Little fish es un drama romántico ambientado en una sociedad distópica que vive asolada por un terrible virus que borra la memoria de aquellos que lo sufren. Una situación desoladora que pondrá en riesgo la relación de la joven pareja protagonista, especialmente cuando él comienza a sentir algunos de los síntomas de la enfermedad.
La pareja protagonista está interpretada de forma muy certera por Olivia Cooke (“Sound of metal”) y Jack O`Connell (“Invencible”) y la dirección corre a cargo de Chad Hartigan.
Curiosamente aunque actualmente la palabra pandemia está interiorizada en nuestro vocabulario, el germen y la escritura de esta historia, creada a cuatro manos por Mattson Tomlin (“Proyecto Power) y Aja Gabel, fue concebida ocho meses antes del inicio de la crisis del COVID-19.
Little fish está disponible en Movistar desde el 10 de mayo.
Crítica de 'Little fish'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Little Fish
Título original: Little Fish
Reparto:
Olivia Cooke (Emma)
Jack O'Connell (Jude)
Carmen Moore (Dr. Dormer)
Raúl Castillo (Ben)
Chris Shields (Mr. Johnson)
Soko (Samantha)
Toby Hargrave (Frank)
Leanne Khol Young (Mamá)
David Lennon (Tim)
Kwesi Ameyaw (Dr. Tomlin)
Angela Moore (Nuevo conductor - Annie)
Mackenzie Cardwell (Niña Gata)
Año: 2020
Duración: 101 min.
País: Estados Unidos
Director: Chad Hartigan
Guion: Aja Gabel, Mattson Tomlin
Fotografía: Sean McElwee
Música: Keegan DeWitt
Género: Ciencia ficción. Romance
Distribuidor:
Tráiler de 'Little Fish'
Sinopsis
Una pareja lucha por sacar adelante su relación cuando un virus que hace perder la memoria amenaza con borrar la historia de su amor.
Dónde se puede ver la película en streaming
Una pandemia aterradoramente real
Little fish nos sitúa en un futuro cercano asolado por un desconcertante virus. Una enfermedad nueva y desconocida que ataca a las personas arrebatándolas lo más preciado, sus recuerdos. Sin saber la causa y aún investigando una posible solución, personas jóvenes y sanas empiezan a quedarse sin memoria, haciendo de la sociedad un lugar caótico y repleto de temores.
En ese ambiente amenazador, Jude (Jack O`Connell) y Emma (Olivia Cooke) intentan mantener a flote su relación. Ella es una veterinaria que dedica su tiempo a intentar encontrar un hogar para la multitud de perros que los enfermos olvidan irremediablemente. Y él es un fotógrafo y músico que de forma repentina comienza a olvidar fragmentos de su vida.
Una dolorosa realidad que destruirá la pequeña trinchera que ambos habían construido para sobrevivir a la cruda realidad. Y que les igualará a la multitud de almas desesperadas, dispuestas a casi todo por entrar a formar parte en un experimento. Una, quizás, última oportunidad de alcanzar la sanación y recuperar la condición de seres humanos.
Somos frágiles
Porque si algo demuestra Little fish es que el ser humano es realmente frágil. Somos lo que hemos vivido y sin ello quedamos expuestos a una realidad incontrolable. Sin conciencia de lo que somos, lo que fuimos y lo que queremos ser, nos convertimos en puras sombras sin voluntad.
Y ante esto, las sociedades pueden aprovecharse de nuestra condición de súbditos manejables y asustados.
Una situación muy dolorosa que demuestra además, el irremediable fluir de la vida. Y que queda perfectamente reflejado en una aclaratoria secuencia final. Una escena dura y muy realista a la orilla de un mar, en continúo cambio. Y que, al mismo tiempo, encaja de forma sublime con una evocadora escena inicial.
Una vida irrefrenable que en Little fish se pretende encapsular a través de técnicas que congelan instantes. Como puede ser el poder evocador de una fotografía, un tatuaje o el testimonio escrito.
De hecho es la voz de Emma, la que nos guía al inicio. Convirtiéndose, su testimonio oral y escrito en una especie de última guarda de los recuerdos de aquellos que la rodean.
Paradójica resulta también la afición entusiasta de Jude por la fotografía. Una forma de congelar en el tiempo pequeños instantes de felicidad que después le servirán de guía.
Sin obviar la utilidad de nuestra propia piel para tatuar elementos significativos. Un poco como hacía Leonard en “Memento”. Eso es lo que hace Ben, un amigo guitarrista de Jude, que ante la fulgurante pérdida de memoria tatúa su piel con trazos de su vida. Y también lo harán Emma y Jude, con un pequeño tatuaje común símbolo de una esperanza irracional en la inquebrantable fortaleza de su amor.
Sublimes interpretaciones
Y todo ello aderezado con una pareja protagonista que rezuma complicidad y emoción. Dentro de una historia sencilla que se vertebra exclusivamente a partir de la química de sus protagonistas. Especialmente una Olivia Cooke capaz de sostener cada plano de Little fish con su naturalidad y emoción contenida. Con secuencias de una gran profundidad dramática y multitud de primeros planos que la británica solventa con naturalidad.
Y a su lado un Jack O`Connell que le da la réplica con sencillez y sin desentonar en ningún momento. Fruto, seguramente, de una acertada dirección por parte de Chad Hartigan. Que sabe sacar lo mejor de sus intérpretes, a la vez que juega inteligentemente con las líneas temporales. Todo sin descolocar al espectador o realizar demasiadas trampas. Creando una atmósfera sobrecogedora, sin necesidad de recurrir a criaturas monstruosas o machacones efectos sonoros.
Conclusión de 'Little Fish'
Estamos ante una grata sorpresa. Una de esas pequeñas películas cimentadas en dos magníficas interpretaciones. Que además cuenta con un guion tremendamente original y delicado, capaz de ahondar en alguna de las grandes preocupaciones del ser humano.
Sin duda, Little fish resulta una cinta altamente recomendable. Con una verdadera historia de amor, repleta de conflicto y alguna secuencia memorable. Con una realización sensorial y detallista. Y una temática centrada en una pandemia desconocida, que hoy todos nosotros vivimos desde una cercanía antes apenas sospechada.
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¡Cuán profundo puede ser un filme desde su sencillez!
Excelente crítica. ¡Muchas gracias!