Marcelo Díaz dirige La profesora de literatura, éxito de teatro alemán basado en la novela de Judith Taschler. Protagonizada por Patricia Gorlino y David Aramburu, cuenta con el auspicio del Instituto Goethe de Madrid, quién ha realizado la traducción a través de Elba López. Estrenada el pasado 4 de marzo, terminó temporada en el Teatro Nueve Norte este 29 de abril de 2022. Presumiblemente, continuará su andadura por Madrid próximamente.
Título: La profesora de literatura Título original: Die Deutschlehrerin
Reparto: Patricia Gorlino
David Aramburu
Duración: 75 min. apróx. Dirección: Marcelo Díaz Versión/Dramaturgia: Thomas Krauss
Traducción: Elba López
Concepto escenográfico: Blanca Moltó
Vestuario: Miriam Diaz
Videos: Teresa Martin
Diseño Gráfico: Blanca Moltó
Montaje Audiovisual: Nacho Cagiga
Audio: Antonio Barba
Divulgación y Publicidad: Ana Ros
Tráiler de 'La profesora de literatura'
Sinopsis de 'La profesora de literatura'
La profesora de literatura, obra de teatro que nos presenta a dos personajes. Un escenario vacío. Amor, venganza, traición. Un hijo, una traumática separación y la muerte merodeando. Un campo de batalla, para una guerra verbal y emocional, donde medirán sus fuerzas y sus armas de una manera sutil y descarada para ganar el duelo a cualquier precio. (TEATRO NUEVE NORTE).
Un reencuentro inesperado
Basada en la novela de Judith Taschler, La profesora de literatura adapta uno de los éxitos del teatro alemán más importantes de los últimos años. En esta ocasión, Marcelo Díaz dirige la versión escrita originalmente por Thomas Krauss y traducida en su adaptación española por Elba López. Así se presentan a dos personajes muy variopintos, que van mostrando las heridas del paso del tiempo y de las cuentas pendientes. Por tanto, su mayor fuerte se halla en el suspense que emerge del resquebrajamiento de las realidades que se van explorando sobre el escenario. Gracias a ello, se suscita un interés en el espectador, al observar esa mezcla de fantasía y realidad, con varios giros de guion que hacen que no decaiga la historia en ningún momento. Como si se tratara de un acertijo constante, las personalidades dispares de Mathilda y Javier convergen en la locura del momento.
En ese sentido, se abre un abanico muy potente en torno a temas muy interesantes como son la venganza, el amor, la lucha de egos y la necesidad de perdonarse a uno mismo. Sin embargo, no busca una resolución fácil y luminosa, sino que continúa en coherencia con la oscuridad que irradia de estos dos personajes atormentados. Por lo cual, a pesar de lo que a priori se podría pensar de una obra de corta duración, no se siente que se quede corta, sino que atina absolutamente en el desarrollo de cada una de las líneas narrativas. Esa batalla dialéctica que se produce, entre cartas, reclamos y acciones, permite conocer a fondo las intenciones y taras de sus protagonistas, así como una parte humana que produce una base contundente en su relato.
Lucha de poderes
Patricia Gorlino y David Aramburu se enfrenta directamente a La profesora de literatura, al no poder apoyarse en exceso en una propuesta en escena casi desnuda. Por lo cual, sus trabajos interpretativos son la verdadera columna vertebral de este montaje. En primer lugar, Gorlino explora una templanza asombrosa, que se combina con esas pinceladas tenebrosas que cocina en su papel de una manera totalmente atractiva. Con lo cual, ha sabido aprovechar esa atmósfera en torno a su personaje para darle un aire de misterio. Aun así, también se sumerge en la exposición de ese baremo de ira, rabia y reclamo que se halla en su lenguaje expresivo. Únicamente, se comprueba que hay momentos en los que se siente que mantiene una tonalidad constante a su labor dramática, lo que provoca que haya partes en las que podría apostar por otra mirada.
Después, David Aramburu completa el reparto con una energía muy distinta, apoyada más en el dinamismo y en el egocentrismo que hay en su personaje. Por lo cual, hay cierto histrionismo, pero siempre controlado y no perdiéndose en la extravagancia. Además, perpetra una unión muy sana con su compañera de reparto, lo que hace que la química resuelva sin parlamento algunos de los puntos más satisfactorios de la obra. Asimismo, hay que mencionar que sabe sacar partido al contraste que realiza, lo que permite que se explaye en una visión distinta y haga sentir emociones muy diferentes a las de Gorlino. En algunos momentos se pierde fugazmente en el fondo, pero coge impulso para seguir al pie del cañón en la mayor parte de la función. Por tanto, en conjunto, los dos actores ofrecen un trabajo dramático estupendo.
Una sala
La propuesta escénica de La profesora de literatura apuesta por una construcción minimalista, basada en un espacio muy concreto, embalsamado por audiovisuales y una línea musical constante. Al haber una potencia en su historia realmente cautivadora, se siente que la puesta en escena se queda algo más tibia. Por lo cual, las posibilidades de movimiento, acción y tensión acaban por no verse en la composición del escenario, ni en los atributos más estéticos y artísticos. En consecuencia, hay una percepción de encontrarse excesivamente desnudo espacialmente y los recursos que se utilizan terminan por sentirse como repetitivos. Mientras que la dramaturgia expone su potencial a grandes rasgos, las elecciones fuera de la palabra y las interpretaciones muestran una producción que puede hacer todavía más. Sería interesante ir viendo cómo evoluciona el montaje, dado que algo soberbio del teatro es la transformación constante que hay al ser un arte vivo.
Los audiovisuales que se ven en pantalla tienen un efecto hipnotizador en las primeras escenas, pero, más tarde, se mimetizan con el entorno y no causan más fascinación. Los colores que van cambiando durante el montaje son un acierto, ya que se puede ver el mensaje y la energía por la que transitan los personajes en cada momento. Por otra parte, la música es agradable, pero no hay una catarsis sonora que haga que los eventos lleguen a una culminación energética. Así, al igual que el elemento audiovisual, se queda en un segundo plano, más de acompañamiento. Para terminar, hay que subrayar una buena gestión del ritmo, dado que se hace liviana y no entra en bucles que pudieran afectar al dinamismo planteado. De esta manera, con una evolución de la puesta en escena, podría convertirse en una obra teatral poderosa.
Conclusión
La profesora de literatura, obra de teatro que brilla en su narrativa, con una historia llena de suspense, misterio y una lucha de caracteres que captan la atención del espectador en todo momento. Asimismo, Patricia Gorlino y David Aramburu interpretan con química y sostienen gran peso del montaje al completo. Sin embargo, se echa en falta una puesta en escena más compleja, que permita lucir más la calidad de su texto. En consecuencia, hay una sensación de vacío que termina por pasar factura al resultado global de la pieza teatral. Un reencuentro eléctrico que triunfa en la palabra, pero no logra el mismo efecto en su propuesta artística.