"Gypsy": La reina del Burlesque

Gypsy es la historia definitiva sobre una ambiciosa “madre del artista” que lucha por el éxito de sus hijas, mientras secretamente anhela el suyo propio. Basado libremente en las memorias de la artista de burlesque Gypsy Rose Lee, su trama central gira en torno al personaje de Rose, la madre de Gypsy, una mujer implacable que busca convertir a sus hijas en estrellas del vodevil a cualquier precio.

Inspirado libremente en la América de los años veinte y treinta, cuando el vodevil y el burlesque nacieron, este musical de referencia de Arthur Laurents explora el mundo del espectáculo con humor, corazón y sofisticación. (TEATRO DEL SOHO CAIXABANK). 

Burlesque

Gypsy Rose Lee está considerada como la reina del Burlesque, un tipo de espectáculo en el cual se entremezcla la parodia, la burla y, por supuesto, mujeres ligeras de ropa.

Era tan sólo una niña de apenas 15 años cuando las circunstancias, o quizás deberíamos decir, su madre, la empujaron a ostentar tan merecido título. Fue una artista elegante, ingeniosa y graciosa. Sus juegos sobre el escenario, quitándose algunas prendas mientras hablaba haciendo reír al público la hicieron diferente al resto de artistas, que resultaban ordinarias y chabacanas.

Aunque no triunfó como actriz en ninguna de las doce películas que interpretó, se convirtió en una excelente escritora. Precisamente, su autobiografía, basada y centrada en la figura de su madre, Rose Thompson Hovick, alcanzó un éxito increíble. Poco después, el compositor de teatro Stephen Sondheim escribiría los temas para el musical homónimo que arrasó en Broadway en 1959.

Se codeó con artistas de la talla de Picasso, Marc Chagall, Dorothea Tanning...de los cuales conservaba obras en su casa, seguramente regaladas por ellos mismos.

Madre no hay más que una

Y Marta Ribera, tampoco. Su magnífica personificación de Rose, la madre de Gypsy y June, va mostrando el lado más oscuro de ese complejo personaje a medida que avanza la obra. Comienza despertando cierta simpatía por el carisma y obstinación que caracterizaban a aquella madre tan peculiar, para ir creciendo y transformándose hasta convertirse en un animal despechado, profundamente herido.

Sus poco ortodoxas maneras de tratar a sus hijas, simples objetos con los que conseguir el ansiado éxito sobre los escenarios, delatan un profundo egoísmo ególatra, aunque fuera disfrazado de entrega y amor hacia ellas.

Sus ridículos números musicales, que creaba tras haberlos soñado y con los que recorrieron algunos teatros norteamericanos, no permitían crecer a sus intérpretes. Algo verdaderamente descabellado. Debían aparentar que seguían siendo niños, a pesar del transcurso de los años. Y no únicamente sus hijas, sino también un grupo de chavales de la calle que "adoptó" para sus fines.

Corazón gitano

Louise, interpretada por una maravillosa Lydia Fairén es el patito feo de las dos hijas de Rose, quien sin embargo, demostrará su sincero cariño y completo sometimiento hacia los requerimientos de su progenitora. Su habilidad para leer la mano, para augurar el futuro, es por la que será llamada de esa manera la joven Gypsy .

Siendo una ingenua y poco instruida adolescente, ya que aquella vida nómada no permitía que asistieran ni ella ni su hermana June a la escuela, tendrá que afrontar una difícil y comprometida situación. Demostrará tener agallas en aquel antro de espectáculo Burlesque y salir airosa de tal brete.

Allí conocerá a varias mujeres de dudosa reputación que la ayudarán a reconocer lo que no quiere llegar a convertirse. Así, su peculiar personalidad será la nota distintiva en aquel mundo de los bajos fondos. Marta Valverde (Mazzepa) y Carmen Conesa (Tessi Tura), ambas extraordinarias, se ponen en la piel de dos mujeres, ya maduras, que llevan toda la vida vendiendo su cuerpo.

Trabajo en equipo

También son dignos de mencionar los trabajos de Laia Prats (June) y Carlos Seguí (Herbi) en sus papeles de hermana de Gypsy y pareja de Rose, respectivamente. Aaron Cobos (Tulsa) demuestra de nuevo sus grandes dotes de cantante y bailarín, como ya hizo en anteriores musicales dirigidos por Antonio Banderas.

Pero, detrás de todos ellos, incluido el resto del reparto formado en total por 30 artistas, se vislumbra el acertado trabajo de otras muchas personas. De la coreografía, Borja Rueda; de la escenografía, Alejandro Andújar; de la iluminación, del sonido y demás equipo creativo.

Sobre el escenario, una plataforma giratoria facilita el movimiento de los intérpretes y, sobre todo, el cambio de ambientes que se suceden durante la trama. Unos enormes velos, a modo de telones, trasladan a aquellos años 30 en los que se inspira la obra.

Conclusión

Gypsy comienza flojo, tal y como fueron los números musicales creados por Rose Thompson Hovick, la indudable protagonista. Una mujer sin formación ni escrúpulos a la hora de conseguir el éxito sobre los escenarios, usando a sus hijas bajo el pretexto de convertirlas en estrellas.

Sin embargo, el magnífico segundo acto resucita a la obra y a los espectadores, gracias a la excelente muestra de lo que fue el Burlesque de los 50. Una combinación perfecta de picardía y saber hacer de todo el elenco.

Una arriesgada apuesta de más de tres horas de duración por parte de su director, Antonio Banderas. Su amor por el teatro y más concretamente por los musicales de los 50 en Broadway, queda patente una vez más.

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