Carlos Iglesias regresa a la gran pantalla con La suite nupcial, adaptación de la obra de teatro homónima. El realizador es el encargado de protagonizar la cinta, además de ejercer de guionista. Iglesias realizó su debut en el mundo del cine con un éxito bastante destacable con el film "Un franco, 14 pesetas". Con este título, es su cuarta película. No se le veía en las salas de cine desde el 2014 con la secuela de su ópera prima: "2 francos, 40 pesetas". Con la presencia de actores como Ana Arias, Ana Fernández, también ha contado con la participación de figuras de la comedia española como Santiago Segura y José Mota. En cines desde el 10 de enero.
Crítica de 'La suite nupcial'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La suite nupcial
Título original: La suite nupcial
Reparto:
Carlos Iglesias (Fidel)
Ana Arias (Marisa)
Eloísa Vargas (Gobernanta)
Ana Fernández (Elisa)
José Mota (Mario)
Año: 2020
Duración: 92 min
País: España
Director: Carlos Iglesias
Guion: Carlos Iglesias
Fotografía: Paco Sánchez Polo
Música: Mario de Benito
Género: Comedia
Distribuidora: Versus Entertainment
Tráiler de 'La suite nupcial'
Sinopsis de 'La suite nupcial'
La suite nupcial nos presenta a Fidel, un hombre normal y corriente entrado en los sesenta, que intenta subirse al último tren que pasará por su aburrida y monótona vida. Esto implica un fin de semana a todo lujo y completamente fuera de su alcance en la Suite Nupcial de un hotel de Toledo.
Allí tratará de tener una aventura con una compañera de trabajo, aunque las cosas no pasarán exactamente como tenía pensado. Casualidades de la vida, su mujer también tenía planes para ese mismo fin de semana… Se masca la tragedia. (VERSUS ENTERTAINMENT).
Dónde se puede ver la película
De las tablas a la gran pantalla
Carlos Iglesias lleva al cine una de las obras de teatro con las que ha gozado de un gran éxito entre el público español: La suite nupcial. El realizador se ha encargado de adaptar la dramaturgia original al guion cinematográfico. Uno de los inconvenientes a los que se enfrenta es que se pueda ver ese carácter teatral que no busca el séptimo arte, en varias partes lo consigue y, sin duda, dan un resultado curioso, pero en otras se puede percibir perfectamente ser heredera de la obra original. Por lo cual, no se separa de la naturaleza original de este título y, en ocasiones, termina exponiéndose de una forma menos orgánica y más impostada. Pese a ello, es un entretenimiento estupendo y transmite una comedia liviana y fresca, cumpliendo su propósito en el público.
Al igual que pasara en la obra original, las relaciones entre los personajes principales se convierte en una comedia de enredos y en su versión cinematográfica se potencia de una manera satisfactoria. Se puede ver la riqueza del humor en estos personajes, se construye sobre ellos un universo dinámico y con esas pinceladas de reflexión sobre la sociedad y el concepto que se tiene de las relaciones. Sin embargo, lo que no termina de encajar son los personajes periféricos que se encuentran a lo largo de la trama. No funcionan y pueden, incluso, notarse forzados en escena. Además, acaban por ralentizar el ritmo y las situaciones no se producen con la misma fluidez. Por último, el espectador puede sentir que hay cierto dramatismo que seguramente funcione en el teatro, pero que no lo hace en el cine.
La interpretación pausada
El reparto protagonista de La suite nupcial está liderado por Carlos Iglesias, que, como se ha comentado anteriormente, también ejerce de director y guionista. Iglesias se convierte en Fidel, un hombre que es víctima de la propia contradicción de los sentimientos y de la frustración del paso del tiempo. El también actor realiza una labor muy completa, con una humanidad en su expresión que eleva a su personaje. Únicamente hay momentos en los que se deja llevar por la intensidad dramática del momento y abraza el sentimiento más teatralizado. Por su lado, Ana Fernández da frescura, fuerza e histrionismo a su interpretación. La Elisa que muestra en pantalla es extrema, pero ofrece una bocanada de aire a la reflexión humorística que dan el resto de personajes. Lleva su antagonismo a un ambiente que ensambla perfectamente.
Por otro lado, Ana Arias como Marisa está impecable, controla perfectamente la comedia, se ve esa pasión y a la vez tranquilidad en su trabajo actoral. Está relajada y cómoda, por lo que tiene una gran química tanto con el resto de actores como con la propia puesta en escena. Brilla en todo momento y se convierte en la mejor interpretación de la película. Es un placer verla en pantalla y se disfruta. Por último, completan el reparto Eloísa Vargas y José Mota como la Gobernanta y Mario. Vargas tiene conexión con el resto de sus compañeros y eso se palpa en todo momento, solamente su proyección vocal está más cerca de la teatral, que de la técnica en cine. Por ello, se ven varias secuencias con más intensidad dramática de la que se debiesen. Por su parte, Mota está notable y cumple su función.
Rompiendo el espacio
La puesta en escena en La suite nupcial se aleja de la teatral para darle un universo más expandido sin caer en lo innecesario. Nuevamente el hotel y la famosa habitación son el principal escenario, pero se agradece visitar otros espacios y crear un preámbulo ambiental. Se hace desde una perspectiva más enriquecida, aunque hay algún espacio en el que no se termina de comprender su función expresiva como la casa de turismo. Aun así, no se puede negar que le permite diferenciarse con el material original con la diversidad espacial que ofrece en pantalla. La dirección artística ha hecho una labor muy destacable y hay que subrayar la importancia de mantener la esencia del producto original, pero desmarcándose de ésta con un resultado propio. En este sentido, funciona muy positivamente.
Sin embargo, la dirección fotográfica sigue un esquema que se va repitiendo a lo largo del film, cercano a un formato estandarizado del plano-contraplano. De esta manera, al público puede darle la sensación de no buscar un significado creativo más allá de tener un encuadre adecuado hacia el intérprete en pantalla. No hay una expresividad sensitiva, por lo que cumple su función, pero no va más allá. Lo mismo ocurre con la banda sonora, hay una musicalización acorde a lo que se ve en pantalla, pero no desarrolla el gusto musical. El montaje es correcto y da un resultado bastante agradable. Es una comedia ligera y se puede ver que su intención es ofrecer un producto de acceso fácil para todo tipo de público. Se entiende perfectamente y las risas están aseguradas.
Conclusión
La suite nupcial es una comedia de enredos que todavía es heredera de la obra teatral original, por lo que se percibe esa intensidad dramática de las tablas llevada a la gran pantalla. El guion es fresco, ligero y no busca complicaciones, por lo que cumple su principal meta que es hacer reír a los espectadores. Ana Arias está fantástica y es, sin duda, la mejor interpretación de la película. El reparto ofrece un trabajo actoral dinámico y se disfruta. A nivel técnico, se agradece la innovación de los espacios, pero sigue una estética convencional y estándar en el resto de categorías. Una noche en un hotel agradable, que no se convierte en la mejor experiencia de la vida del espectador, pero sí en una velada liviana y entretenida.
Reportaje de La suite nupcial en Días de Cine TVE
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Sinceramente aplaudo esta critica por la extrema labor de intentar sacar cosas buenas a semejante obra. Como se nota el amiguismo o el dinero de por medio ya que sinceramente, cualquier alumno de cine de cualquier escuela de España le hubiera dado vergüenza presentar semejante película.