El pasado 3 de octubre Nave 10 en Matadero abrió sus puertas y estrenó temporada con Juana de Arco, una obra de Sergio Martínez Vila y Marta Pazos. Este estreno fue uno de los más esperados de la temporada, ya que suponía la nueva etapa de Nave 10. Protagonizada por un elenco de rostros muy reconocibles por el público, encabezado por Macarena García, Georgina Amorós y Ana Polvorosa, ha logrado agotar todas sus entradas, siendo un éxito entre el público. Se representará hasta el 3 de noviembre en Nave 10.
Título: Juana de Arco Título original: Juana de Arco
Reparto: Georgina Amorós
Katalin Arana
Macarena García
Lucía Juárez
Bea de Paz
Ana Polvorosa
Joana Vilapuig
Duración: 100 min. apróx. Dirección: Marta Pazos Dramaturgia: Sergio Martínez Vila Autoría: Sergio Martínez Vila y Marta Pazos
Coreografía: Belén Martí Lluch
Diseño de espacio escénico: Max Glaenzel
Iluminación: Nuno Meira
Diseño de sonido y composición de música original: Hugo Torres
Diseño de vestuario: Leandro Cano
Ayudante de vestuario: Lourdes Escalante
Ayudante de dirección: Emilio Manzano
Asistente artístico: Víctor Barahona Producción: Nave 10 Matadero
Tráiler de 'Juana de Arco'
Sinopsis de 'Juana de Arco'
Juana de Arco vive una gran transformación a partir de su contacto con lo divino. Con apenas diecisiete años, acude a la corte del Delfín Carlos VII para que el heredero ponga en sus manos la conducción del ejército. Contra todo pronóstico, la joven −que afirma hablar en nombre de Dios− consigue levantar el asedio inglés a la ciudad de Orleans y convertirse en una líder para los soldados y el pueblo. Los caminos del espíritu, no obstante, siempre acaban transgrediendo los terrenales, de forma que Juana se precipita de la gloria al juicio por herejía.
El relato de la doncella de Orleans, a caballo entre la historiografía y el mito, ha alimentado el imaginario colectivo durante los últimos seis siglos, dándole obras muy notables al cine y a la escena. La tragedia de una joven que, movida por la fuerza de su conexión espiritual, se enfrenta valerosamente a los poderes de su tiempo es tan relevante hoy como lo ha sido en el pasado.
Marta Pazos dirige a un elenco de siete actrices que, junto a la palabra de Sergio Martínez Vila, reivindica la figura de Juana de Arco como una luz desafiante y una “llama de amor viva” en un periodo de oscuridad aplastante. Una propuesta épica que se asienta sobre un lenguaje inspirado en la poesía y la visión místicas. Un espectáculo que busca reescribir el mito más allá de la versión oficial que ha llegado hasta nuestros días.
Este espectáculo utiliza aparatos de luz estroboscópica que pueden afectar a personas con problemas de epilepsia. (TEATRO ESPAÑOL).
Vida y obra de una Santa
Juana de Arco es una de las figuras más emblemáticas de la historia francesa, apodada bajo el nombre de la Doncella de Orleans, se ha convertido en todo un icono. Sergio Martinez Villa toma la historia de la joven guerrera, para explorar los diferentes pilares que conformaron su vida. Por ello, la dramaturgia expone momentos de gran relevancia como las visiones, su relación con la realeza y su juicio. Sin embargo, el problema que halla la pieza es que el texto acaba en un segundo plano, dejándose comer por la propuesta visual y estética de Marta Pazos. Con ello, no se aporta mucho más de lo que se conoce de la joven, además de no aportar una narrativa cautivadora o que atrape.
Hay momentos gloriosos, en los que las palabras fluyen, pero no duran en demasía en el tiempo, lo que hace más difícil que se sostenga narrativamente. Al querer darle una vuelta de tuerca en su compendio general, se ha descuidado qué es lo que se busca de la obra y cuál es el mensaje que se desea lanzar, dejando un relato vacío en su resultado, pero atractivo en los elementos estéticos que lo rodean en la puesta en escena. Además, al tener en cuenta la trayectoria de Martínez Vila, se hubiera esperado más profundidad en los episodios que desea narrar de la Santa. En resumen, se deja una extraña sensación de no haber logrado conectar con la pieza y que sirve meramente de escaparate a lo artístico.
La performance del martirio
Un plantel de actrices reconocidas por el gran público se encarga de dar vida a Juana de Arco. En primer lugar, una férrea Joana Vilapuig que defiende el personaje a capa y espada, viéndose un compromiso y una fuerza que logran sostener su interpretación. Por ello, da pena que no se haya podido explotar todavía más su talento como Juana. Macarena García ofrece una interpretación fresca, ligera, en consonancia con sus compañeras, destacando sobre todo en su vis cómica. Luego, Ana Polvorosa tiene una presencia magnética, que utiliza su favor y se queda en la retina. Lo mismo sucede con Bea de Paz, que, sin necesidad de la palabra, logra enganchar al público. Georgina Amorós, Lucía Juárez y Katalin Arana cumplen, siendo más gratificante su trabajo en la expresividad corporal y en movimiento.
Lo mejor de este montaje es la puesta en escena, viéndose que tiene todos los ingredientes para haber podido ser una gran obra. Sin embargo, la falta de cohesión entre la palabra y lo artístico le termina pasando factura, creando una desconexión que afecta en la recepción del público. Aun así, hay una artesanía artística, con una selección de colores brutal y una escenografía espectacular, que indica a la perfección el sello de Marta Pazos. Asimismo, se aplaude el diseño de vestuario, con una elegancia y una fragilidad exquisitas. El espacio sonoro, la música, el movimiento y la coreografía se convierten en protagonistas, dando momentos realmente poderosos, que, de haber estado sostenidos, serían extraordinarios. La metáfora visual muy acertada, atrayente y poética. Por último, el ritmo es denso y no termina de acertar en su dinamismo, que deja momentos complicados de seguir.
Conclusión
Juana de Arco es una belleza visual y una poderosa concepción artística, que flaquea narrativamente. El texto no logra arrancar, quedando en un segundo plano y sin la posibilidad de dar algo más sólido a su defensa. En consecuencia, da una sensación de vacío que no logra cubrir el desempeño artístico. El elenco actoral ofrece una labor notable, que defiende su cometido, destacando sobre todo en el movimiento y en la expresividad no verbal. La puesta en escena es cautivadora, es atrayente, magnética, pero se queda en una superficie que evita que se pueda explotar de una manera más magnánima. Los caminos de la Santa se dibujan en una performance moderna que tiene todo para ser un éxito, pero se tambalea al no encontrar su intención.