Marty es un drama romántico que, aunque no cumple algunas característica canónicas del género, tuvo un amplio reconocimiento de crítica y público. Es una de las escasas películas que ha ganado en el mismo año la Palma de Oro en Cannes y el Óscar a la mejor película (1955). Además también se llevó la estatuilla dorada en las categorías de mejor director, mejor actor principal y mejor guion. Ernest Borgnine y Betsy Blair conforman la pareja protagonista, dirigidos por Delbert Mann. Es, probablemente, una de las películas románticas mejor valoradas de la historia. La película se inspira en un telefilm emitido en 1953 donde Rod Steiger era el protagonista.
Crítica de 'Marty'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Marty
Título original: Marty
Reparto:
Ernest Borgnine (Marty Piletti)
Betsy Blair (Clara Snyder)
Esther Minciotti (Mrs. Teresa Piletti)
Joe Mantell (Angie)
Karen Steele (Virginia)
Augusta Ciolli (Aunt Catherine)
Jerry Paris (Tommy)
Frank Sutton (Ralph)
James Bell (Mr. Snyder)
Robin Morse (Joe)
Año: 1955
Duración: 91 min.
País: Estados Unidos
Director: Delbert Mann
Guion: Paddy Chayefsky
Fotografía: Joseph LaShelle (B&W)
Música: Roy Webb
Género: Drama romántico
Productora: United Artists
Tráiler de 'Marty'
Donde comprar la película de 'Marty'
- Esther Minciotti, Augusta Ciolli, Joe Mantell (Actores)
- Delbert Mann (Director)
- Calificación de la Audiencia: Pendiente de calificación por edades
Sinopsis
Marty es un carnicero solterón que todavía vive con su madre. Suele salir con frecuencia con sus amigos por la noche, intentando encontrar a alguna chica con la que compartir su vida y hacer planes para el futuro.
Premios
- 4 Óscar: Mejor película, director, actor (Borgnine) y guión. 8 nominaciones. 1955
- Globos de Oro: Mejor actor drama (Ernest Borgnine). 1955
- Festival de Cannes: Palma de Oro (mejor película). 1955
- Premios BAFTA: Mejor actor (Borgnine) y actriz extranjera (Blair). 3 nominaciones. 1955
- Sindicato de Directores (DGA): Mejor director. 1955
- Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guión drama. 1955
- National Board of Review: Mejor película y actor. 1955
- Círculo de críticos de Nueva York: Mejor película y actor (Ernest Borgnine). 1955
Dónde se puede ver la película
El último hermano
Marty Piletti (Ernest Borgnine) es una persona extraordinaria. Es ingenuo, tímido, bondadoso y apenas podríamos enumerarle un defecto importante. Sin embargo muchas de sus conocidos afirman que es una vergüenza para su familia. El pobre Marty tiene el baldón de ser soltero a los treinta cuatro años (nótese que estamos en los años 50), edad ya tardía para, según la época, casarse. No se le conoce ninguna relación y todos lo miran con una mezcla de condescendencia y mal disimulado desprecio. Como por ejemplo en la carnicería donde trabaja, donde todas las clientas le recriminan su soltería. De hecho, de todos sus hermanos, mayores o menores, es el único que no ha contraído matrimonio. Es el último hermano que vive con su madre.
Marty se ve a él mismo poco agraciado, "gordo y feo" según sus propias palabras. Y ya desiste de salir por la noche con sus amigos, cada rechazo es un golpe para su autoestima. Más allá de inspirar lástima, los compases iniciales de Marty son sumamente valientes desde el punto de vista social/sociológico. Hay una mirada muy amarga, incluso vitriólica, sobre el costumbrismo de la gente que juzga a Marty con tanta ligereza y crueldad. Hay una visión muy crítica de Delbert Mann ante el mundo de las apariencias y la moralidad. Pero sin perder la esencia ingenua.
Todo lo que necesitas es amor
A veces un náufrago encuentra a otro náufrago. La presión de su madre (Esther Minciotti) hace que Marty salga un sábado por la noche al club Stardust con su amigo Angie (Joe Mantell). Allí conoce a Clara (Betsy Blair) con la que guarda bastante afinidad. Comparte sus problemas de soltería y acaba de ser abandonada, en el propio club, por su cita a ciegas. Así que ambos, humillados y ofendidos, se sienten muy próximos el uno al otro. Y aquí da comienzo una carrera por la felicidad donde Marty y Clara deberán luchar, además de contra sus inseguridades, contra las rancias convenciones sociales.
Son muy interesantes los lugares donde transcurre la acción y cómo están filmados. Hay que olvidarse de los melodramas y comedias románticas sofisticadas habituales de Hollywood, sin duda extraordinarias pero poco cotidianas. Marty representa el amor modesto, a pie de calle. La acción tiene lugar en el Bronx neoyorquino, y Delbert Mann se esfuerza en que veamos sus calles, cafeterías y autobuses nocturnos, etc. De hecho rara vez se había filmado, en esa época, una película de estas características con este acento naturalista. Tampoco hay que olvidar la extracción humilde de Marty y Clara, alejándose así de cualquier intentona de cuento de hadas. Haciendo símil un tanto arriesgado podríamos decir que Marty es el equivalente neorrealista de las películas románticas.
Contra esto, contra aquello
Se advierte dentro de Marty un perspicaz afán de análisis social que va más allá de la mera anécdota amorosa. De un lado, contra todo pronóstico, la madre de Marty se posicionará contra la incipiente relación entre su hijo y Clara. El motivo no es otro que el miedo a la soledad, teme que si el enamoramiento de su hijo fructifica opte por independizarse y dejarla sola (el padre de Marty murió). No es un obstáculo baladí, Marty adora a su madre y su descontento pesa mucho. La película se posiciona a favor de Marty y su emancipación, pero elude la tentación de juzgar al personaje de la madre. No es del todo una madre excesivamente posesiva, pero se nos pinta verdaderamente vulnerable y temerosa de la soledad. Por lo tanto, de un modo tangencial pero notorio, la película pone encima el tema de la ancianidad y la soledad.
El otro obstáculo es más mezquino. Los amigos de Marty, manifiestamente crápulas y superficiales, desaprueban hasta el punto de la incredulidad que su compadre vaya a salir con Clara. Creen que es fea, poco agraciada, sin atractivos. Un problema que es bien conocido por el propio Marty. Delbert Mann en todo momento dibuja a estos tipos como pueriles, materialistas y mentecatos. Apuesta por una atracción basada en la mutua comprensión, la afinidad y la compenetración, en contraposición al atractivo físico. Que ya se sabe, además, que es subjetivo. La cuestión es si Marty podrá superar esta presión de grupo.
Las dos almas solitarias
Uno de los puntos fuertes de Marty son las actuaciones. Ernest Borgnine se luce de una manera destacadisima, mostrando un personaje que puede ser igualmente frágil, fatalista, iluso y dicharachero. Es una interpretación veraz y transparente, donde cada ademán es la captura de un momento vivo y palpitante. Para Borgnine, además, fue un punto de inflexión en su carrera. Hasta entonces sus papeles estaban constituidos en su mayoría por personajes rudos y antipáticos. No hay más que recordar al despreciable sargento Fatso de De aquí a la eternidad (1953).
Betsy Blair irradia candidez, sinceridad y, cuando hace faltade, dolor. Su trabajo es magnífico. A causa de la triste época de la Caza de Brujas estuvo a punto de no poder participar en Marty. Su, por aquel entonces, marido Gene Kelly presionó todo lo que pudo para que Betsy Blair pudiera finalmente estar en la película. Y los resultados fueron extraordinarios. Lastimosamente la presión del macartismo hizo que tuviera que continuar su carrera en Europa. Su paso por España nos dejó una actuación absolutamente memorable en Calle mayor, de Juan Antonio Bardem; una de las grandes obras de nuestro cine.
Ellos dos están dirigidos por la eficaz mano de Delbert Mann. Su tratamiento visual es sencillo, pero con muestras de indudable mérito. Véase en el momento del baile del club Stardust, entre Ernest Borgnine y Betsy Blair, cómo consigue un prodigioso momento de intimidad a pesar de que ambos están rodeados de gente. La armonía que se consigue es extraordinaria. Ya hemos mencionado el carácter naturalista de la filmación de las calles del Bronx, casi como si fuera un testimonio del barrio neoyorquino en ese lugar y en ese momento.
Conclusión de 'Marty'
Marty tiene sus principales poderes en la naturalidad de su mirada, en la caracterización verídica del romanticismo entre dos personas que nos causan empatía sin recurrir a la condescendencia o al discurso fácil. Su capacidad para llegarnos al corazón está en la falta de artificio y sofisticación innecesaria, haciendo verosímil la hermosa relación entre Marty y Clara. Las actuaciones de Ernest Borgnine y Betsy Blair son de primer orden y el conjunto total es admirable.
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