Lagunas y niebla, obra escrita por Paco Gámez y dirigida por de José Luis Arellano, se estrena en el Teatro de la Abadía el 26 de enero y estará en cartel hasta el 11 de febrero. Con esta obra se inicia la temporada que celebra los 10 años de la compañía.



Estreno de Lagunas y niebla

Crítica de 'Lagunas y niebla'

Ficha Técnica

Título: Lagunas y niebla
Título original: Lagunas y niebla

Reparto:
Julia Adun
Elisa Hipólito
Manu Imizcoz
Javier Fernández
Paula Feror

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: José Luis Arellano
Dramaturgia: Paco Gámez
Espacio escénico y vestuario: Silvia de Marta
Diseño de iluminación:
Juanjo Llorens (AAI)
Música y espacio sonoro:
Alberto Granados Reguilón
Coordinación del proyecto:
David Peralto, Paloma Rodrigo, Martin Valdés-Stauber
Ayudantía de documentación y coordinación de talleres:
Ana Rocío Dávila e Irene Herrero
Ayudantía de dirección:
Raúl Pulido Jordá
Regiduría y ayudantía de escenografía:
Christina Eleftheriadou
Ayudantía de vestuario:
Laura Forero
Ficha didáctica:
Maite Fernández y Elena Trujillo
Dirección de producción:
Olga Reguilón Aguado
Dirección técnica:
Daniel Villar y Está Por Ver SL
Técnico de iluminación:
Óscar Fernández
Técnico de audiovisuales:
Antonio Romero
Administración y gestión de públicos:
Rocío de Felipe
Comunicación:
Pedro Sánchez, Laura Forero y María Díaz
Producción y sostenibilidad:
Paloma Rodrigo
Mantenimiento y limpieza:
Begoña Pérez
Fotografía:
Ilde Sandrin
Prácticas:
Carla Mazarrota (dirección), Inés Cabrera (comunicación) y María García (producción)
Construcción escenografía:
Mambo Decorados
Realización telón:
Gerriets
Construcción obuses:
Ricardo Vergne
Agradecimientos:
Juan Carlos Rodríguez y a todas y cada una de las personas que han colaborado en las entrevistas, talleres y charlas con Paco Gámez
Producción: LaJoven

Presentación de 'Lagunas y niebla'

Sinopsis de 'Lagunas y niebla'

Lagunas y niebla nos presenta un reciente estudio que evidencia que los jóvenes españoles desconocen su historia reciente. Confunden personajes, razones, lugares y fechas vinculados con la Guerra Civil Española.

¿Qué tienen ellos que ver con el 36? ¿Importa de algo lo que ocurrió? ¿Ha marcado ese hecho terrible el presente de los que nacieron en los ’90 o en este milenio? ¿Puede la historia ser borrada? ¿Puede ser inventada?

¿Cómo habría sido tu vida si cumplieras 18 en el 36; en 1936? ¿Cómo fue la juventud de los que dejaron de vivir en la contienda, de los que sobrevivieron, de los que ahora son ancianos?

Todo es confusión, un mapa amarillento de la península lleno de lagunas y de niebla, donde los límites entre el presente y el ayer se confunden, entre la realidad y la ficción, sobre lo político y lo íntimo. (TEATRO DE LA ABADÍA). 



Lagunas y niebla
Foto de LaJoven

Su pasado, nuestro presente

La Joven, que empezó su andadura siendo La Joven Compañía, ha cumplido diez años de existencia. Diez años de formación, de proyectos, de trabajo, de ilusión compartida, de funciones, de premios (muchos). 23 espectáculos estrenados a los que han acudido unos 350.000 espectadores en más de 85 ciudades. Este es su pasado, pero también su presente, ya que, a pesar de estos diez años transcurridos, me acerco a su nuevo trabajo, Lagunas y niebla, con la ilusión casi, casi, del primer día, porque no sé lo que voy a ver, pero sí sé que me va a conmocionar como ya lo hicieron antes “Gazoline”, “La edad de la ira”, “Fuenteovejuna” o “Punk Rock”.

Sobre el escenario de la Sala Juan de la Cruz nos encontramos con una gran pantalla de proyección dispuesta en posición vertical que nos anuncia, por escrito, el contexto de Lagunas y niebla. Maniquíes, obuses “que aún pueden estallar” y un mapa de España inclinado hacia el público, sobre una estructura con ruedas. La función, sin embargo, no empieza sobre el escenario, sino en el patio de butacas, desde donde los personajes de Laguna y niebla pasan a ser algo más que actrices y actores de un elenco. Se convierten en cada una de nosotras y nos acercan a aquello que nos van a contar. Nos apelan de forma directa. ¿Quiénes sois? Parece que nos preguntan ¿Y por qué habéis venido? ¿Por qué os interesa lo que un grupo de jóvenes os van a contar desde un escenario?

Lucas (Manu Imizocz) lleva un megáfono y en su camiseta lleva escrito el nombre de la mujer a la que quiere, Inma (Elisa Hipólito), pero ella ya no puede seguir con esa relación, porque se ha dado cuenta de que a Lucas no le importa el pasado. Y eso es como si no le importara tampoco el presente. Su amiga Yolanda (Julia Adun) le dice que está exagerando, que no se lo tome tan en serio, entonces Inma la anima a que cuente su cita de Tinder con Macarena (Paula Feror) para que todas comprobemos que no exagera. Ronald (Javier Fernández) es elegido por Lucas entre el público para que diga lo que sabe de la Guerra Civil y demuestra lo contrario que piensa Lucas: que muchos jóvenes sí conocen de dónde vienen.

Teatro de la Abadía
Foto de LaJoven

La memoria tiene muchas voces

Según avanza la trama, las preguntas se multiplican y la memoria se amplifica. Los cinco jóvenes convergen en un punto común a través de pequeños puntos divergentes. Una melodía polifónica compuesta por todo lo que han leído, han estudiado y les han contado. También colmada de sus propias reflexiones. La Guerra Civil que ellos no vivieron es un cruce en el que convergen muchos caminos. Es un antes para comprender un después, para repensar sobre lo humano en su profunda particularidad.

El talento de Julia Adun, Elisa Hipólito, Manu Imizcoz, Javier Fernández y Paula Feror va desgranando un texto que se ha ido construyendo a lo largo de los años a través de testimonios, entrevistas y talleres. Varios personajes aparecen en este homenaje a los que fueron jóvenes en el 36, pero también a los que no pudieron serlo, a los que desaparecieron, a los que tuvieron que huir de su país, a los que siguen enterrados en las cunetas. La hija del molinero que es, a su vez, madre, el joven miliciano, el hijo del embajador de Chile, los versos de Federico “anda jaleo, jaleo, ya se acabó el alboroto y comienza el tiroteo”.

Cinco voces que configuran un prisma de discursos de ambos bandos, de ideologías políticas diferentes o sin ideología definida. Personas corrientes de la ciudad y del campo a las que le pilló la guerra sin más. Y, tras la guerra, la pobreza y el hambre durante años en los que la dictadura se cebó con los perdedores. El exilio y la muerte vaciaron España de intelectuales y poetas, los avances sociales que comenzaron a caminar en la Segunda República quedaron enterrados también bajo las bombas. España se volvió gris y se convirtió en un país partido por la mitad que, aún hoy, mantiene la cicatriz a flor de piel.

Lagunas y niebla
Foto de LaJoven

Conclusión

La guerra es un monstruo grande y pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente, cantaba Mercedes Sosa y con esa frase podría definirse Lagunas y niebla. Sobre todo en su parte final, al permitirnos pensar en otras guerras presentes y otras personas inocentes que mueren bajo el yugo de los más fuertes.

Una obra que nos invita a volver a nuestro pasado desde miradas diversas, evitando los prejuicios y el enfrentamiento. Para curarnos, a ver si pudiera ser posible, de todo el horror que vivieron nuestros abuelos y abuelas, para sanar las heridas, pero, sobre todo, para no repetir.

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