Las criadas, obra del dramaturgo francés Jean Genet regresa a Madrid al Teatro Bellas Artes después de su exitosa gira por los escenarios de todo el país, donde ha recibido una calurosa acogida tanto de la crítica como del público. Luis Luque está al frente del proyecto, en versión de Paco Bezerra y con un elenco extraordinario formado por Alicia Borrachero, Jorge Calvo y Ana Torrent.
Las criadas es un opresivo drama simbólico sobre los abusos de clase y la perversidad de las relaciones en una sociedad enferma. En su estreno, en 1947, fue rechazada frontalmente por el público, que la consideró una obra repulsiva. Ha sido con el paso de los años que Las criadas ha alcanzado su lugar como un texto cumbre de la dramaturgia del siglo XX.
En la pasada temporada se pudo disfrutar de la obra Las criadas en las Naves del Español, en Matadero. Puedes leer la CRÍTICA que publicamos entonces, pulsando AQUÍ. Las criadaspermanecerá en el Teatro Bellas Artes de Madrid del 1 de diciembre al 9 de enero.
Reparto: Alicia Borrachero (Solange) Ana Torrent (Claire) Jorge Calvo (La Señora)
Duración: 90 min. apróx. Dirección: Luis Luque Versión y traducción: Paco Bezerra Diseño de vestuario: Almudena Rodríguez Huertas
Diseño de iluminación: Felipe Ramos
Composición y música original: Luis Miguel Cobo
Creación de videoescena: Bruno Praena Diseño espacio escénico: Mónica Boromello Fotografía: Jesús Ugalde
Productor: Jesús Cimarro Asesoría de movimiento: Agnés López Producción: Pentación Espectáculos y Teatro Español
Tráiler de 'Las criadas'
Sinopsis de 'Las criadas'
La obra Las criadas nos presenta a las hermanas Claire y Solange, las criadas de una Señora de la alta burguesía francesa. Todas las noches inician una ceremonia perversa, un ritual donde la realidad y la ficción se mezclan en un peligroso juego de cambio de identidades. Claire es la Señora y Solange es Claire. Solange es la Señora y Claire es Solange, las hermanas alternan los papeles constantemente, ninguna existe por sí sola porque son dos rostros de un mismo personaje. La Señora representa para ellas la cima de la pirámide, la luz donde se refleja el deseo de ser otra. Por eso las hermanas se visten, juegan y se convierten en una simulación de ese ser divino que es la Señora. La inquina y la rabia de ser conscientes de su destino de criadas les llevará, de un modo inevitable, a un desenlace fatal. (TEATRO BELLAS ARTES).
Vivir de rodillas
En un escenario de una blancura aséptica, dos mujeres realizan, como cada noche, su ceremonia perversa. Las hermanas Claire y Solange dejan de ser por un momento las criadas, para representar una escena llena de sadismo. Ese acto teatral es liberador para ellas frente a la opresión a la que se ven sometidas por parte de la Señora. Esta permanece ausente pero solo de forma simbólica en la primera parte de la obra. Alicia Borrachero y Ana Torrent llenan la escena de forma enérgica y dolorosa, haciendo suya la belleza desgarradora del texto de Genet.
La rotunda aparición de Jorge Calvo, que encarna a la Señora, en su peana de terciopelo azul y rodeada de flores, como una santa a la que hay que rendir adoración, supone una vuelta a la realidad para Claire y Solange. Una realidad de la que son prisioneras y a la que no se doblegan. Pero de la que solo existe para ellas una manera posible de liberarse. La Señora, ajena al mundo que le rodea y con una existencia vacía de significado se alza sobre su altar pagano como una alegoría de la clase burguesa. La catarsis final que plantea Genet y que no desvelaremos es de un pesimismo radical.
Basado en hechos reales
Jean Genet se basó para su relato en un asesinato ocurrido verdaderamente en 1933. Este hecho, que palpita en el fondo de la obra, le sirve a Genet para indagar en la psique de las tres protagonistas. Su simbiosis enfermiza nos hace dudar por momentos de su individualidad. Los miedos, la paranoia y los deseos más oscuros hacen presa de las mentes de las dos hermanas. Sus fantasías homicidas ocurren en la aparente placidez una casa de la alta burguesía parisina, fantásticamente diseñada por Mónica Boromello. La blancura y la luminosidad de la puesta en escena nos evoca la asepsia de un psiquiátrico. En contraste, el terciopelo de una azul intenso y las flores rojas ofrecen una transgresora simbología virginal y mariana.
La falta de libertad de las criadas se ve subrayada además por el vestuario, a cargo de Almudena Rodríguez. Los monos de trabajo de estas, de un blanco luctuoso, se confrontan al brillo y los colores radiantes de las opulentas túnicas de la Señora.
De hecho la obra Las criadas se sustenta sobre un constante juego de contrastes: la clase dominante frente a las dominadas; la libertad impune del culpable, frente a la falta de libertad de las inocentes; la adoración casi religiosa frente al desprecio homicida. Todos estas aparentes contradicciones se conjugan en la paradójica historia de las hermanas que no puede dejar a nadie indiferente.
Conclusión
Alicia Borrachero, Jorge Calvo y Ana Torrent despliegan un talento arrollador en este drama simbólico que nos habla de una sociedad enferma por la opresión de clase. Escrito por Jean Genet en los años cuarenta, Luis Luque dirige esta versión, a cargo de Paco Bezerra, con una interesantísima puesta en escena que subraya la potencia del texto y las interpretaciones sobresalientes de sus protagonistas.
El Teatro Bellas Artes brinda al público madrileño la oportunidad de reencontrarse con este clásico del siglo XX, después de haber cosechado un clamoroso éxito la pasada temporada tanto en la capital como en su gira por España. Las criadas, una obra cumbre de la dramaturgia contemporánea, se vuelve aún más imprescindible gracias a una de las propuestas escénicas más interesantes que nos ofrece la cartelera teatral estas Navidades.