La quietud en la tormenta es una película dirigida por Alberto Gastesi, con un guion escrito por el propio director junto a Alex Merino. Con una interpretación impecable de Loreto Mauleón (La máquina de pintar nubes) e Iñigo Gastesi (El extraño anfitrión). Junto a ellos también lucen Aitor Beltrán (Los tontos y los estúpidos) y Vera Milán (A puerta fría). Destacar además la fotografía de Esteban Ramos (Un mundo casi perfecto). El film se proyectó el pasado 20 de septiembre en el teatro Victoria Eugenia dentro de la 70º Edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Esperamos impacientes para ver esta película en la gran pantalla. Estreno el 12 de mayo de 2023 en salas de cine españolas.
Crítica de 'La quietud en la tormenta'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La quietud de la tormenta
Título original: Gelditasuna ekaitzean
Reparto:
Loreto Mauleón (Lara)
Iñigo Gastesi (Daniel)
Aitor Beltrán (Telmo)
Vera Milán (Vera)
Año: 2022
Duración: 96min.
País: España
Director: Alberto Gastesi
Guion: Alberto Gastesi, Alex Merino
Fotografía: Esteban Ramos
Música: Iñaki Carcavilla
Género: Drama
Distribuidor:
Tráiler de 'La quietud en la tormenta'
Sinopsis
Lara vuelve de París con su pareja, Telmo, a instalarse definitivamente en Donostia. Daniel nunca ha salido de la ciudad; ahora vive con su novia, Vera, y trabaja para la inmobiliaria de su madre. Las vidas de Lara y Daniel se cruzan en la visita a un piso en venta, pero quizás esta no sea la primera vez que se hayan encontrado. A caballo entre el pasado y el presente, Gelditasuna ekaitzean explora la historia de amor de dos personas cuyas vidas, en otras circunstancias, en otros tiempos, pudieron haber tomado otros caminos.
Dónde se puede ver la película en streaming
La pasión bajo la lluvia norteña
Es un día gris. Llueve, pero no es difícil encontrar días así en Euskadi. Hay tantas historias de amor bajo la lluvia. Esta es la de Lara y Daniel. Sus miradas adolescentes se cruzan mientras esperan que cese la tormenta, y en ese preciso momento el deseo queda recogido en esas gotas de agua. Agua que a través del tiempo volverá a unir a sus protagonistas, la misma lluvia que les acompañó desde ese primer momento y que caló abundante, empapando de recuerdos sus mentes año tras año.
La lluvia que te hace cosquillas
La historia de Lara y Daniel parece cosa del destino, como esa montaña rusa de la que habla Daniel el protagonista en un momento del film, algo que tiene un recorrido, pero siempre vuelve a su punto de origen. Podríamos definir así La quietud en la tormenta: una fuerte conexión que se mantiene a pesar de la distancia, pero que, como un imán, hace regresar a Lara y Daniel al mismo punto, y quizá, bajo la misma lluvia, pero con vidas muy distintas a como las habían imaginado.
Alberto Gastesi juega con las miradas para contar lo que no se puede decir con palabras. Así es el encuentro de Lara y Daniel, así es como descubrimos que estas dos personas ya se habían visto antes, se puede oler ese momento de lluvia=deseo al que hace referencia la película. Pero los diálogos están construidos para confundirte, para que tú interpretes la historia, te invitan a que vuelvas a pasar por ellos. Las palabras guardan mucho deseo, pero también mucha contención. Aquellas voces de un pasado que pudo haber ocurrido o no, acompañan a las emociones de los protagonistas, y esos recuerdos se van transformando sujetos a ese presente que están viviendo.
La quietud en la tormenta parece que no te cuente nada y te cuenta muchas cosas, es como leer un relato de Chejov donde todo parece tan cotidiano, tan aparentemente sencillo, que podría pasar desapercibo, pero no es así, precisamente por eso, por esa cotidianidad, por esa sencillez que guarda el film La quietud en la tormenta lo hace tan especial, porque puedes llegar a sentirte muy cerca de los protagonistas, a identificar situaciones que ocurren en esta historia con tus experiencias vitales, puedes llegar a revivir ese cosquilleo en tu estómago.
La quietud y la tormenta
En La quietud en la tormenta se respira quietud, sí, es como unos de esos días de lluvia, que te invitan a estar junto a la ventana sujetando una taza de café humeante y desde ese refugio dejarte llevar imaginando historias a través de un cristal mojado.
La quietud en la tormenta introduce muchos elementos que transmiten tranquilidad, pero que encandilan. Alberto Gastesi ha sabido como absorberte, como introducirte en esa atmósfera hipnótica que te endulza a través de una cuidada y sugerente fotografía, un equilibrado blanco y negro, un ritmo que te descuelga hasta la mandíbula, una interpretación tan natural de los actores (muy destacable el trabajo de Loreto Mauleón e Íñigo Gastesi) que te llega a poseer. Todo en ella parece fácil, y a la vez está tan mimado, tan cuidado en detalles que te inmoviliza.
En La quietud en la tormenta también sientes esa tormenta, esa carga eléctrica que sienten sus protagonistas, que se enciende y se apaga, que te empuja y te distancia, que se aviva y que muere.
Un final en la retina
Una sala vacía, dispuesta para que ocurra un acontecimiento. Llueve en el exterior. Una ventana rota y el viento azotando los visillos. La luz que entra por el ventanal salpica de luces y sombras a los protagonistas que se encuentran en su interior. Es un homenaje a tantos momentos inolvidables del cine clásico en blanco y negro. Este instante del que hablo de La quietud en la tormenta también formará parte de mis escenas favoritas.
Conclusión 'La quietud de la tormenta'
La quietud en la tormenta es una película para aquellos que no han dejado de creer que, aunque la lluvia sea un elemento recurrente en muchas de estas, todavía se puedan seguir contando historias que te emocionen.
También recomendada para todos aquellos apasionados del cine en blanco y negro. Para todos aquellos también que apoyan y luchan para que esta clase de películas se sigan viendo en la gran pantalla sin competir con las grandes superproducciones.
La quietud en la tormenta no es un film que sorprenda por la historia, por los giros en su guion, sino por la manera de contarla, de transmitir esas emociones, por todos los elementos que la componen y por la belleza de sus imágenes. El largometraje es una muestra de que con “poco” se puede contar mucho.
Reportaje de La quietud en la tormenta en Días de Cine TVE
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