Que Oscar Wilde es uno de los autores más importantes del siglo XX es algo que sabemos todos. Lo que no es tan bien sabido fue su vida y su lamentable y triste final. Rupert Everett dirige La importancia de llamarse Oscar Wilde en la que también encarna a Oscar Wilde, en un auténtico tour de force interpretativo. Colin Firth, Colin Morgan, Emily Watson, Edwin Thomas y Tom Wilkinson completan el impecable reparto del film.
Nominada a los European Film Awards (Mejor actor) y a los Premios de la Crítica de Londres (Mejor película, Mejor actor, Mejor director), su premiere española tuvo lugar en el Festival de Sevilla. Estreno en España el 26 de Abril.
Crítica de La importancia de llamarse Oscar Wilde
Ficha Técnica
Título: La importancia de llamarse Oscar Wilde
Título original: The Happy Prince
Reparto:
Colin Firth (Reggie Turner)
Colin Morgan (Alfred Bosie Douglas)
Rupert Everett (Oscar Wilde)
Emily Watson (Constance Wilde)
Anna Chancellor (Mrs. Arbuthnott)
Tom Wilkinson (Padre Dunne)
Béatrice Dalle (Café Manager)
Ronald Pickup (Juez)
Julian Wadham (Sombrero de Copa)
John Standing (Dr. Tucker)
Año: 2018
Duración: 104 min.
País: Reino Unido
Director: Rupert Everett
Guion: Rupert Everett
Fotografía: John Conroy
Música: Gabriel Yared
Género: Drama. Biográfico
Distribuidor: Alfa Pictures
Tráiler
Sinopsis
Oscar Wilde está a punto de morir. El autor se encuentra en su lecho de muerte en un hotel barato de París y el único sitio en el que tiene depositado su memoria es en los recuerdos. Recuerdos de antaño, desde el intento de reconciliación con Constance, su sufridora mujer, hasta la devoción que le mostró Robbie Ross, una mujer empeñada en salvar a Wilde de sí mismo, pasando por el tórrido romance que mantuvo con Lord Alfred Douglas. Unos recuerdos en los que el autor vivió y murió por una sola cosa: el amor.
Premios
- Premios del Cine Europeo: Nominada a mejor actor (Rupert Everett). 2018
- British Independent Film Awards: Nominada a Mejor actor (Rupert Everett). 2018
- Satellite Awards: Mejor ópera prima. 2018
- Premios del cine Alemán: Nominada a Mejor diseño de vestuario. 2017
Dónde se puede ver la película
¿Biopic o sencillamente últimos días?
Un biopic suele centrarse en contar la vida de alguien para ver su evolución. En La importancia de llamarse Oscar Wilde no es así. La película comienza directamente por el final de su vida, tras salir de la cárcel, retratando así su decadencia hasta su muerte. Se trata muy bien la relación tóxica que mantuvo Oscar con Alfred Douglas (“Bosie”). Este es su lado sucio, el lado que no nos gusta recordar de Oscar Wilde; cómo pierde la ilusión por seguir escribiendo e incluso por vivir. Tras su salida de la cárcel no puede ver a su familia, ni a su mujer ni a sus hijos. Solo le quedan sus amantes; amantes tales como Bosie, que fue el motivo de su encarcelamiento, pero vuelve a él.
Es interesante mencionar que en 2017, la ley Alan Turing perdonó a todos los hombres castigados por ser homosexuales, más de 50.000 en Gran Bretaña, entre ellos Oscar Wilde.
Rupert Everett: El hombre multitarea
Rupert Everett escribe, dirige e interpreta en el papel protagonista estos últimos años de Oscar Wilde en el exilio; se nota que trata al proyecto con mimo y con pasión, de hecho su propia actuación es lo más destacable del filme, pero no termina de funcionar. Tenía tantas ganas de realizar esta película que la estuvo planificando durante 10 años. El director quiere enseñarnos la caída en picado de Oscar Wilde y la dureza con la que fue tratado en una sociedad que no aceptaba la homosexualidad. Los últimos días de Wilde rozaban la pobreza extrema y la vida de vagabundo, conviviendo con un par de niños a los que contaba historias. La forma en la que lo cuenta es al más puro estilo Wilde; el lenguaje está adornado continuamente, lo que nos hace ver al protagonista tan afable como monstruoso.
El príncipe feliz y la niña de las cerillas
A lo largo de la película se mencionan tanto el cuento de El príncipe feliz de Oscar Wilde como el de La niña de las cerillas de Hans Christian Andersen. De hecho, el título original del filme es The Happy Prince, aludiendo a este cuento. La niña de las cerillas narra la historia de una chica muy pobre que ha de vender cerillas para poder vivir, pero se les mojan.
El príncipe feliz trata sobre una estatua bañada en oro y joyas que ve las desgracias del mundo sin poder hacer nada al respecto y pide a una golondrina que le despoje de sus pertenencias y se las lleve a los más necesitados, hasta que finalmente se queda sin nada y deciden que la estatua es inútil. Ambos cuentos simbolizan perfectamente el aura de tristeza, soledad y terrible pobreza que vivió Wilde en sus últimos días.
La pesadilla de Oscar Wilde
La película está narrada desde la visión de nuestro protagonista en su lecho de muerte, y cómo va rememorando sus últimos momentos. Wilde es repudiado por todo aquel que le alabó; le es dada la espalda por todo el que le apoyó; no tiene nada y lo poco que tiene lo invierte en alcohol. Fue encarcelado a causa del padre de su amante por gran indecencia y sodomita.
Allí en la cárcel escribe De Profundis, una larga carta dirigida a Bosie que nunca obtuvo respuesta y que fue publicada póstumamente. Esta obra es particularmente importante para comprender bien a la figura de Oscar tras salir de la cárcel. Pasa dos años solo, en los cuales Bosie no va a visitarle ni una sola vez, y decide escribirle una carta muy larga exponiendo cómo se siente, cómo se ha sentido y cómo Bosie destroza su vida, poco a poco, sin echárselo en cara. Cómo cuando están juntos ya no puede escribir, y cómo se siente él sin la escritura, su bien más preciado. Se siente improductivo y arrebatado de su motivo de ser. No es una crítica hacia su amante sino hacia sí mismo. Se reprocha todo lo que hizo mal y que ya no hay marcha atrás. De Profundis es precisamente el principio de su decadencia, tanto como escritor y dramaturgo como en su propia vida.
Esta historia es lo que no se nos suele mostrar en los grandes cuentos; el qué viene después de la fama, qué hay tras los telones del teatro, cómo de genio a olvido solo hay un pequeño paso. La importancia de llamarse Oscar Wilde podría ser la mayor pesadilla del propio escritor.
Para fans de Oscar Wilde
Si no conoces la vida de Oscar Wilde es probable que te pierdas durante su visionado. Uno de los mayores fallos de la película sería ese; dan por hecho que el espectador sabe, pero puede no ser así. Los escenarios están bien ambientados. El Nápoles de la época, París, Normandía, Londres, el vestuario y el imaginario colectivo están muy conseguidos. Sin embargo, hay veces que ni siquiera menciona los lugares en los que se encuentran, creyendo que el público lo sabrá. Considero que si estás haciendo un estudio tan meticuloso sobre un autor durante 10 años, al menos el espectador debería saber tan bien como tú qué se le está contando.
Conclusión
La película está bien rodada, narra muy bien los últimos días de Oscar Wilde, Colin Firth en su actuación como personaje secundario lo borda y Rupert Everett es el perfecto Oscar Wilde; parece que haya nacido para interpretar ese papel y nunca había visto una actuación mejor del propio Oscar. Pese a esto, tiene cosas que no se pueden pasar por alto, como que el ritmo narrativo se haga denso y pesado en ocasiones; la música no nos ayuda a movernos por la historia y habría sido un punto muy a su favor; y el espectador está desinformado en ocasiones de lo que sucede en la vida de Oscar.
Reportaje de La importancia de llamarse Oscar Wilde en Días de Cine TVE