La mejor forma de entender lo mucho que se ha explotado la figura del hombre lobo es que, en Filmaffinity, tiene su propia página como género. Desde los años 30 y 40, con películas como El hombre lobo (George Waggner, 1941), hasta sus apariciones en sagas como Harry Potter o Crepúsculo, pasando por mil películas en solitario e incluso por una canción de La Unión, el licántropo es algo que conocemos bien. Ahora, Leigh Whannell, que ya se encargó de meter mano a otro monstruo mítico en El hombre invisible (2020), viene a añadir otra entrada más a esa ya extensa categoría de Filmaffinity. El problema de su Hombre lobo es que, realmente, no aporta mucho más que eso. Estreno en salas de cine españolas el 17 de enero de 2024.
Crítica de 'Hombre lobo'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Hombre lobo
Título original: Wolfman / Wolf Man
Reparto:
Christopher Abbott (Blake)
Julia Garner (Charlotte)
Sam Jaeger (Grady)
Matilda Firth (Ginger)
Ben Prendergast (Grady Lobo)
Benedict Hardie (Derek)
Milo Cawthorne (Hombre)
Zac Chandler (Blake de joven)
Año: 2025
Duración: 103 min.
País: Estados Unidos
Director: Leigh Whannell
Guion: Leigh Whannell, Corbett Tuck, Rebecca Angelo, Lauren Schuker Blum
Fotografía: Stefan Duscio
Música: Benjamin Wallfisch
Género: Terror
Distribuidor: Universal Pictures International Spain
Tráiler de 'Hombre lobo'
Sinopsis
Blake es un hombre casado y padre de familia residente en San Francisco que hereda la remota casa donde creció en una zona rural de Oregón tras la desaparición de su propio padre, dado por muerto. En plena crisis de pareja con su enérgica esposa Charlotte, Blake la convence para tomarse un descanso de la gran ciudad y visitar la propiedad con su hija Ginger.
Todo se tuerce cuando, de camino a la granja y en plena noche, la familia sufre el brutal ataque de un animal al que no consiguen ver y, en un intento desesperado por huir, se atrincheran dentro de la casa mientras la criatura merodea por la zona. Pero, con el paso de las horas, Blake comienza a comportarse de un modo extraño y a convertirse en algo irreconocible, y Charlotte se verá obligada a decidir si esa monstruosidad es más letal que el peligro que acecha en el exterior. (Universal Pictures International Spain)
Dónde se puede ver la película en streaming
Mucho ruido
Esta nueva versión del licántropo viene con el sello de Blumhouse, pez gordo del cine de terror, y de Universal, ya sin su feliz idea de montar un universo cinematográfico con sus monstruos clásicos. Además, tiene como principal aval su reparto, con dos caras en alza como son Christopher Abbott, al que vimos el año pasado en Pobres criaturas, y Julia Garner, que destacó en Ozark y que este verano aparecerá en The Fantastic Four: First Steps. Junto a ellos, formando el trío con el que pasaremos el 95% de la película, tenemos a la joven Matilda Firth. Todos ellos interpretan a una familia neoyorquina que pasa por un mal momento y que decide ir a Oregón, de donde es originario el personaje de Abbott, a pasar unos días.
Hombre lobo juega, durante su primer tercio, a generar simpatía por esta familia para que, cuando llegue la transformación que da nombre a la peli, su impacto emocional sea mayor. Pese a que empieza bien, con una amable secuencia de Blake (Christopher Abbott) y su hija por las calles de Nueva York, el guion no tarda mucho en irse a clichés, y en insistir con ideas que son bastante forzadas, como la “lectura mental” que practican padre e hija, pero que tiene que subrayar para ser usadas luego. Esta espiral de lugares comunes va cada vez a más, y el viaje aparentemente feliz en seguida se llena de secundarios misteriosos, bosques oscuros y conveniencias (móviles sin cobertura, carreteras cortadas, conducción nocturna…).
Pocas nueces
Pero esta no es la parte por la que la gente ha pagado la entrada. Si alguien va a ver Hombre lobo es porque quiere eso, ver un hombre que se transforma en lobo, y es ahí donde realmente hay que poner nota a Leigh Whannell. No creo que sea spoiler decir que es el personaje de Christopher Abbott el que sufre este proceso. Está en los trailers y no se ha ocultado. Precisamente hablando de no ocultar cosas, esto es algo que Hombre lobo no para de hacer. Desde que el personaje de Blake es mordido, en unas circunstancias que no voy a contar, uno sabe en todo momento qué va a ocurrir. No hay sorpresas, no hay grandes giros, sólo hay un hombre transformándose mientras que su familia no entiende algo que, nosotros como espectadores, sabemos perfectamente de qué va.
Precisamente ese acaba siendo el mayor fallo de Leigh Whannell: la previsibilidad. Hombre lobo no aporta demasiado a lo que ya conocemos, o al menos no lo hace de forma decidida. A lo largo de sus, demos gracias, 100 minutos, se intuyen ideas y temas interesantes, como la visión subjetiva del licántropo o la incomunicación con sus seres queridos, y el proceso de transformación, lento y progresivo, tiene momentos impactantes, pero la historia no consigue superar esa tendencia al cliché. Se nota aquí el bagaje de Whannell como director, ligado al terror más comercial, y de Blumhouse como productora, inundando la película de jumpscares, decisiones incomprensibles y, esto es algo inesperado, un ritmo algo aburrido durante la primera hora. Una vez completada la transformación, todo lo potencialmente interesante desaparece y asistimos a alguna revelación que se intuye desde el minuto 15 y a un final simplón y descafeinado.
Conclusión de 'Hombre lobo'
En resumen, Hombre lobo no aporta nada demasiado interesante a una historia que ya hemos visto muchas veces. Tiene alguna buena idea, y el proceso de degradación de su personaje está logrado, pero el guion está lleno de clichés, es previsible y desemboca en un final bastante poco satisfactorio.
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