Considerado uno de los mayores exponentes del Nuevo Cine Alemán, Rainer Werner Fassbinder tenía una idea un tanto ambivalente sobre las relaciones sentimentales. “El amor es el más insidioso, eficaz y mejor instrumento de represión social”, llegó a decir. Precisamente, sobre idea yace una de sus obras maestras tanto del cine como del teatro: Las amargas lágrimas de Petra von Kant.

En la sala Max Aub de Nave 10 del Matadero de Madrid desde el 28 de marzo hasta el 20 de abril, Rakel Camacho acepta el desafío de traer el espíritu de Fassbinder a escena. Las amargas lágrimas de Petra von Kant tiene un punto que puede verse como un arma de doble filo. Estéticamente es una pieza de lo más atractiva y fácilmente se puede crear una atmósfera entre fascinante y opresiva, que refleje la toxicidad de los sentimientos. Sin embargo, está el peligro de quedarse solamente en esa carcasa.



Las amargas lágrimas de Petra von Kant

Crítica de 'Las amargas lágrimas de Petra von Kant'

Ficha Técnica

Título: Las amargas lágrimas de Petra von Kant
Título original: Die Bitteren Tränen der Petra von Kant

Reparto:
Celia Freijeiro
Aura Garrido
Julia Monje
María Luisa San José
Ana Torrent

Duración: 85 min. apróx.
Dirección: Rakel Camacho
Versión: Rakel Camacho
Autor: Rainer Werner Fassbinder
Diseño de espacio escénico:
Luis Crespo
Diseño de vestuario:
Pier Paolo Álvaro Y Roger Portal (AAPEE)
Maquillaje y caracterización:
Pier Paolo Álvaro Y Rakel Camacho
Asistente artístico:
Rebeca Mollà
Ayudante de dirección:
Ana Barceló
Diseño de iluminación:
Mariano Polo
Movimiento escénico:
Julia Monje y Rakel Camacho
Composición de música original:
Pablo Peña y Darío Del Moral
Producción: Nave 10 Matadero
y Pentación Espectáculos

Tráiler de 'Las amargas lágrimas de Petra von Kant' 

Sinopsis de 'Las amargas lágrimas de Petra von Kant'

Las amargas lágrimas de Petra von Kant nos presenta a Petra von Kant, una exitosa diseñadora que acaba de separarse de su segundo marido, vive con su secretaria Marlene, ayudante y casi esclava. Cuando una de sus mejores amigas le presenta a Karin, una joven oportunista de orígenes humildes, Petra se enamora perdidamente de ella y promete convertirla en una modelo internacional. Las dos mujeres comienzan entonces una tormentosa relación. (NAVE 10 MATADERO). 



Las amargas lágrimas de Petra von Kant
Foto de Isa Saiz

Una puesta en escena fascinante y con alma fassbinderiana

Parece que Camacho es consciente de eso, pues crea un universo seductor en el que se ve la habitación de Petra von Kant como una especie de jaula dorada, en la que la diseñadora combina sus pasiones, desde su maestría para crear diseños para firmas de lujo hasta para experimentar los más dolorosos amores.

Con Luis Crespo como encargado del diseño del espacio escénico, Pier Paolo Álvaro y Roger Portal encargados de un vestuario entre futurista y punk, muy propio de la estética de los 70, y con Álvaro y la propia Camacho encargados del maquillaje, su aspecto técnico es exquisito, con un estilo que sabe traer el espíritu fassbinderiano a escena, combinado con una mirada propia que bien podría acerca esta versión a toques cinematográficos como el que tuvo Yorgos Lanthimos con Pobres criaturas o Pedro Almodóvar (claro pupilo de Fassbinder) con La piel que habito.

Pero esta versión de Las amargas lágrimas de Petra von Kant es más que un cuidado escenario punk. Desde su carta de presentación, en la que se emula una pasarela de moda que bien podría ser una metáfora de la psique de su protagonista, la pieza teatral navega entre los juegos de poder. Petra von Kant tiene a su sumisa sirvienta, Marlene, quien es realmente su asistente y que está profundamente enamorada de su mentora, como un leal lacayo que acepta todas las órdenes con un satisfactorio placer.

Nave 10
Foto de Isa Saiz

Ana Torrent, una magnífica Petra von Kant

Tras una breve conversación con su madre, Valerie, Petra conversa con su prima y mejor amiga, Sidonie. Es aquí donde se ve que Camacho sabe captar la esencia de la obra original, además de traer las referencias cinematográficas a escena. Se produce un fascinante juego interpretativo entre Ana Torrent y Celia Freijeiro. La primera es la atormentada Petra, mientras que la segunda es ala aparentemente banal Sidonie. En medio, la tercer en discordia, Julia Monje como la sumisa Marlene, ofreciendo una interpretación magistral en un papel que es, ante todo, mímica.

Si bien, la irrupción de Karin en el escenario es más arquetípica, Camacho sabe crear momentos de tensión, de dominación, en los que se ve cómo Fassbinder entendía la relación de pareja en un juego de dominación y poder, en el que amaba terminaba siendo el sumiso.

Esta versión sabe mantener ese reflejo de los juegos de poder, de cómo la burguesa Petra von Kant, diseñadora de moda y considerada una de las modistas más importantes del momento, se deja arrastrar por la joven Karin, una mujer casi vagabunda que aprovecha su belleza para lograr escalar socialmente.

Sí, ese tipo de situaciones se han visto muchas veces. No obstante, lo que llama la atención y cobra un cariz importante es que se está hablando de una obra protagonizada por seis mujeres (cinco en esta versión al omitir a Gaby, la hija de Petra, quien sólo es nombrada).

Las amargas lágrimas de Petra von Kant
Foto de Isa Saiz

La tiranía del oprimido

Hay un elemento clave que hace que esta producción sea especialmente atractiva, el reflejo de la dominación y las relaciones de poder alejadas de una mirada encajonada bajo el patriarcado. Este universo femenino deja una incómoda verdad: a pesar de que las mujeres están oprimidas en un mundo machista, eso no impide que dicha opresión se utilice como instrumento de terror.

Era un razonamiento del propio Fassbinder, que Camacho sabe transmitir. Es fascinante cómo retrata esa situación de poder de Petra, quien terminada en el otro lado cuando es Karin la que acaba teniendo la sartén por el mango. La presa se torna depredadora y devora a su verdugo. En ese juego de poder, llama especialmente la atención el simbolismo de una relación intergeneracional, en cómo la mujer madura acaba sucumbiendo a la joven, dándole también mayores capas de lectura e interpretaciones a esta relación amorosa.

Nave 10
Foto de Isa Saiz

El rosto más pérfido del amor

Pero esta versión es más que un duelo entre una fabulosa Ana Torrent y una correcta Aura Garrido. Los personajes de Marlene, Sidonie, Valerie (y Gaby, aunque no esté presente en esta adaptación) orbitan alrededor cuales satélites de ese planeta llamado Petra. Más allá del magnífico retrato del masoquismo extremo de la leal Marlene, se puede ver las vertientes distintas de los juegos de poder.

Por un lado, el de la amistad, hasta cierto punto convenida. Sidonie tiene estima a Petra, pero interiormente arde en deseos de verla caer para regodearse en ello. Después esta la madre de Petra, la cual depende económicamente de su hija, después haberlo hecho con su fallecido marido.

Juegos de poder en el que la palabra amor muestra su cara más desagradable y que sabe crear una fascinante historia de pasiones, decadencia y dependencia emocional. Ya lo dice esa frase que también denomina las relaciones tóxicas: ‘si no duele, no es amor’. Combinado con momentos musicales con los que mantener esa atmósfera fassbinderiana a lo largo de la pieza, la propuesta termina hechizando completamente, provocando que el público caiga también en la trampa de la ponzoña que esconde el afecto.

Las amargas lágrimas de Petra von Kant
Foto de Isa Saiz

Conclusión

Camacho dirige una magnífica versión de una de las obras cumbre del rebelde cineasta germano. Las amargas lágrimas de Petra von Kant es una experiencia fascinante, que es capaz de llevar al público del éxtasis hasta los más recónditos círculos del infierno de la pasión amorosa. Una adaptación cuya máxima pega es que haya estado menos de un mes en cartel.

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