La balada de la isla (The Ballad of Wallis Island) es una tragicomedia británica dirigida por James Griffiths y escrita por sus dos protagonistas masculinos (Tom Basden y Tim Key). Localizada en una pequeña y casi despoblada isla inglesa, donde Charles, un hombre ganador de la lotería por partida doble y con escasas dotes sociales intenta juntar a su banda favorita para un concierto privado, con todas las emociones que eso puede desatar.
Crítica de 'La balada de la isla'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La balada de la isla
Título original: The Ballad of Wallis Island
Reparto:
Tom Basden (Herb McGwyer)
Carey Mulligan (Nell Mortimer)
Tim Key (Charles Heath)
Sian Clifford (Amanda)
Akemnji Ndifernyan (Michael)
Arron Long (Guía turístico)
Año: 2025
Duración: 99 min.
País: Reino Unido
Director: James Griffiths
Guion: Tom Basden, Tim Key
Fotografía: Magni Ágústsson
Música: Adam Ilhan. Canciones: Tom Basden
Género: Drama. Comedia
Distribuidor:
Tráiler de 'La balada de la isla (The Ballad of Wallis Island)'
Sinopsis
Charles, un excéntrico ganador de la lotería, sueña con volver a reunir a sus músicos favoritos, McGwyer Mortimer. Su fantasía se hace realidad cuando los miembros de la banda y antiguos amantes aceptan su invitación para tocar en un concierto privado en su casa de Wallis Island. Las viejas tensiones resurgen mientras Charles intenta desesperadamente salvar el concierto de sus sueños.
Dónde se puede ver la película en streaming
Lentitud con alma que conquista
La balada de la isla (The Ballad of Wallis Island) es de ritmo lento, te pide vía grito silencioso que la saborees con calma. James Griffiths construye una historia delicadamente diseñada para calar hondo, salpicada de carcajadas gracias a un humor británico servido con la elegancia de siempre.
Como cuando adoptamos un animal en su vejez, empezamos extrañados al ver un avance parsimonioso y casi torpe. Pronto descubrimos la belleza que encierra, una belleza contagiosa en la que empatizas con los protagonistas, independientemente de su afinidad con el espectador, y llegas a entender una cosa tan complicada, errática e ilógica como es el amor. Más aún cuando se trata de un amor ausente.
Humor británico en todo su esplendor
No hay temática más acertada para el cine anglosajón que el tono humorístico satírico, caricaturesco, indirecto e irónico del que muy acertadamente se enorgullecen en las islas, ya que no solo lo crean de maravilla, sino que también lo ejecutan de la misma manera. Y ya sabemos todos que una cosa no funciona sin la otra.
Profundidad emocional y el aprender a dejar ir
Además de los momentos cómicos que nos da La balada de la isla, la trama principal trata emociones tan profundas como el amor, el olvido, la desesperación, la ausencia, la soledad, la superación de obstáculos vitales y, sobre todo, la música como refugio.
Un festín visual y sonoro
Dignos elogios hemos de dar a Magni Ágústsson por su espléndida fotografía con planos hipnóticos y cautivadores, y a Adam Ilhan por dejar escribir las preciosas canciones de amor a nuestro protagonista, Tom Basden, que ejecuta a la perfección con nuestra maravillosa Carey Mulligan (Drive) y su dulce voz.
Planos y palabras rítmicas se unen para darnos un microcosmos creíble, dejarnos con ganas de estar en Wallis Island con ellos y, sobre todo, anhelando amar.
Clase magistral de Tim Key
Dar vida a un hombre solitario, con escasas habilidades sociales y un humor involuntario, no es tarea fácil. Tim Key lo borda, retratando con naturalidad los tics, miradas perdidas y desconexiones emocionales de alguien con rasgos antisociales. Aunque el trío protagonista brilla en conjunto, él se lleva la matrícula de honor.
Conclusión de 'La balada de la isla'
Con apenas 3 personajes principales y un par de secundarios, la película consigue emocionarnos hasta el punto de hacernos sentir vulnerables al amor desdichado, alegres y contentos por su tono jocoso sin haberlo planeado, e incluso por momentos decepcionados.
La balada de la isla (The Ballad of Wallis Island) es un retrato honesto del dolor de dejar ir y del esfuerzo por seguir adelante. Se aleja de los clichés, nos habla de tú a tú y nos recuerda que incluso en la tristeza hay un resquicio de belleza.
Pero sobre todo te insta siempre a ver el lado bueno de las cosas, por muy tristes que sean, para poder seguir adelante. Un canto sincero a la vida que tanto encumbramos, y que, en ocasiones, muy vagamente disfrutamos.
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