Lo que aprendí de mi pingüino (The Penguin Lessons), basada en las exitosas memorias de Tom Michell, se estrenará en los cines españoles el 5 de septiembre de 2025. Con un delicado equilibrio entre humor, ternura y reflexión, Lo que aprendí de mi pingüino es una conmovedora feel-good movie dirigida por Peter Cattaneo sobre la amistad inesperada, la compasión y el poder de la alegría en los pequeños detalles.
Crítica de 'Lo que aprendí de mi pingüino'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Lo que aprendí de mi pingüino
Título original: The Penguin Lessons
Reparto:
Steve Coogan (Tom)
Jonathan Pryce (Director Buckle)
Vivian Jaber (Maria)
Björn Gustafsson (Tapio)
David Herrero (Diego)
Aimar Miranda (Ernesto)
Alfonsina Carrocio (Sofia)
Nicanor Fernández (Igor)
Hugo Fuertes Marciel (Ramiro)
Joaquín Lopez (Víctor)
Miguel Alejandro Serrano (Walter)
Brendan McNamee (Cooper)
Florencia Nocetti (Nora)
Año: 2024
Duración: 104 min.
País: Reino Unido
Director: Peter Cattaneo
Guion: Jeff Pope. Libro: Tom Michell
Fotografía: Xavi Giménez
Música: Federico Jusid
Género: Comedia dramática
Distribuidor: Nostromo Pictures
Tráiler de 'Lo que aprendí de mi pingüino'
Sinopsis
La historia real de un profesor inglés desilusionado que acepta trabajar en una escuela en la Argentina de 1976, esperando un camino fácil. En su lugar, descubre una nación compleja y dividida, y una clase de jóvenes a los que considera prácticamente imposibles de enseñar. Sin embargo, cuando rescata a un pequeño pingüino de una playa contaminada por petróleo, su vida da un vuelco. El ave se convierte no solo en un valioso amigo, sino también en el maestro de las lecciones más importantes de su vida, la de sus alumnos y la de todos los que tienen la suerte de conocerlo. (Nostromo Pictures)
Dónde se puede ver la película en streaming
Más que una historia de profesor y alumnos
Si juzgamos Lo que aprendí de mi pingüino por sus primeros minutos, podríamos esperar una historia que recuerda a muchas otras tramas donde un profesor desilusionado acepta hacerse cargo de jóvenes rebeldes y desorientados. Como hemos visto en Los chicos del coro (2004), la serie Merlí (2015) o incluso Coach Carter (2005). La música que acompaña la introducción, nostálgica, inspiradora y emocional, refuerza aún más esa expectativa de un relato ya conocido. Sin embargo, Lo que aprendí de mi pingüino pronto se distancia de ese esquema para involucrarnos en una trama política más compleja: el contexto de la dictadura militar argentina entre 1976 y 1983. De esta manera, el argumento ofrece un horizonte más amplio, que permite al espectador reflexionar y conectar de manera más profunda con los personajes.
Dos perspectivas en conflicto
Es a través de Carina, interpretada por la actriz argentina Micaela Breque, que se introduce la idea central en torno a la dictadura: permanecer al margen no es una opción cuando se trata de opresión. Su compromiso con la verdad y la justicia la lleva a enfrentarse directamente con las consecuencias del régimen, poniendo en evidencia la frivolidad y el egoísmo inicial del protagonista, Tom Michell, cuya estrategia había sido “mantener la boca cerrada para salvarse uno mismo”. En este punto, la presencia simbólica de Juan Salvador Gaviota —nuestro pingüino, y no la gaviota de la novela— refuerza aún más el mensaje de Carina en el imaginario del profesor de inglés.
Juan Salvador Gaviota
Ya que nombro al pingüino como símbolo, conviene detenerse en ello. Quizás, por la semejanza del título, uno podría esperar una obra en la línea de Lo que el pulpo me enseñó (2020), ganadora del Óscar al mejor largometraje documental, donde el animal se convierte literalmente en un maestro de vida. Pero aquí la figura animal no actúa tanto como un profesor, sino como un símbolo, una metáfora que ayuda a los personajes a confrontarse consigo mismos. El pingüino encarna la libertad y la superación, algo evidente en el hecho de que reciba el apodo de Juan Salvador Gaviota, y funciona a la vez como metáfora política: aunque alguien esté reprimido o limitado físicamente, ello no anula la posibilidad de escapar de lo impuesto.
Conclusiones de 'Lo que aprendí de mi pingüino'
Concluyendo, la obra no es única ni logra escapar de ciertos esquemas prototípicos —los personajes, la estructura narrativa o la música remiten a fórmulas conocidas—. Entonces, ¿por qué verla? Porque, a pesar de ello, es una película conmovedora que transmite un mensaje que nunca deberíamos dejar de defender. El cine, además de entretener, es también un medio para mantener viva la memoria histórica, reivindicar el valor de la educación y recordarnos la capacidad humana de transformarnos. Lo que aprendí de mi pingüino consigue reunir todo eso con honestidad y sensibilidad.
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