"Malvivir": La crudeza de vivir en el siglo XVII

Dos grandes actrices dan vida a una pícara y al mundo que la rodea. Dos intérpretes con el desafío de asumir todos los personajes, y la presencia continua de un rabelín que toca y canta en directo para acompañar la acción y crear los diversos espacios y atmósferas.

Malvivir es el viaje a la cara oscura del Siglo de Oro; un recorrido por las distintas capas sociales, escenarios y personajes de una época turbulenta y fascinante, en el que desfilan más de una docena de personajes que giran en torno a Elena de Paz, rebelde, ingeniosa, fugitiva, que desafía las convenciones de su época: el pícaro Montúfar, la bruja morisca Zara, el buhonero gascón Pierre, la dama viuda Teodora, el hidalgo perulero don Álvaro… Una reflexión sobre la libertad y la supervivencia y un rescate de la literatura picaresca femenina del Barroco. (TEATRO CERVANTES DE MÁLAGA). 

Pícaras y maleantes

¿En verdad fueron personas, mujeres en este caso, delincuentes y malhechoras, con bajos instintos y pocos escrúpulos? ¿O más bien se trataron de víctimas de un mundo en el que les tocó Malvivir?

Como sucede en la vida misma, esta tragicomedia va alternando momentos difíciles, de esos de los que uno no sabe cómo enfrentarlos; otros en los que la sátira y el buen humor también pueden ser la única solución.

La genial y veterana actriz Aitana Sánchez Gijón irá alternando los papeles de personajes femeninos y masculinos con su fabulosa compañera de reparto Marta Poveda. Ambas darán vida a la protagonista de la historia, Elena de Paz, en diferentes etapas de su vida. También interpretan de manera magistral a los personajes masculinos que la seducirán, la utilizarán y maltratarán, siendo más veces víctima que aprovechada.

A través de los versos de fragmentos de la literatura picaresca femenina, muy poco conocida, se presenta la vida de una mujer libre, rebelde, valiente, ladrona y embustera que pagará un alto precio por su libertad.

Obras ingeniosas como La hija de la Celestina, de Salas Barbadillo, La niña de los embustes, de Alonso de Castillo, La pícara Justina, de López de Úbeda o Letrillas, de Quevedo, serán las perlas pronunciadas en boca de tan espléndidas actrices.

Una sociedad marginal

Malvivir es un fiel reflejo de la sociedad del Siglo de Oro, en la que la inmensa mayoría, hambrienta y mísera, debía despertar el ingenio para sobrevivir. Al verla, no queda más remedio que preguntarse si no siguen siendo vigentes muchas injusticias hoy en día. La complicada situación de la mujer, a pesar de los grandes avances a ese respecto.

Sin embargo, al verla, no deja un poso amargo, sino enriquecedor. La sensación de haber asistido a una función de teatro itinerante, aquel que se representaba en las plazas de las villas. Al igual que en los cuentos infantiles, tenían el propósito de enseñar algo, de compartir una moraleja. De ser testigo de las vivencias que le podían suceder a cualquiera que sufriera unas circunstancias adversas.

Con una puesta en escena sencilla pero muy apropiada, con una iluminación que enriquece las escenas dramáticas, es como un poema representado. Los actos violentos como la muerte por garrote vil, o ahorcamiento, los innumerables golpes físicos que recibe la desdichada Elena, se intuyen, no se ven explícitamente.

Conclusión

Un extraordinario viaje en el tiempo, Malvivir, apuesta por el teatro clásico pero de una manera actual.

Una fascinante obra que llega a despertar carcajadas, algunas veces y, otras conmiseración. Los escogidos versos y las magistrales interpretaciones de las dos actrices, animan a comprender y empatizar con la fugitiva, e incluso asesina protagonista.

Por otro lado, también es una reivindicación de la figura de la pícara, es decir de la mujer que por el simple hecho de su condición femenina, resultaba más negativa y oprobia que la de un hombre.

Absolutamente recomendable, una deliciosa manera de recuperar a los clásicos.

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