Los días ajenos de Bob es un espectáculo creado e interpretado por Bob Pop a partir de sus libros "Días Ajenos". Un monólogo cargado de literatura, de sinceridad y humor que estará en el Teatro de La Latina del 1 al 4 de septiembre.
Crítica de ‘Los días ajenos de Bob’
Resumen
Ficha Técnica
Título: Los días ajenos de Bob
Título original: Los días ajenos de Bob
Reparto:
Bob Pop
Dirección: Bob Pop y Andrés Lima
Dramaturgia: Bop Pop
Producción ejecutiva: Mercè Puy y Xen Subirats
Producción: Rosa Domingo
Comunicación: Meritxell Abril, Andrea Calbet y Gemma Saperas
Comunicación digital: Mia Font
Espacio escénico: Rosa Domingo y Carlos Rodriguez García
Diseño cartel: Andreu Buenafuente
Distribución: El Terrat - Sarah Martinez y DosHermanas Catorce - Sergio Bethancourt
Producción: Bob Pop y El Terrat
Tráiler de ‘Los días ajenos de Bob’
Sinopsis de 'Los días ajenos de Bob'
Los días ajenos de Bob es un espectáculo de voces y memoria creado e interpretado por Bob Pop a partir de sus libros ‘Días Ajenos’; un monólogo (a veces) cargado de literatura y de una aplastante sinceridad, humor, capacidad de análisis y síntesis sorprendentes. Durante 70 minutos, un Bob Pop en estado puro, sin guion y con una improvisación vital, repasa su vida a través de los diarios de otros y los propios. Un collage de experiencias de la mano, la mirada y empatía de una de las personalidades más transgresoras y mordaces de los últimos años. (TEATRO LA LATINA)
No tan ajeno
Se ha apropiado durante años, dice, de las palabras de otros a través de la lectura y, suponemos también, de la escucha. Se considera a sí mismo una persona como cualquier otra con un relleno diferente, pero en un momento dado quiso encontrar su talento y su identidad. Talento e identidad entendidos como lugar en el mundo. ¿Qué se hacer yo? ¿Qué se me da bien? Se preguntaba. Y durante un tiempo pensó: leer. “Leer es verdad, escribir es mentira”. De jovencito se dio cuenta de que contar las historias que leía o ficcionar lo que le ocurría, le salvaba de ser agredido, pues era capaz de hacer reír y desarmar al violento.
Los días ajenos de Bob comienza a las 19 horas y a esa hora el público que espera a las puertas del Teatro La Latina da la vuelta a la calle. Son solo cuatro funciones y hay muchas ganas de Bob, que seguramente ya nos espera en su butaca tras el telón rojo. Un teatro lleno siempre me devuelve la esperanza, sobre todo si quien está sobre el escenario es alguien que habla de cosas importantes con humor. Entrañable y brillante, Bob Pop hace un recorrido por sus diarios y por los diarios de los personajes que le inspiran: Frank Kafka, Alejandra Pizarnik, Susan Sontag , Cesare Pavese, Leon Tolstoi…
Nada de lo que cuenta nos es ajeno, al menos esa es la sensación que permea en el patio de butacas. Las risas y la complicidad que Bob Pop comparte con el público en todo momento es digna de elogio. También la emoción, de la que somos presa en varios momentos, por todo lo que cuenta, por cómo lo cuenta y por la música que Bob ha elegido para que nos acompañe.
La inteligencia y la verdad
Su obsesión por la inteligencia y por contar la verdad de la mejor manera posible, ha dado lugar a una manera de hacer y de ser de la que hoy, por fin, Bob se siente orgulloso. A pesar del síndrome del impostor que siempre va de su mano, su mente brillante le delata. No puede engañarnos. No es ningún impostor.
Ha dicho cosas en la tele en un momento en el que ya nadie hablaba de esas cosas. Ha escrito varias novelas, la primera, “Mansos”, reeditada en junio del pasado año, el mismo mes que se estrenó su serie “Maricón Perdido”. Analiza tabúes, como aquella ocasión en la que charló con Andreu Buenafuente sobre la atención mediática que se dio a la masturbación femenina a raíz de la aparición del Satisfyer, derriba ideas preconcebidas, nos hace repensar nuestros referentes (“Elegimos bien las causas, pero mal los referentes”), maldice el capitalismo siempre que tiene oportunidad, contagia su sonrisa y le preocupa hacer cosas que no hagan mejor el mundo. Podríamos llenar esta crónica con sus reflexiones y aún quedaría mucho que decir de Roberto Henríquez. Sus citas son certeras, abrumadoras y vibrantes, todo lo que cuenta es tan verdad que asusta, pero también alivia.
Bob Pop, necesario
Los días ajenos de Bob es un espectáculo sin ruido que, sin embargo, hace vibrar los cimientos de la sociedad en que vivimos. Golpea sin puño y con humor, pero, sobre todo, teje palabras que dan como resultado un monólogo entrañable en el que Bob se desnuda y nos hechiza.
Se nota el trabajo de fondo de una estructura determinada en base a un guion, pero también la improvisación, que se revela como un regalo al que el honorable responde levantándose de su butaca al final de la función. ¿Cómo permanecer sentada ante tal maravilla?
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