"Killoff. Anatomía de una oficina": Anatomía de un público

KillOff Anatomía de una oficina es una obra interactiva en la que cuatro empleados de una empresa dedicada al diseño de pajitas son expuestos a participar en un reality show. Durante el programa, tendrán que enfrentarse a una serie de pruebas propuestas por vosotros que acabará con el despido final de uno de ellos. (NAVE 73). 

Interactividad e inmersión

Antes de entrar a la sala, cada espectador recibe un código qr mediante el cual debe unirse a un grupo de Telegram. Este método, que a priori puede parecer inusual, es el que hace que la experiencia cobre (aún más) vida. A través del chat de mensajería se propondrán diferentes experiencias para que el público decida el futuro de los personajes. Estas votaciones comenzarán paulatinamente a subir de intensidad. Donde al inicio se decidía sobre música, de repente se está arruinando el futuro de alguien. 

La inclusión de los asistentes en la obra consigue incrementar la inmersión en los acontecimientos expuestos, llegando a formar lazos genuinos entre los personajes y el público; los amarás y los detestarás. Y este sentimiento viene exacerbado por el compromiso de sus actores: Jose Luis Hijón, Verónica Mozo, Carlos Ponce, Jorge Silvestre y Carla Chaves. En especial, Carla Chaves. Si bien es cierto que todos ellos se entregan por completo a la obra y a los asistentes, Chaves resulta cautivadora de principio a fin. No es posible perderla de vista en ningún momento.

Protagonismo

Tú eres el verdadero protagonista de Killoff. Anatomía de una oficina. Tú eres quien decide qué sucede. Quien elige desenmascarar a los personajes, explorar la miseria, lo oculto. Indagar en la duda, presionar el dedo sobre las heridas. Y, para cuando te hayas dado cuenta, habrás ido demasiado lejos.

Esta obra de teatro expone a sus personajes. Los reviste de capas para después desnudarlos poco a poco. Para que puedas conocerlos por lo que son y por lo que quieren ser. Y, en el proceso, también pone al espectador en un compromiso. Marta Oltra consigue poner en evidencia la violencia psicológica e incluso física a la que se exponen los participantes de los reality shows por conseguir su objetivo, su premio, y la pérdida de moral del público, que observa la realidad a través del filtro de la televisión, como si todo fuera un juego y los personajes, jugadores. De repente, la ficción se ve interpelada por la ética personal de cada uno.

Conclusión

Killoff. Anatomía de una oficina expone los entresijos de las vidas de los trabajadores de una empresa de pajitas. Personajes complejos, con muchas capas y aristas, como la vida misma. Y, durante la representación, se dirige indirectamente a los espectadores para preguntarles hasta dónde estarían dispuestos a llegar por un rato de diversión. 

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