Honeymoon es la nueva película del director gallego Enrique Otero (Cebrinsky), autor también del guion junto a Robert G. Méndez. Una cinta difícil de clasificar, aunque con predominancia del drama, sobre una matrimonio roto que tiene que buscar los medios para repatriar el cadáver de su hijo. Un niño que ha muerto a miles de kilómetros, en Estados Unidos, mientras visitaba a sus abuelos.
La película está protagonizada por Nathalie Poza (No sé decir adiós), Javier Gutiérrez (La isla mínima), María Vázquez (Matria), Pablo Derqui (Los renglones torcidos de Dios) o la debutante Silvia Zhou. Honeymoon se estrena en cines españoles el 12 de enero de 2024.
Crítica de 'Honeymoon'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Honeymoon
Título original: Honeymoon
Reparto:
Nathalie Poza (Eva)
Javier Gutiérrez (Carlos)
María Vázquez (Rebeca Santos)
Pablo Derqui (Víctor)
Fernando Albizu (Andrés)
Antonio Durán "Morris" (Mario)
Silvia Zhou (Sayaka)
Año: 2023
Duración: 90 min
País: España
Director: Enrique Otero
Guion: Roberto G. Méndez, Enrique Otero
Fotografía: Sergio Franco
Música: Pablo Sanmamed
Género: Drama. Road movie
Distribuidor: Filmax
Tráiler de 'Honeymoon'
Sinopsis
Eva y Carlos son un matrimonio en destrucción, una pareja en ruina. Ya no les une nada, hasta que una circunstancia inesperada les lleva a emprender un viaje geográfico y emocional, con el fin de conseguir dinero para remediar una situación que les ha cambiado la vida... (Filmax)
Dónde se puede ver la película en streaming
Empezando por el final
Honeymoon empieza por el que para muchas películas sería un final inevitable. Es decir, con un matrimonio absolutamente roto. Una pareja que ya no se soporta. No sabemos si alguna vez más que soportarse se quisieron verdaderamente, pero lo que sí sabemos es que ambos comparten un hijo. Un hijo que ha muerto en Estados Unidos. Ya que los dos tienen que juntan como sea el dinero para repatriar su cadáver. Intento muy costoso, se llega a hablar de 25.000€, para una pareja que no tiene un duro.
Por ese motivo, Eva (Nathalie Poza) y Carlos (Javier Gutiérrez) tendrán que volverse creativos para buscar el dinero. ¿Cómo? Tomando sobre la marcha un extraño negocio, puerta a puerta, de venta de cintas de dibujos animados de los 80. De la mano de una niña asiática que se convertirá en su mayor tesoro, ya que la pequeña tiene un talento natural para la rapiña silenciosa. Al tiempo que una inspectora de policía (María Castro) les sigue los pasos. En un inclasificable batiburrillo de géneros, tonos y vueltas de tuerca que, aunque no lo sean, dan la sensación de improvisación.
Cuando los personajes no te cautivan
Quizás uno de los mayores problemas de Honeymoon es la ausencia de empatía que despiertan sus personajes. Está claro que la cinta apuesta por un tono muy seco. No hay casi rastro de emoción. Pero más allá de las intenciones formales, sí se nos presenta a una pareja rota que ha perdido a su hijo pequeño de forma trágica y a miles de kilómetros de distancia. Una pareja que, por si fuera poco, no tiene dinero para pagar la repatriación del cadáver. Enfrentados a casi toda la familia que tienen. Con un jefe que no se sabe ni su nombre, en el caso de él. Si con todas esas circunstancias los personajes no nos generan ningún tipo de respuesta, hay un problema.
Porque más allá de destacar por la rareza de casi todos no hay mucho más de lo que tirar. Tipos con los que no sabes si te tienes que reír o llorar. Habitualmente sin una justificación plausible para sus vidas. Por ejemplo el individuo llamado Mario es algo que no tiene calificativos. Al igual que Andrés, que encuentra el descanso así de repente para utilidad de la pareja protagonista. O Lucía que resulta tener una relación con la inspectora.
En todo momento las secuencias resultan más que poco creíbles. Forzadas por una búsqueda de una masiva originalidad o negrura que nunca se llegan a lograr. Pasando por los géneros sin mucha razón de ser. Siempre, eso sí, luciendo una máxima extrañeza, que no singularidad.
Salvada por los actores y los espacios que la pueblan
Se salva Honeymoon, si se quiere ser indulgente, por la presencia de actores de gran trayectoria. Actores que viendo la película te preguntas cómo aceptaron participar en ella. No te lo explicas, pero asombrosamente la pareja protagonista la forman dos actores de la categoría de Nathalie Poza y Javier Gutiérrez. No es que estén especialmente bien. El tono tampoco les permite destacar demasiado. Pero siempre es agradable verles. Al igual que es grato observar en algunas secuencias a María Vázquez mientras se piensa en lo bien que estaba en Matria. O a Pablo Derqui, aquí de vendedor de coches, en una pretendida elaborada metáfora sobre las apariencias y el vacío emocional.
Aunque la sorpresa te la llevas cuando sale la debutante Silvia Zhou. Una especie de salvaje, más lista que todos ellos. Luego, por ver el vaso medio lleno, mención merecen los lugares que pueblan el metraje. Espacios cutres, de nuevo extraños y ajenos a una adhesión temporal. Desde la piscina-tanatorio de Mario, hasta ese desguace que a tantas películas de crímenes retrotrae. O en general esos moteles atrapados en un tiempo que ni fue mejor, ni fue pasado.
Conclusión "Honeymoon"
En resumen, no se puede recomendar Honeymoon habiendo tantas cosas por ahí interesantes para ver. La historia es tan rara y la forma de contarla tan chocante que resulta un intento fallido de originalidad. Ni los personajes te conmueven, cuando en teoría deberían por la tragedia que es sus vidas. Recuerdo que está protagonizada por un matrimonio roto que tiene que buscar el dinero para repatriar el cadáver de su joven hijo. Ni la forma se embebe del vértigo y ritmo necesario para pegarte a la pantalla. Simplemente, si se quiere ser generosa, puede ser salvada por la innegable calidad de su reparto. Con nombres como los de Nathalie Poza, Javier Gutiérrez o María Vázquez. Así como por los inclasificables espacios que pueblan sus secuencias. Raros y rebuscados a no más poder.
Reportaje de Honeymoon en Días de Cine TVE
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