensas que han contribuido a la evolución del documental contemporáneo; de ahí que Gunda se aleje de este género, se acerque al cine y sea mucho más que una representación filmada de la realidad.
Una coproducción de Noruega y Estados Unidos dirigida por Viktor Kossakovsky y producida por Joaquín Phoenix. La cinta se estrenó con gran éxito en el Festival Internacional de Cine de Berlín; además, ha sido nominada a mejor documental en los Premios del Cine Europeo y en los Satellite Awards de 2020. Distribuida por Filmin se estrena en cines el 28 de mayo.
Crítica de 'Gunda'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Gunda
Título original: Gunda
Reparto:
Joaquin Phoenix (Narrador)
Año: 2020
Duración: 93 min
País: Noruega
Dirección: Viktor Kasskovsky
Guion: Viktor Kossakovky, Ainara Vera
Fotografía: Viktor Kossakovky, Egil Haskjold Larsen
Género: Documental. Animales
Distribución: Filmin
Tráiler de 'Gunda'
Sinopsis
Un vívido retrato de la vida de Gunda y sus cochinillos que nos devuelve a la pureza del cine de los orígenes. Un film visionario de Victor Kossakovsky.
Gunda es la protagonista de este documental en blanco y negro. Cuida de sus hijos, los acompaña en sus descubrimientos y se toma un pequeño respiro para recuperar la energía. Se acerca curiosa a la cámara. ¿Sabe cuál será su destino? ¿Qué es lo que estará pensando? ¿Qué pensará de nosotros? Gunda es una de los varios centenares de millones de cerdos que habitan el planeta junto con más de 20 mil millones de pollos. Están jugando en el barro, espantando a las moscas o buscando gusanos, todos ellos son héroes.
Una experiencia sensorial sin filtros que nos traslada a una granja para seguir las vidas de los animales que la habitan. El cineasta Victor Kossakovsky nos invita a bajar el ritmo y a sumergirnos en un entorno idílico, en un potente blanco y negro, sin diálogos ni interferencias. Desde una nueva perspectiva, nos hace meditar sobre la misteriosa conciencia animal, hecho que como sociedad hemos decidido ignorar para evitarnos dilemas difíciles de digerir. Producida por Joaquin Phoenix y estrenada en la Berlinale. (Filmin)
Dónde se puede ver la película
Gunda no es solo un documental
Lo que hace que este proyecto sea especial -más que raro- es su puesta en escena. Gunda no sigue un hilo narrativo clásico ni tampoco cuenta con ningún comentario vocal o textual. Al mismo tiempo, sí que percibimos un uso continuo del sonido procesado, potenciando ruidos muy concretos. El tratamiento del sonido, efectuado de manera brillante, crea una burbuja donde sobresalen los gruñidos, bramidos, crujidos…, que consigue encarnar formalmente la reflexión ética que conlleva.
Destaca cómo una pequeña finca se transforma en un oasis natural (o en una prisión) y, sobre todo, cómo un elegante y potente blanco y negro confiere a las imágenes una atmósfera hipnótica y casi espiritual.
La cámara de Viktor
Kossakovsky sigue la vida diaria de una cerda, Gunda, de dos vacas y de un pollo de una pierna. La cámara se mueve lentamente siguiendo el ritmo de la vida animal, filmando un cuadro en el que nunca se contempla la presencia humana. La naturaleza parece ser el centro de la narrativa, pero en realidad no hay nada rural: el director crea un espacio onírico gracias al uso impecable de la luz que logra superar la dicotomía de oposición entre persona y animal; predominan las secuencias largas y los primeros planos, recreándose en los detalles más pequeños y a la vez más bellos.
Animalismo
Habitualmente, la forma de abordar el movimiento de liberación animal en el mundo audiovisual es a través de vídeos que incomoden al espectador; las imágenes de animales apilados son tan abundantes como la cantidad de obras de este tipo. Gunda ofrece un punto de vista original y apasionante sobre estos animales y, de la forma más cinematográfica posible, evita la palabrería y deja hablar a las propias imágenes.
Conclusiones de 'Gunda'
Gunda es un ejercicio introspectivo y empático que transciende el mundo animal, registrando la vida de una cerda y sus hijos desde una óptica casi humana. De hecho, el poder de este documental se encuentra al trasladar las imágenes a otra dimensión, más transcendental, terriblemente viva y, es extraño decirlo, humana. El objetivo de Kossakovsky es oponer la ternura y la dignidad de los animales a la intrusión y la arrogancia de la humanidad.
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