El Juego del Calamar (Squid Game) es la última sensación surcoreana. Una miniserie de 9 capítulos que se puede ver en Netflix desde el 17 de septiembre de 2021 y que se adentra en lo más oscuro de la sociedad surcoreana-y capitalista, en general- mediante el género de terror y el thriller.
Crítica de 'El Juego del Calamar (Squid Game)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El juego del calamar
Título original: Squid Game / Ojingeo Geim / Round Six
Reparto:
Yuuki Luna (Ji-Yeong)
Lee Jung-jae (Seong Gi-hun)
John D. Michaels (VIP 1)
Hae-soo Park (Sang-woo)
Geoffrey Giuliano (Vip 4)
Wi Ha-joon (Joon-ho)
Daniel C. Kennedy (VIP 2)
Año: 2021
Duración: 60 min.
País: Corea del Sur
Director: Hwang Dong-hyuk
Guion: Hwang Dong-hyuk
Fotografía:
Música:
Género: Thriller. Intriga
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'El juego del calamar'
Sinopsis
Cientos de jugadores con problemas económicos aceptan una extraña invitación para competir en juegos infantiles. Dentro les esperan un premio tentador y desafíos letales.
Dónde se puede ver la serie
¿Battle Royale?
Algunos críticos y seguidores de la serie se han apresurado a compararla con el manga japonés, y posterior adaptación cinematográfica, Battle Royale. En parte es verdad, porque comparten una premisa similar. En ambos casos, un grupo de personajes son encerrados para competir en un mortal juego de supervivencia en el que solo uno puede quedar vivo. Sin embargo, las comparaciones quedan ahí.
Battle Royale era una película (y manga) cartoonesco, en el que el objetivo que primaba por encima de todo era el sentimiento sádico y el intento de colmar ese instinto de escenas extremas que tiene el espectador de género. Algo que en parte se repite en El juego del Calamar, como es esa búsqueda del morbo, pero también es algo mucho más que eso. Es un envoltorio con el que además se cuenta una historia que nos habla de todas las miserias de Corea del Sur y de sociedades similares.
Préstamos y deudas
Parece que todas las obras, o casi todas, surcoreanas tienen algo en común. La mayoría de sus protagonistas están endeudados hasta las cejas y tienen problemas con sus acreedores. Es lo mismo en El juego del Calamar, donde Lee Jung-jae interpreta a un pobre diablo que debe dinero a bandas mafiosas peligrosas. Para solventar sus problemas, decide aceptar un extraño reto...
De hecho es una absoluta constante en todos y cada uno de los episodios de la serie las referencias al dinero. Todo gira en torno a ello. No es solo que nuestro protagonista esté endeudado, algo que ya sabemos desde el primer minuto. Todas las decisiones y diálogos de la obra giran en torno a los problemas económicos de los personajes y como el dinero es el epicentro (para mal) de todas sus vidas. En algunos casos porque no pueden ni subsistir, pero en otros incluso porque este afecta a su "honorabilidad". Una sociedad enferma en la que todo es permitido si eres capaz de pagarlo.
Más allá de la pura explotación
Así pues, El juego del Calamar se sitúa mucho más allá de la pura explotación (aunque puede funcionar para aquellos que solo busquen eso) y nos enseña una radiografía de un mundo en el que tanto tienes, tanto vales. A lo largo de la serie seremos testigos de una serie de debates morales que interrogan directamente al espectador (al fin y al cabo, estamos, aunque sea en ficción, por lo mismo que están los espectadores de los juegos) pero que no se convierten en peroratas baratas o moralinas simples. La serie sabe cuando parar y cuando dar rienda suelta al desenfreno.
Cruda
La serie no es recomendable para todos los espectadores. Desde luego, no para los más sensibles. Más allá del gore, la serie muestra una crudeza terrible. Quizá porque a diferencia de otros productos de explotación, el espectador no es ajeno al destino de los protagonistas, o quizá porque el suspense sabe jugar muy bien con la diferencia entre la vida y la muerte. En todo caso, la serie contiene algunas de las secuencias más despiadadas, por su falta de humanidad y no por violencia, que se han visto en el catalogo de Netflix.
Un efectivo diseño de producción
Evidentemente, uno de los alicientes de la serie está en ver hasta donde llega la inventiva y el diseño de producción en las diferentes pruebas. Y lo cierto es que El juego del Calamar no decepciona. Las pruebas, tan ingeniosas como macabras, no resultan ser las típicas a las que estamos acostumbrados y tienen un desarrollo interesante, aportándose diferentes estrategias para resolverlas.
Un giro de guion innecesario
Lamentablemente, el cierre de la temporada no está a la altura, y se recurre a un giro de guion que está de manera exclusiva para servir de explicación al espectador y atar cabos de una manera absurda. Desde luego era un recurso innecesario, que aún así personalmente soy capaz de perdonar. Además, el dejar abierto la serie de esta manera parece más bien pensado por un mero hecho especulativo que no por razones acordes a la propia historia.
Conclusión de 'El juego del Calamar'
El Juego del Calamar (Squid Game) es una sensación que seguramente se convertirá con el tiempo en una serie de culto. A pesar de lo simple que puede parecer en un primer momento, la serie contiene los suficientes elementos como para convertirse en una obra multidimensional con un tremendo gancho.
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM