La sombra del testigo (Someone to watch over me) es un thriller con toques de drama dirigido por Ridley Scott en 1987. No es una de las obras más recordadas del realizador británico, pero contiene elementos de gran interés. Entre los intérpretes encontramos a Tom Berenger (Platoon, Origen), Mimi Rogers (The Doors, Perdidos en el espacio) y Lorraine Bracco (Uno de los nuestros, Los Soprano).
Crítica de 'La sombra del testigo'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La sombra del testigo
Título original: Someone to watch over me
Reparto:
Tom Berenger (Mike Keenan)
Mimi Rogers (Claire Gregory)
Lorraine Bracco (Ellie Keegan)
Jerry Orbach (Teniente Garber)
John Rubinstein (Niel Steinhart)
Andreas Katsulas (Joey Venza)
Tony DiBenedetto (T.J)
Año: 1987
Duración: 106 minutos
País: Estados Unidos
Director: Ridley Scott
Guion: Howard Franklin
Fotografía: Steven Poster
Música: Michael Kamen
Género: Thriller. Intriga
Distribuidor:
Tráiler de 'La sombra del testigo'
Sinopsis
A Mike Keegan, un hombre felizmente casado, le asignan la protección de Claire Gregory, una rica y atractiva mujer que ha sido testigo clave en un caso de asesinato. Antes del juicio, el asesino intentará eliminarla. La constante vigilancia de Keegan hará que, sin darse cuenta, policía y testigo se vean envueltos en una atracción mutua.
Dónde se puede ver la película en streaming
El documento ochentero de Ridley Scott
La sombra del testigo fue para Ridley Scott la primera película contemporánea a su tiempo y espacio. Los duelistas (1977) era una película de época, Alien (1979) y Blade Runner (1982) eras películas futuristas, y Legend (1985) transcurría en un mundo fantástico. Y aquí radica uno de sus encantos, de tal modo que la cámara de Ridley, quizá sin pretenderlo, acabó recogiendo una imagen fiel de Nueva York de finales de los ochenta. Y en más de un ambiente. Por un lado, el de la clase alta, adicta a fiestas de copete, y acostumbrada a los refinamientos. Así pues, por ejemplo, se nos muestra el museo Guggenhein, el Upper East Side o Central Park.
Pero también recoge barrios más modestos como Queens. De hecho, ambas facetas de la ciudad son como símbolos de los personajes principales. Yendo al meollo, La sombra del testigo cuenta la historia de Claire Gregory (Mimi Rogers), una joven de la alta sociedad que en una fiesta es testigo de un asesinato. Ello pone en peligro su vida; antes de que pueda testificar, el asesino tratará de acabar con ella. De su escolta se ocupará la policía de Nueva York, siendo el encargado del turno de noche el recién ascendido a detective Mike Keenan (Tom Berenger).
Durante el tiempo que pasan juntos comienza a surgir una conexión romántica entre ellos que pondrá en la cabeza de Keegan un dilema moral relacionado con la fidelidad. Y es que el detective se encuentra casado con Ellie Keegan (Lorraine Bracco) y tienen un hijo juntos. Pero la amenaza de Joey Venza (el asesino al que vio Claire) está siempre presente, de tal modo que se aproxima una encrucijada peligrosa también para el detective, que pone en peligro su vida personal y la vida de su protegida.
La puesta en escena
La sombra del testigo se beneficia de la estupenda puesta en escena de Ridley Scott. Se puede ver desde los mismos títulos de crédito, en los que aparecen imágenes de Nueva York mientras Sting entona Someone to watch over me, una versión de la canción de George Gershwin que da título a la película en su versión original. Podríamos definir la puesta en escena como nocturna y elegante.
En cuanto a la primera característica que citamos, la nocturnidad y en general los ambientes oscuros son propicios para Ridley Scott (no hay más que ver Blade Runner). Se plasma es estampas nocturnas de Nueva York, entre lo insomne y lo pintoresco, y ponen el telón de fondo a la historia de Mike y Claire. La fotografía en interiores también adopta un claroscuro muy acusado, casi tenebrista, que ofrece una intimidad sugerente e inquietante, al mismo tiempo, para los protagonistas. Las escenas diurnas, que también las hay, tienen que ver con la casa de Mike en Queens y sus tribulaciones familiares.
En general, el aspecto de La sombra del testigo es sofisticado, de un acabado elegante y meticuloso. Rasgo inherente a la obra de Ridley Scott, donde el apartado visual siempre es potente. Queda por comprobar si la historia de fondo está a la altura.
Romance y amenazas de muerte
Es difícil decir si La sombra del testigo es un thriller con incrustaciones de romance, o una película romántica salpimentada de thriller. En el cómputo general didiría que es más numerosa la faceta romántica. Poniéndonos un poco quisquillosos quién sabe si es un antecedente de El guardaespladas (1992). Pero la película de Ridley Scott va más allá. Hay cierto componente sociológico en lo que respecta a la diferencia de clases. El director se empeña mucho en señalar la diferente extracción social de Mike y Claire. El fuerte contraste entre Queens y la zona donde vive ella se ve a simple vista.
También los pequeños hábitos de ambos. Como por ejemplo que el detective vaya al trabajo en trasporte público, o que Claire trate de cambiar algunos aspectos de la indumentaria de Mike. Da la impresión de que Ridley Scott trata de decirnos que las diferencias de clase son un obstáculo notable en cuanto a relaciones se refiere. También hay un componente de culpabilidad, pues el personaje de Tom Berenger está casado con el de Lorraine Bracco y la situación conyugal se va deteriorando más. Afortunadamente la narración es tan sobria, elegante e inteligente que evita el peligro de parecer que estemos inmersos en una telenovela.
La parte imbuida de thriller aparece en momentos puntuales, pero Ridley Scott la maneja con gran habilidad y conocimiento de causa. Se nota una destreza notable para crear tensión, destacando principalmente el tramo final de la película, inquietante y magnético. Cabe decir, no obstante, que los que esperen un policiaco químicamente puro es posible que se decepcionen, ante la relevancia del drama (incluso melodrama) en la trama y el tempo lento de la película, que aun así nunca llega a ser plomizo.
El elenco de La sombra del testigo
La sombra del testigo tiene como protagonista a un actor muy en boga a mediados de los 80 y principios de los noventa, Tom Berenger. Con Oliver Stone hizo dos películas de particular relevancia: Platoon (1986) y Nacido el 4 de julio (1989). También destacan, por ejemplo, El sendero de la traición (1988) de Costa-Gavras y un infravalorado thriller psicológico, La noche de los cristales rotos (1991) de Wolfang Petersen. Su desempeño no es malo. No es un policía justiciero, solitario, que va ejecutando malhechores sin ton ni son. Se nos presenta como un padre de familia envuelto en una situación extraordinaria, y Berenger se desenvuelve estupendamente.
Mimi Rogers se acomoda sin problemas al ritmo de la película, y aunque es un personaje con poco trasfondo más allá de su delicada situación, resulta creíble en su papel de mujer sofisticada de la jet set neoyorquina. Tampoco cae en algunos tópicos como podrían ser la arrogancia o la superficialidad. Igualmente realiza un trabajo sobrio. A pesar de que la obra no alcanzó éxito en taquilla, este papel quizá sea el más recordado de su carrera junto con The Doors (1991) de Oliver Stone.
Lorraine Bracco interpreta a un personaje que tiene algo de trágico. Ve a su familia descomponerse a causa del lance amoroso de su marido con Claire, y de un modo indirecto se verá envuelta también en la trama criminal. Su presencia se ve algo subsumida por Berenger y Rogers, pero su actuación es sólida. En unas circunstancias distintas, ese temperamento probablemente la ayudó años más tarde en Uno de los nuestros (1990), de Martin Scorsese. Quizá su papel más célebre sea el de la doctora Melfi, la psiquiatra que suele visitar Tony Soprano en la serie de la HBO.
Significación de la película para Ridley Scott
Los años 80 no fueron unos años fáciles para Ridley Scott en lo que a taquilla se refiere. Bien es cierto que Blade Runner (1982) se convirtió en una película de culto, pero lo hizo de forma progresiva y con el espaldarazo del VHS. Legend (1985) fue fracaso comercial y también lo fue La sombra del testigo. De todos modos, la taquilla no debe ser un indicador de la calidad. Y las películas de Scott fueran fracasos o no, tenían algo. Legend sigue siendo alucinante a nivel visual hoy en día, pero acusaba quizá un guion no demasiado perfilado. De todos modos, es una buena película de fantasía.
No podemos decir que la película que nos ocupa fuese un resurgimiento. No funcionó comercialmente. Quizá por navegar entre dos aguas. No es enteramente un thriller, y no es enteramente un drama romántico. Sin embargo, la dirección está cuidadísima y Scott sabe narrar de una manera algo lenta, pero atrapante. Es algo más que un ejercicio de estilo, es una película clásica que bebe del Hollywood dorado y lo resitúa en los años 80. Con buen gusto y estilo. Merece una reivindicación.
La siguiente película de Ridley Scott sería un resurgir comercial. La muy apreciable Black rain (1989), se metía de lleno en la intriga. Esta vez una intriga pura, oscura y violenta. Por no mencionar el éxito rotundo posterior de Thelma y Louise (1991). La carrera del director británico ha pecado de irregularidad y no siempre ha dado con la historia acertada. Pero también ha dejado una serie de película merecedoras de mejor suerte, y que siempre han mantenido un nivel visual magnífico. La sombra del testigo es un buen ejemplo.
Conclusiones de 'La sombra del testigo'
A La sombra del testigo conviene rescatarla de su olvido y darla al menos una oportunidad de mostrar sus virtudes. Puede haber reticencias en cuanto a su indecisión entre drama y thriller, o por su estética marcadamente ochentera, pero se trata de una intriga elegantemente oscura mezclada con un romanticismo sereno y sin estridencias. Un Ridley Scott quizá menor, pero que puede sentirse orgulloso de sus virtudes.
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