Con June y John, Luc Besson regresa al terreno del romance y la emoción contenida, alejándose del frenesí visual que ha caracterizado gran parte de su filmografía para ofrecer una historia más íntima, casi minimalista. Ambientada en un universo donde la juventud se enfrenta al vértigo del primer amor y a la incertidumbre del futuro, la película combina la sensibilidad poética del director con una mirada más madura y melancólica. Entre silencios, gestos y miradas, Besson propone un relato sobre la conexión humana en su forma más pura, donde cada plano parece latir al ritmo del deseo, la pérdida y la búsqueda de redención. La llamada “película secreta” del director francés, June y John, es una mezcla de géneros con tintes dramáticos, toques de humor y un alocado romanticismo, que fue rodada en iPhone. Desde el 15 de octubre de 2025 en Prime Video.
Crítica de 'June y John'
Resumen
Ficha Técnica
Título: June & John
Título original: June & John
Reparto:
Matilda Price (June)
Luke Stanton Eddy (John)
Honey Lauren (La madre de John)
Don Scribner (Un hombre sin hogar de Las Vegas)
Myles Cranford (Melvin)
Ryan Shoos (Steven)
Dean Testerman (Francis)
Sherry Mattson (Odile)
Ayanna S. Flemings (Myriam)
Marceline Orallo (Trabajadora sexual)
Claire Montgomery (Condesa)
Ronald Joseph Miller (El marido de la condesa)
Filippo Becciani (Oficial)
Año: 2025
Duración: 92 min.
País: Francia
Director: Luc Besson
Guion: Luc Besson
Fotografía: Tobias Deml
Música: Samir El Hammami, Julien Rey
Género: Romance. Thriller
Distribuidor: Diamond Films España
Tráiler de 'June y John'
Sinopsis
Escrita y dirigida por Luc Besson, cuenta cómo John, atrapado en una vida rutinaria y monótona, conoce a June, una excéntrica y misteriosa chica, que pondrá su vida patas arriba. Juntos emprenderán un alocado viaje lleno de pasión y riesgo en el que desafiarán a la justicia y las normas sociales y que cambiará la vida de ambos para siempre.
Dónde se puede ver la película en streaming
Amor fugado
El guion arranca con fuerza, plantea desde el primer acto la sensación de vacío existencial de John y el magnetismo caótico de June, sin embargo, a medida que avanza la película, la relación entre ambos pierde dirección, oscilando entre la historia de amor imposible y el thriller sin anclaje. Las motivaciones se diluyen, los giros resultan poco creíbles y la historia, en lugar de evolucionar, se repite emocionalmente.
La premisa tenía potencial, el encuentro entre dos almas rotas que buscan redención en el otro. Sin embargo, lo que podría haber sido una reflexión sobre la libertad o el amor tóxico termina siendo una sucesión de persecuciones, miradas intensas y frases que suenan más a ensayo que a vida.
Romance de sobremesa
Luc Besson intenta que June y John funcione como una historia de amor sin moral ni reglas, pero su dirección vacila entre el romanticismo trágico y la acción desbordada. El tono fluctúa tanto que el espectador no sabe si debe sentir empatía, deseo o miedo por los protagonistas. El resultado es una película que, en su intento por ser intensa y libre, termina pareciendo dispersa y artificial.
Lo más frustrante es que se percibe el talento detrás de cada plano. Besson sigue sabiendo cómo crear atmósferas, cómo mover la cámara para expresar el vértigo emocional. Sin embargo, aquí el pulso está perdido, es como si el director se hubiera enamorado de sus propias imágenes y se olvidara de lo que las sostenía.
Dos fuegos que no se tocan
Luke Stanton Eddy ofrece un trabajo correcto, contenido, pero excesivamente frío, falta ese temblor, ese quiebre que haga creíble que su vida da un giro radical por conocer a June. Por su parte, Matilda Price parece más preocupada por ser enigmática que humana, su personaje, que debería ser un torbellino de vida, se queda en una caricatura de “mujer libre”, sin matices ni verdad. En conjunto, hay momentos de química visual, pero ninguno alcanza la hondura emocional que June y John necesita. La conexión entre ambos no se siente vivida, sino ensayada.
Belleza sin alma
En lo técnico, June y John es impecable. La fotografía tiene ese brillo frío característico de Luc Besson, con contrastes entre luces de neón y paisajes desolados que evocan el aislamiento de los protagonistas. La cámara se mueve con elegancia, los encuadres son precisos y la banda sonora acompaña con una mezcla de sintetizadores y cuerdas que recuerdan al cine de los noventa.
Sin embargo, esa factura impecable juega en contra de la emoción, todo parece demasiado pulido, demasiado calculado, no hay rugosidad, ni sudor, ni peligro real. La estética del exceso sustituye a la verdad emocional, y lo que debería ser un relato salvaje de amor y autodestrucción se convierte en una postal melancólica.
Conclusión de 'June y John'
June y John es una película visualmente atractiva pero emocionalmente hueca, tiene la energía de una tormenta eléctrica que promete arrasar con todo, pero se apaga antes de tocar tierra. Luc Besson, un maestro del exceso con corazón, se queda aquí en el artificio y la pose, hay destellos del director que una vez hizo soñar al público con personajes marginales y amores imposibles, pero esa chispa se ha diluido en un guion que no encuentra verdad ni dirección.
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