El pasado 17 de agosto se estrenó en Madrid Homenaje a los Álvarez Quintero, obra que celebra el 150º aniversario del nacimiento de Serafín Álvarez Quintero. Después de su éxito en Sevilla, esta producción representa cinco sainetes de los conocidos dramaturgos de Utrera. Con dirección de Alfonso Sánchez, está protagonizada por el propio Sánchez, Antonia Gómez, Alberto López y Carmen Canivell. Se podrá disfrutar hasta el 11 de septiembre en el Patio Galileo, dentro del Teatro Quique San Francisco.



Homenaje a los Álvarez Quintero en el Teatro Quique San Francisco

Crítica de 'Homenaje a los Álvarez Quintero'

Ficha Técnica

Título: Homenaje a los Álvarez Quintero
Título original: Homenaje a los Álvarez Quintero

Reparto:
Alfonso Sánchez
Alberto López
Carmen Canivell
Antonia Gómez Grande

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: Alfonso Sánchez
Dramaturgia: Serafín y Joaquín Álvarez Quintero
Escenografía: Pepe Távora
Diseño de vestuario:
Pilar Rubio Designer
Jefa de vestuario:
Consuelo Justo Bahamonde
Dirección de producción:
María Cancio
Producción: MundoFicción Producciones
Distribución: SEDA

Adelanto de 'Homenaje a los Álvarez Quintero'

Sinopsis de 'Homenaje a los Álvarez Quintero'

Homenaje a los Álvarez Quintero celebra los 150 años del nacimiento de Serafín Álvarez Quintero. Y no queremos dejar pasar esta ocasión para rendirles, orgullosos, el mejor de los homenajes posibles: volver a representar en circuitos profesionales algunas de sus piezas más carismáticas y poner en valor la calidad de sus textos.

Una visión con el foco puesto en el ternurismo y en lo melodramático, que ofrece un retrato idealizado, divertido y amable de una tierra como Andalucía, que tan bien conocían.

La alegría de vivir salvó el teatro de los Quintero de implacables críticos de la época, como Ramón Pérez de Ayala, Azorín y Luis Cernuda.

Sus textos llenos de ritmo y personajes carismáticos nos brindan en este merecido homenaje, un encuentro especial con el espectador, ya que sus sainetes demuestran la maestría de sus autores y su profundo respeto por el público. (TEATRO QUIQUE SAN FRANCISCO). 



Homenaje a los Álvarez Quintero
Foto de MundoFicción Producciones

El legado histórico

Alfonso Sánchez dirige Homenaje a los Álvarez Quintero, una obra teatral que representa cinco sainetes de los conocidos dramaturgos utreranos. Figuras indiscutibles de la historia teatral nacional, este espectáculo reúne en clave de comedia una parte de su obra para despertar las risas en los espectadores. A pesar de ser relatos que se contextualizan en una época muy distinta a la actual, han sabido obtener la frescura y el atino de los aires contemporáneos. Por tanto, los temas que se abordan llevan a ese esperpento humano que provoca carcajadas, pero que al mismo tiempo sigue siendo universales y actuales. Con lo cual, es un espejo exagerado del comportamiento humano, lo que hace que sea totalmente cercano y accesible para el público. Cada una de las piezas elegidas reflexiona sobre las relaciones humanas, en ese estilo tan personal que encumbró a los famosos hermanos.

En ocasiones es difícil lograr que los clásicos sigan conectando con el imaginario y el pensar de los tiempos modernos. Sin embargo, con esta obra han conseguido que se produzca de una forma muy natural y orgánica, lo que expone la necesidad de seguir recordando y representando a aquellas figuras destacadas del rico legado histórico que tiene España. Asimismo, se valora que den voz a autores que, a pesar de su importancia, pueda que no sean tan reconocibles como otros nombres, lo que también aporta ese punto didáctico. Por otra parte, las transiciones entre los distintos sainetes, viene precedido por una presentación que permite por unos momentos ver la figura de lo que podría ser cualquiera de los dos hermanos Álvarez Quintero. Este detalle, sin duda, guarda un respeto sutil y muy bien elegido, mejorando el resultado en conjunto de la pieza.

MundoFicción Producciones
Foto de MundoFicción Producciones

Cercanos y en sintonía

Una de las difíciles tareas de Homenaje a los Álvarez Quintero era llevar la gracia andaluza mediante un retrato que reivindicara la comedia y el buen hacer de la idiosincrasia de estas tierras. Sin embargo, podría caer en el estereotipo, pero no sucede así. El reparto elegido ha sabido transmitir esa exaltación de la alegría de vivir de sus personajes, lo que indica el buen hacer del trabajo grupal dramático. En primer lugar, Alfonso Sánchez tiene ese aire campechano, que se une a una ternura innata, que no deja pasar para transformarlo en picardía. Ese lenguaje corporal y facial le permite entrar al juego fácilmente, lo que logra que el espectador disfrute viéndole realizar su labor sobre la escena. Después, Antonia Gómez Grande sabe por donde pisa, capta a la perfección lo que le demandan sus personajes y lo entrega con una verdad que hace que la comedia se eleve.

Alberto López vuelve a cumplir con esa profesionalidad que le ha permitido, junto a Sánchez, ser uno de los artistas más reconocidos de Andalucía, con el dúo de los Compadres. En esta ocasión, vuelve a ser un maremoto de dinamismo, a la par que sabe medir en qué momentos es mejor utilizar una mirada bien planteada, que solo utilizar el parlamento como expresión. Además, es innegable su valía para el humor, lo que hace que sea un intérprete perfecto para este tipo de sainetes. Por último, Carmen Canivell triunfa por el desparpajo y un carisma muy efectivos. Gracias a ello, controla un salero que brilla sobre las tablas, así como la facilidad que tiene para conectar con los espectadores. Esa familiaridad termina por redondear su interpretación. Únicamente, debería intentar no mirar tan directamente al público, dado que da la impresión de estar pendiente de ello.

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La gracia del sainete y la magia del directo

Uno de los aspectos más positivos de Homenaje a los Álvarez Quintero es la puesta en escena, la cual no solo se limita a lo que se ve sobre el escenario, sino que se expande incluso a lo que hay tras bambalinas. Por tanto, se dividen dos espacios: el principal, lugar de representación de los sainetes y el detrás del escenario, donde también se puede disfrutar de la preparación y transformación de los actores para los distintos sainetes. De esta manera, adquiere un dinamismo absoluto, que dota de vida a la obra en todo momento. Por otra parte, la escenografía principal se va transformando según el contexto de cada historia, no manteniéndose estática. Por ende, el público disfruta de una metamorfosis continua, dando su espacio a cada sainete. Como detalle, las transiciones se hacen a cara descubierta, con interacción con el público y es todo un acierto.

El ritmo de la producción es loable, es una buena selección, que erige una coherencia y una fluidez certeras. Únicamente, de cara al último sainete, puede ser que los asistentes estén algo menos receptivos que con los otros cuatro. Aun así, en su conjunto, el resultado es más que notable, una sorpresa, dado que esa comedia puramente cañí puede ser, en ocasiones, un arma de doble filo. Por ello, se aplaude que hayan sabido sacarle partido. El hilo musical es apropiado, con canciones que llevan a esa atmósfera folclórica, aunque habría que intentar medir los volúmenes, dado que están algo altos. Para terminar, el vestuario diseñado es pertinente y sigue en sintonía con el sello de identidad de la propuesta. Junto a ello, la selección de objetos en los que se apoyan los actores, también se convierten en un punto a favor.

Homenaje a los Álvarez Quintero
Foto de MundoFicción Producciones

Conclusión

Homenaje a los Álvarez Quintero es un espectáculo a la altura de los autores a los que hace referencia. Así, mediante cinco sainetes, logra cubrir de risas y carcajadas el patio de butacas, al mismo tiempo que reivindica el legado histórico de estos dramaturgos. También se valora que hayan sabido convertirlo en una exaltación de la comedia andaluza sin caer en el estereotipo de palmas y flamencas, sino que hay más enjundia que ello. Después, el reparto está en estado de gracia, exprimiendo todo el potencial de sus personajes y disfrutando sobre el escenario. Por otra parte, la puesta en escena se mantiene viva en todo momento y con una coherencia artísticamente plausible. Los de Utrera reviven en este montaje, siendo una composición llena de gracia y alegría de vivir, que termina por seducir a los asistentes que vienen a disfrutar.

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