Olivier Assayas regresa a Irma Vep, film con el que triunfó en 1996, con una miniserie en la que vuelve a ejercer de guionista y director. La ficción se compone de un total de 8 episodios, donde nos presenta el rodaje de una nueva versión de "Los vampiros", clásico de 1915 de Louis Feuillade. En esta ocasión, Alicia Vikander es la encargada de dar vida a Mira, la actriz internacional que llega a la capital francesa para cambiar la dirección de su carrera y protagonizar este proyecto. El Festival de Cine de Cannes 2022 fue el encargado de estrenar la serie, que llega a España de mano de HBO Max desde este 7 de junio.
Mira (Alicia Vikander) es una estrella de cine desengañada tanto por su carrera como por una reciente ruptura. Llega a Francia para encarnar a Irma Vep en una adaptación del clásico francés del cine mudo “Los vampiros”. A medida que avanza el rodaje, Mira se da cuenta de que los límites entre ella misma y el personaje que interpreta comienzan a difuminarse y a fusionarse. “Irma Vep” explora la delgada línea que separa la ficción de la realidad, lo artificial de la veracidad, así como el arte de la vida. (HBO MAX).
Olivier Assayas regresa a uno de los títulos más importantes de su carrera: Irma Vep. En 1996 supuso un éxito para el realizador, convirtiéndose en uno de sus largometrajes icónicos a la hora de hablar de su trayectoria. Más de 25 años después, retoma esta premisa, y homenaje a “Los vampiros” de Louis Feuillade, con un punto de inicio que recuerda a dicho film. Sin embargo, Assayas lo impregna bajo una reflexión muy interesante sobre los entresijos del séptimo arte, así como las vidas personales de los artistas que intervienen en él. Gracias a ello, el espectador se encuentra absorto en las vivencias de Mira, al mismo tiempo que se van desgranando los vestigios del ego del mundo del arte y el propio concepto del significado de hacer cine. Por lo cual, durante ese rodaje se van abriendo debates que hipnotizan al público.
Tanto las tramas de Mira, como los del resto de personajes, se impregnan de una construcción que se aleja de dar pinceladas superficiales. Por lo cual, se aplaude que haya un tratamiento más reposado, donde se puede sentir esa carga emocional y misteriosa en cada una de ellas. Así navega por las diferentes tramas con una conexión muy seductora, viviéndose las distintas relaciones que se formulan de una manera totalmente verosímil y sin perder la coherencia con la historia. Asimismo, hay que destacar la labor de Assayas, ya que no siempre aquello que funcionó antaño, puede volver a sucederse. Por tanto, en esta adaptación, se renueva y ofrece una mirada fresca, que se llena de cercanía en sus personajes, así como la complejidad de indagar sobre el orgullo artístico, las emociones, la razón de hacer cine y hasta de la tentación sentimental.
Una mujer ante el glamour
Alicia Vikander es la encargada de protagonizar Irma Vep, metiéndose en la piel de Mira. En primer lugar, cabe destacar que Vikander se aleja de la protagonista de 1996 para realizar su propia versión y darle una perspectiva personal y única. Con lo cual, no busca ser un trabajo interpretativo referencial, sino que magnetiza con una excelente labor ante la cámara. Esa dicotomía entre realidad y ficción se presenta en su cuerpo, en la manera de expresarlo en escena sin necesidad de apoyarse todo el tiempo en la palabra. Aun así, también cuida la dicción, al igual que la tonalidad de la voz para utilizarlo como recurso artístico. Después, Vincent Macaigne está estupendo como el peculiar y estrambótico René Vidal. Dentro de la seriedad de su personaje, se halla una comedia muy bien confeccionada por un trabajo dramático estupendamente definido.
Vincent Lacoste está brillante como Edmond Lagrange, junto a Vikander, es uno de los intérpretes que más sorprende y atrae al espectador por su impoluto trabajo. En el caso de Lacoste, hay una elegancia muy bien conservada que se combina con ese divinismo que busca su personaje. Una personalidad muy compleja a la hora de llevarla ante la pantalla, ya que se puede caer en el cliché y en la sobreactuación. No obstante, Lacoste lo revuelve y ofrece realismo y credibilidad en todas sus escenas. Por lo cual, demuestra la gran calidad como artista, que ya ha demostrado a lo largo de su carrera. También hay que aplaudir el trabajo de Adria Arjona, Devon Ross, Nora Hamzawi, Hyppolyte Girardot y Lars Eidinger, los cuales elevan todavía más la calidad de la serie. Cada uno de ellos logran que el espectador se quede con sus trabajos en la retina.
Reposada, elegante y sugerente
Uno de los aspectos más destacables de Irma Vep es la manera en la que han apostado por una ficción que se cuece a fuego lento. En un mundo en el que se habitúa a la fabricación de estímulos y al consumo rápido de series, se agradece que haya el riesgo de buscar el reposo ante lo que se está viendo y dar rienda suelta al rito místico entre una ficción y un espectador. Por tanto, en esta serie hay esa energía, deja que los silencios se asienten y no necesita todo el tiempo de la palabra, sino que lo envuelve en un ambiente sugerente. Además, el montaje ha sabido dar espacio a cada una de las parcelas por las que desenvuelve la ficción, lo que muestra un equilibrio eficaz a nivel artístico y narrativo.
No solo se da importancia a esa metaficción cinematográfica, sino que se pueden ver secuencias de “Los vampiros”, en su estado original, introduciéndose las escenas del remake que se está haciendo en la serie. Gracias a esas referencias directa, la serie se envuelve en una carta de amor hacia el cine, cuestionándose los distintos elementos artísticos al mismo tiempo que los ejecuta. Por otro lado, a nivel técnico, la dirección de fotografía apuesta por una suavidad sugestiva, con unas tonalidades que emanan tranquilidad y oscuridad. También hay que aplaudir el trabajo de la dirección de arte, los cuales han seleccionado unas localizaciones muy acertadas, que hacen que se entre de lleno en ese rodaje y en esas vivencias. Asimismo, la confección del vestuario, incluyendo las escenas más cotidianas, terminan por poner la guinda al pastel artístico que hay en la serie.
Conclusión
Irma Vep es un homenaje al cine, a la par que una reflexión en torno a las vivencias personales de las personas que intervienen en el proceso de realizar un proyecto artístico. Gracias a ese guion en el que se deja al espectador dejarse invadir por las relaciones personales, profesionales y enigmáticas de sus protagonistas, se obtiene una ficción muy interesante y atrayente. Asimismo, hay que aplaudir que el ritmo sea pausado, que haya ese halo de misterio y de silencio y no se busque solo la interacción y la acción propia. A nivel interpretativo, unos excelentes Alicia Vikander y Vincent Lacoste lideran un reparto en estado de gracia. Una revisión metaficcional de Assayas, que aprovecha su propio universo artístico para renovar su historia primigenia y seducir al público con ella.
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