La sombra de mi padre no es una película cualquiera. El debut en la dirección de Akinola Davies marca el ritmo de un recorrido que apunta directo a los libros de historia, siendo el primer largometraje nigeriano seleccionado para el Festival de Cannes. Esta bella historia nos llevará a su propia infancia, un encuentro profundamente íntimo y transformador que explora los rincones más sensibles y conflictivos de la memoria, donde se hallan aquellos recuerdos que nunca dejan de latir a pesar de las heridas provocadas por la ausencia. Estreno el 6 de marzo de 2026 en salas de cine españolas.
Crítica de 'La sombra de mi padre'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La sombra de mi padre
Título original: My Father's Shadow
Reparto:
Sope Dirisu (Folarin)
Godwin Egbo (Aki)
Chibuike Marvelous Egbo (Remi)
Efon Wini (Bola)
Uzoamaka Aniunoh (Abike (Camarera))
Martha Ehinome (Ngozi)
Tosin Adeyemi (Tía Seyi)
Ayo Lijadu (Papá)
Patrick Diabuah (Felix)
Año: 2025
Duración: 94 min.
País: Nigeria
Director: Akinola Davies
Guion: Akinola Davies, Wale Davies
Fotografía: Jermaine Canute Edwards
Música: Cj Mirra, Duval Timothy
Género: Drama
Distribuidor: Mubi
Tráiler de 'La sombra de mi padre'
Sinopsis
Un relato semiautobiográfico que transcurre en un solo día en Lagos, la metrópolis nigeriana, durante la crisis electoral de 1993. La historia sigue a un padre, distanciado de sus dos hijos pequeños, mientras viajan por la enorme ciudad mientras la inestabilidad política amenaza su regreso a casa. (Mubi)
Dónde se puede ver la película en streaming
La vida es una sombra que camina
La sincera relación entre los dos pequeños hermanos y su padre está marcada por un conflicto emocional directo que ya vemos desde el inicio: se ven mucho menos de lo que deberían y, por supuesto, desearían. Pero el viaje a la ciudad de Lagos no es solo una suerte de reconciliación fantasmal donde la cercanía de la familia es la sombra de una distancia mucho más prolongada y dolorosa, también aborda la hostil agitación política en la Nigeria de los años 90.
En la crisis electoral de 1993, los sueños se fragmentaron, la violencia dominó las calles y cualquier atisbo de justicia y esperanza para el humilde ciudadano desapareció por completo. En un contexto tan desgarrador como el que aquí se nos presenta, emerge la significativa voz de Akinola Davies, que convoca todos estos demonios sociales con una sensibilidad penetrante e inaudita.
La forma de la memoria
La sombra de mi padre explora el trauma social y familiar desde la fragilidad de lo cotidiano, en un entorno tenso, agobiante, precario y condenado al más bullicioso de los silencios. Es un abismo de heridas abiertas desesperadas por sanar, de recuerdos intensos que flotan en el aire a través del hechizo de una cámara nacida para hallar la belleza más pura, la más evocativa, conmovedora y cercana posible.
Tanto la escritura como la composición visual de Akinola Davies responden a un código sensorial mucho más complejo de lo que parece. Detrás de sus honestas y poderosas imágenes hay un trabajo de gestos, miradas y silencios guiado con una cadencia digna de un poeta, tan sutil como profundamente reveladora. Oscila entre el realismo de una nación en busca de un mesías y la carga onírica de un sueño que la memoria no pudo capturar del todo.
¿Qué nos queda?
El proceso de sanación por el que pasa la familia durante su vuelta por Lagos es emocionante y nos impacta de lleno en el corazón. No cabe duda de que a un actor como Sope Dirisu (Black Rabbit, El abismo secreto, Gangs of London) le aguarda un futuro brillante, si es que logra el reconocimiento que merece. Su actuación es muy especial, contenida y atenta en su vulnerabilidad, en la misma línea que la de los jovencísimos hermanos Egbo.
Esta relación, muy entrañable y conseguida, sugiere que la única manera de comprenderse y hacer las paces es volver a los tiempos pasados y combatir la angustia de las sombras de aquellas épocas. Que la familia es un refugio incapaz de mantenerse por sí solo, los hijos deben abrazar sus emociones y los padres tienen que estar ahí para verlas crecer. Es un mensaje hermoso cuya universalidad será latente durante mucho, muchísimo tiempo.
Conclusión de 'La sombra de mi padre'
Hay muchísima verdad y talento en la realización de esta preciosa película. Akinola Davies defiende el valor del recuerdo como pocos autores lo han hecho este año, con un enfoque rebosante de personalidad y madurez para una historia que no solo habla sobre la reconciliación de una familia, sino también sobre un país que merece mucho más que una disculpa.
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