Desde Cinemagavia, hemos tenido el inmenso placer de charlar con Inés Kerzan; una de las actrices más talentosas del panorama teatral. Junto a Ramón Paso y la compañía PasoAzorín Teatro, ha estrenado recientemente un nuevo montaje teatral llamado Sigue a la liebre blanca; obra teatral, de la que tenéis crítica AQUÍ. A lo largo de esta entrevista, Kerzan nos habla de dicha obra, de lo que supone un reto como esté para una actriz o sobre la valentía que tiene que venir implícita en el arte, entre otras cuestiones. Se puede disfrutar en el Teatro Lara.
Resumen
Entrevista a Inés Kerzan
Daniel Jiménez / Cinemagavia: ¿Cómo fue enfrentarte a este texto dramático tan potente y con tanta carga emotiva? ¿Es uno de los textos que más te han trastocado como actriz?
Inés Kerzan: A mí siempre los textos de Ramón me llegan muchísimo, debido a que escribe con una mezcla de sensibilidad y crudeza, que hace que me remueva muchas cosas como actriz; aunque diría que el texto de “Sigue a la liebre blanca”, lo ha hecho de especial manera. En realidad, yo lo percibí como una historia de amor compleja y excepcional, como en realidad es el amor con mayúsculas. Recuerdo que desde la primera lectura, había momentos de muchísima sensibilidad por nuestra parte; a mí personalmente, se me llenaban los ojos de lágrimas continuamente y se me retorcía el corazón, cada vez que tenía que volver a sumergirme en la historia. Y esto ocurrió ya desde la primera lectura que hicimos de este texto, la verdad que todo el equipo sentimos una conexión instantánea, porque entre otras cosas este texto de Ramón es absolutamente brillante.
Además, es una obra teatral que hace que te replantees muchas cosas a nivel personal. Durante el proceso de ensayos, yo tenía momentos de estar muy dividida con lo que iba sucediendo a lo largo de la obra; es decir, de pasar de decirme “bueno esto es amor y en el amor todo vale” a “no, no esto está mal” continuamente. Pero es precisamente eso, lo que consigue en el espectador esta obra, que es que te plantees cosas y que te entre la duda, sobre lo que no es correcto y lo que en realidad lo es.
Entrar sin prejuicios
Daniel Jiménez / Cinemagavia: La historia que se cuenta en Sigue a la liebre blanca necesita de una mente abierta, empática y que no se deje llevar por los prejuicios; tanto por parte del espectador, como por parte del elenco de la función. ¿No crees?
Inés Kerzan: Sí, esta historia como actriz no puedes juzgarla desde fuera. Tienes que meterte dentro de ella y dejarte llevar; que en realidad es lo más difícil de un proyecto como este. Una vez llegamos a ese punto, parecía como si todas las piezas fueran encajando la una con la otra, haciendo que todo cobrase el sentido y la sensibilidad que tenía que tener.
Por eso a veces es tan importante dejarse llevar, porque normalmente los actores pensamos demasiado durante los ensayos; cuando debería pensarse, antes y después del ensayo, tal y como nos dice siempre Ramón Paso que hagamos. Como actriz, tienes que entender la situación para poder interpretarla, pero una vez estás encima de un escenario, es el texto el que te debe de llevar; ya que cuando pasa eso, es cuando puedes sentir que eres una con el personaje y donde no cabe la posibilidad de juzgarlo desde fuera.
El propósito del arte
Daniel Jiménez / Cinemagavia: ¿Crees que replantear y poner en duda lo socialmente establecido, debería de ser lo que se persiguiese con más ahínco en el teatro y en el arte general? Porque yo desde luego que al ver esta obra, pensé que eso debería de ser el teatro.
Inés Kerzan: Es que es lo que tú dices, eso debería de ser el teatro, la famosa catarsis de la que siempre hablamos; es decir, que tú vayas a ver una obra de teatro y que te haya cambiado en algo, o simplemente te haya hecho replantearte ciertas cuestiones que hasta ese momento no se te habían pasado por la cabeza. Y al final, es esa la catarsis que consigue esta obra hacer llegar al espectador, porque acabas dándote cuenta que es la historia de dos seres humanos excepcionales, en una situación excepcional.
Daniel Jiménez / Cinemagavia: Había un riesgo real con este montaje ¿No es así?
Inés Kerzan: Es cierto que había un riesgo implícito en este montaje. Es por ello, que considero que es un texto tremendamente valiente, y más teniendo en cuenta los tiempos que corren, donde hay tantísimos prejuicios y tanta cerrazón mental. Me parece que “Sigue a la liebre blanca”, requiere de un espectador inteligente y sensible, para poder entender y empatizar con la historia que cuenta; porque al final, lo que cuenta es lo extraordinario que queremos ver en la ficción.
Futuro del teatro
Daniel Jiménez / Cinemagavia: Como crítico cultural, veo que el teatro está volviéndose cada vez más en un ejercicio de estética, que en un lugar de reflexión artística. ¿Qué piensas al respecto?
Inés Kerzan: Es que hay que distinguir entre arte, entretenimiento y ejercicio estético; donde las tres tienen validez por si mismas en su campo, pero que no deben confundirse. Muchas veces estás viendo algo que te resulta bonito o simplemente divertido, pero te hace salir de la misma forma de la que has entrado al teatro. Hay montajes que carecen de esa profundidad artística y de una idea potente detrás que debería tener toda obra de arte, por lo que al final se quedan en el campo del entretenimiento, y obviamente tiene su validez como tal.
Otras veces también se da que el entretenimiento, va apoyado por un ejercicio estético acorde a las modas, que hace que mucha gente acabe ensalzándolo como una obra de arte, cuando no tiene por qué serlo. Por eso creo que hay que tratar de no confundir esos tres terrenos, que ninguno es mejor o peor que otro, pero que no son lo mismo.
Daniel Jiménez / Cinemagavia: ¿Crees que para hacer arte se necesita de valor?
Inés Kerzan: Yo creo que la valentía es necesaria en la vida, en general. Sí es verdad que el artista acomodado, no llega a ser realmente artista; ya que creo que el arte y la vida, son movimiento y son evolución. Cuando no sales de tu zona de confort eso no ocurre, y para eso efectivamente necesitas armarte de valor. Por lo que sí, creo profundamente que lo primordial para vivir y para hacer arte, es tener valor y atreverte a romper con los límites establecidos. Y a fin de cuentas, uno hace arte tal y como vive; es decir, si eres un cobarde en tu vida, no vas a poder ser un artista valiente.
Sin la familia, por primera vez
Daniel Jiménez / Cinemagavia: Es el primer montaje donde no has compartido escenario con Ángela Peirat y Ana Azorín; tus compañeras dentro de la compañía PasoAzorín, con las que has forjado una relación profesional y personal muy fuerte. ¿Fue raro no tenerlas en esta ocasión?
Inés Kerzan: Desde luego, es que en escena somos un equipo y nos conocemos muy bien, lo que siempre es un apoyo tremendo tenerlas encima de un escenario contigo. Sí que lo he notado mucho en esta ocasión que no las he tenido por primera vez, porque se me hacía algo raro. Yo intentaba afrontarlo como cuando hay ocasiones que estamos juntas en una obra, pero en la que tenemos escenas donde no estamos juntas.
Fue un poco hacer eso, pero en este caso haciéndolo a lo largo de una obra entera (Risas). Después la confianza absoluta que tengo por Ramón Paso y por todo el equipo, me hizo tener ganas de sacar adelante este proyecto. Ha sido un proceso muy bonito el que hemos vivido con “Sigue a la liebre blanca”, porque como te decía antes, todos éramos conscientes de alguna manera de lo especial que era esta historia en particular. No obstante, siempre se echa de menos a las compañeras y a la familia.
Comenzar un nuevo proyecto
Daniel Jiménez / Cinemagavia: ¿Siempre tienes cierto vértigo, a la hora de comenzar un nuevo proyecto teatral?
Inés Kerzan: Siempre, porque creo que si evolucionas nunca deja de pasar; es decir, cada papel y cada proyecto es un reto nuevo. No doy nada por sentado y siempre tengo esa inquietud de seguir aprendiendo de cada proyecto y de cada papel que se presenta en mi carrera profesional.
Siempre es como comenzar la andadura de un camino nuevo, porque si crees o das por hecho que lo sabes todo, te vas a dar de frente con la realidad, tarde o temprano.
Sí pasa que después de tener mucho bagaje dentro de la profesión, que te des cuenta que dispones de algunas herramientas que ya tienes y que puedes usar; aunque al comienzo, siempre es como un lienzo en blanco.
El trabajo actoral
Daniel Jiménez / Cinemagavia: Esta obra cuenta con muchos vaivenes, en donde da la sensación de ser una montaña rusa emocional continua para el espectador. ¿Cómo has trabajado esto a nivel actoral?
Inés Kerzan: Es difícil, porque hay una parte que es un ejercicio de contención; ya que cada escena o cada momento de una obra teatral, necesita de un nivel concreto de emoción. Si te dejas llevar a veces del todo, corres el riesgo de que te pases y que no funcione. No porque te broten las lágrimas una escena es mejor, al revés. Por lo que creo que hay muchos momentos, que son un ejercicio de contención, donde a veces transformo eso en otro sentimiento.
Porque es verdad que la lagrima aflora con facilidad, si se tiene sensibilidad y creo que al público le pasa, pero si solo te quedas ahí, no matizas; es decir, tienes que convertir eso, en otras cosas. Pero desde luego tienes que matizar eso, porque si no quedaría totalmente plana la interpretación, aunque hubiese sentimiento. Y luego, hay una cosa que normalmente nos suele decir Ramón Paso y que me es muy útil, que es intentar contarlo como a toro pasado; es decir, el distanciarte un poco, porque necesitas que el público sea el que esté sintiendo eso. Por lo que o lloras tú o llora el público ¿Sabes?
Papeles complejos y maravillosos
Daniel Jiménez / Cinemagavia: ¿Son papeles que disfrutas especialmente como actriz?
Inés Kerzan: Sí, porque es muy divertido el sumergirte en ese vaivén emocional, que te brindan alguno de estos personajes. A veces en un momento de locura o que desde fuera se percibe como un momento de locura, en realidad hay mucho control.
Y a veces, en un momento que desde fuera se percibe de control absoluto, dentro del actor que está en escena hay caos. Por lo que se trata más sobre las reglas del escenario, que de lo que se está viendo desde fuera muchas veces; ya que el escenario, se rige como por reglas físicas distintas, como si de un espacio mágico se tratase.
El tiempo no se mide igual, ni la fuerza se mide igual encima de un escenario.
Separar lo personal de lo profesional
Daniel Jiménez / Cinemagavia: En papeles tan complejos como el de Belén en Sigue a la liebre blanca, ¿te llega a afectar en lo personal, el hecho de interpretar personajes que exigen de una carga emotiva tan grande?
Inés Kerzan: Lo separo por completo, la verdad. Lo divertido es que no es tu vida, pero en el momento te lo crees de verdad y tú eres lo que está pasando en la obra, y la obra en ese momento es tu vida y tu realidad. Pero para mí, es caer el telón y desaparecer ese estado en el que te ves inmersa durante la función. Luego sí que hay determinadas cosas, que te quedas de algunos personajes que has ido interpretando a lo largo de los años, pero más que arrastrar el lastre emocional de algún personaje a tu vida, son más detalles puntuales con los que te quedas.
Por poner un ejemplo, cuando hicimos “lo que mamá nos ha dejado”, yo interpretaba a un personaje que se llamaba Mar, que era un personaje que tenía un punto así esotérico y espiritual; algo que a mí siempre me ha interesado, todo el tema de las energías y de todo lo relacionado con la espiritualidad. Digamos que ya iba un poco a fin a ese personaje, pero fue en el momento de encarnar ese personaje en ese montaje, cuando empecé a interesarme más por ese tipo de cosas.
Pero en general, la verdad que afortunadamente no suelo arrastrar conmigo el lastre o las complejidades emocionales de los personajes que interpreto. Eso puede pasar más a lo largo de los ensayos que a lo largo de las funciones, porque digamos que hay cosas que se están empezando a colocar dentro de ti y donde llega a fluir de alguna manera cierta emoción.
La magia del teatro
Daniel Jiménez / Cinemagavia: ¿Hay funciones donde pierdes la noción del tiempo, de lo metida que estas en el personaje?
Inés Kerzan: Sí, es muy guay cuando pasa eso. Bien es cierto que no ocurre en todas las funciones, ni ocurre a lo largo de toda la función, pero cuando de verdad tienes una de esas funciones donde desaparece el mundo, es algo verdaderamente mágico; es casi inexplicable, como si te poseyera el personaje y donde tu única realidad haya sido esa historia y ese momento.
Oí a Kenneth Branagh decir que la magia de la interpretación, es cuando el personaje te interpreta a ti; algo que se me ha quedado para siempre grabado en la cabeza, porque es exactamente esa sensación la que tengo como actriz en esas ocasiones. Hay funciones donde no sabes lo que has hecho, en las que realmente mi personaje me ha interpretado; cosa que me sucedió en el estreno de “Sigue a la liebre blanca”, por ejemplo. Luego también te digo que hay funciones, que sabes que está funcionando lo que estás haciendo, pero donde no estás y lo sabes.
¿Liebre o tierra?
Daniel Jiménez / Cinemagavia: ¿Hay funciones donde pierdes la noción del tiempo, de lo metida que estas en el personaje?
Inés Kerzan: Yo en cuanto a mi vida o a elecciones vitales se refiere, no soy nada convencional. Y sí, me he construido una vida que dista mucho de lo convencional, de lo correcto, pero creo que sigue siendo en el lado artístico donde llego a ser más valiente. Bueno, aunque sí siga mi instinto, siempre te queda esa sensación de no llegar a hacerlo lo suficiente ¿sabes? Creo que siempre tenemos un lastre social, que es necesario para relacionarse; es decir, entiendo que tenga que haber límites en ese sentido. No obstante, también es verdad que vivimos en una sociedad donde cada vez nos escuchamos y nos atrevemos menos; y muchas veces, requiere valor ser uno mismo.
En mi caso, es algo en lo que trabajo constantemente. No te diría que lo hago siempre, porque no es para nada fácil, y hay cosas en las que trabajas en cuanto te levantas todas las mañanas. Por eso, creo que una de esas cosas en las que uno tiene que prestar especial atención, es en la de no perder el valor por el camino.
Por otro lado, esto se queda en nada si no hay un trabajo de base; es decir, todo esto de lo que estamos hablando del valor y de perseguir nuestros sueños, tiene que ir sustentando con mucho trabajo detrás. Hay que tener la voluntad de seguir trabajando, porque a fin de cuentas es lo que te lleva a mejorar.
Puedes leer la CRÍTICA de Sigue a la liebre blanca, con Inés Kerzan, pulsando AQUÍ.
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