La viuda negra, que se estrenará en Netflix el 30 de mayo de 2025, está basada en un crimen real, la historia del caso conocido como la "viuda negra de Patraix". La dirección de la película corre a cargo de Carlos Sedes (El verano que vivimos), y el guión ha sido desarrollado por el mismo equipo de guionistas de El caso Asunta.
Crítica de 'La viuda negra'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La viuda negra
Título original: La viuda negra
Reparto:
Ivana Baquero (Maje)
Carmen Machi (Eva)
Tristán Ulloa (Salva)
Joel Sánchez
Álex Gadea
Pablo Molinero
Pepe Ocio (Bernardo)
Ramón Ródenas
Amparo Fernández (Madre Arturo)
Miquel Mars (Víctor)
Año: 2025
Duración: 120 min.
País: España
Director: Carlos Sedes
Guion: Ramón Campos, Gema R. Neira, Jon de la Cuesta, David Orea Arribas, Javier Chacártegui Horrach, Ricardo Jornet
Fotografía: Daniel Sosa Segura
Música: Adrian Foulkes, Federico Jusid
Género: Thriller. Crimen
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'La viuda negra'
Sinopsis
En agosto de 2017 aparece el cadáver asesinado de un hombre en un aparcamiento de Valencia, acuchillado siete veces. Mientras todo apunta a un crimen pasional, el Grupo de Homicidios de la ciudad, con una veterana inspectora al frente, arranca una investigación a contrarreloj que pronto los conduce a una sospechosa que nadie esperaba: Maje, la joven viuda, dulce y serena, que llevaba casada con la víctima menos de un año. (Netflix)
Dónde se puede ver la película en streaming
Puntadas demasiado perfectas
Siete puñaladas, una viuda que llora sin lágrimas, un amante con la culpa tatuada en las manos.... La historia real ya tenía todo, triángulo amoroso, manipulación psicológica y un cadáver en un parking de barrio. Sin embargo el guion, fiel hasta la obsesión, se pierde en lo forense, declaraciones policiales, informes periciales, cronologías minuciosas.
Es como ver un puzle completo ante ti, sabes cómo termina, y ni un solo borde desalineado rompe la tensión. Lo peor, eludir el por que, ¿Fue maldad, desesperación o vacío existencial? La viuda negra prefiere dejarlo en expedientes, no en almas.
El arte de no mancharse
Carlos Sedes filma como un notario, planos fijos de lugares reales, ese parking que aún huele a gasolina vieja, diálogos secos como autos judiciales, y cero glamour en la violencia. Su mayor acierto, convertir Valencia en un personaje gris, faroles de barrio, bloques de uralita, bares donde el café con leche sabe a rutina mortal.
Pero cuando la cámara debería temblar, el crimen, los interrogatorios clave, se queda fría como el mármol de la morgue, se agradece evitar el morbo, pero ¿Dónde quedó el escalofrío?
Fantasmas en carne y hueso
Ivana Baquero destaca con un papel que exige ambigüedad y contención. Su interpretación de Maje oscila entre lo angelical y lo perturbador, logrando una presencia inquietante. Tristán Ulloa, como el amante cómplice, aporta un contrapunto vulnerable y humano. Carmen Machi brilla como la inspectora veterana, con una actuación sólida y realista que aporta gravedad al relato.
Sin embargo, varios personajes secundarios en La viuda negra quedan desdibujados, lo que empobrece el impacto emocional de sus arcos y resta fuerza a algunas escenas clave.
Realismo sucio
Que La viuda negra se haya grabado en localizaciones reales en Patraix y Manises, es el alma de la película. Esas paredes desconchadas, los azulejos de los 70, los coches con polvo en los retrovisores. Netflix podría venderlo como un tour turístico macabro. La fotografía también es reseñable, paleta de grises, beige y verde hospital, ni un filtro, ni una luz bonita, hasta la sangre se ve opaca.
El sonido es el verdadero héroe, silencios que pesan más que los gritos, portazos que retumban como disparos, y ese tic-tac de reloj en escenas clave, como una cuenta regresiva hacia nada. La música, casi inexistente, cuando suena un piano, parece llegado por error.
Conclusión de 'La viuda negra'
La viuda negra es una producción seria y respetuosa que pone el foco en los hechos y en la psicología criminal más que en el efectismo, aunque puede parecer fría o demasiado ceñida al expediente. Su rigor y sus interpretaciones principales la convierten en una propuesta sólida dentro del género true crime. Una película para quienes buscan comprender antes que juzgar.
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