Este 10 de marzo se estrenó Mi última noche con Sara en el Teatro Infanta Isabel. Esta pieza está escrita por David Planell, bajo la dirección de Eva Manjón. Además, cuenta con un reparto de lujo formado por Nuria Fergó, siendo su debut teatral, José Manuel Seda y Pablo Monteagudo. Un homenaje a una de las actrices más importantes y con un gran legado en la industria cultural. Estará en cartel hasta el 1 de mayo.
Título: Mi última noche con Sara Título original: Mi última noche con Sara
Reparto: Nuria Fergó José Manuel Seda Pablo Monteaguo
Duración: 105 min. apróx. Dirección: Eva Manjón Dramaturgia: David Planell Dirección original: David Planell
Dirección musical, música original y arreglos: Juanjo Molina
Coreografía: Alberto Escobar
Creación Original: Eva Manjón y Miguel Padilla
Con la colaboración especial de: Antonio Ródenas como la voz del NO-DO.
Diseño de Vestuario: Clara Bilbao
Escenografía: Miguel Padilla
Diseño de Iluminación: Nacho Arjona
Diseño de Sonido: Daniel García y David Juárez
Caracterización: Alba Jiménez
Ayudante de dirección: Andrea Rodríguez
Producción Ejecutiva: Juan Carlos Parejo Producción: El Negrito Producciones, Evita Produce y Frames Alive
Tráiler de 'Mi última noche con Sara'
Sinopsis de 'Mi última noche con Sara'
Mi última noche con Sara es drama, pasión, comedia y 10 temas cantados en directo que te conquistarán. Espectáculo teatral y musical que homenajea la carrera de la manchega que conquistó a Hollywood. Principios de los 60. Sara Montiel es una estrella y quiere elegir su propio rumbo en lo profesional y en lo personal, pero un contrato con una discográfica la tiene atada. Debe tomar una decisión que cambiará su vida, luchará por su libertad incluso contra su propio corazón.
Ganador del Premio CREA en la décima edición de los Premios de Teatro Musical y de cuatro Premios en la séptima edición de los BroadwayWorld Spain (mejor musical original, mejor musical de pequeño formato, mejor diseño de iluminación y mejor diseño de cartel). (TEATRO INFANTA ISABEL).
Entre anécdotas y cariño
Rememorar a las leyendas que colmaron el firmamento de la industria cultura es un género que siempre está en alza. En esta ocasión, Eva Manjón y David Planell homenajean a Sara Montiel en Mi última noche con Sara, una de las actrices que logró extender su fama internacionalmente. El libreto se centra en una supuesta noche en la que desea finalizar un disco para dar por terminado su contrato con su representante. Así, la historia va desvelando detalles de su vida profesional, que causan ternura sobre el espectador. Asimismo, se reivindica algunos aspectos de su personalidad que hacían de Montiel todo un ícono. Si bien es cierto, el relato no se arriesga a ir ante una historia que aborde su vida de principio a fin, siendo más un acercamiento y conmemoración que una obra biográfica.
La decisión de no encaramarse ante una dramaturgia más compleja, permite que sea más fácil atinar en el desarrollo de su narrativa. Después, junto al personaje de Montiel, se muestran dos personajes. Por un lado, Curro escenifica el retrato de esa España apasionada por la farándula, así como pequeñas pinceladas en torno al colectivo LGBTQ+ durante el franquismo. Funciona a la perfección y sirve como puente hacia la humanización de Montiel. Por otra parte, en el personaje de su representante se apuesta más por ese arquetipo empresarial de antaño, así como la galantería. Cumple con su función, aunque se le dota de ciertos puntos de comedia que no siempre terminan de funcionar. Luego, hay momentos en los que se forman partes algo inconexas, como la propuesta en torno a "Tatuaje". En consecuencia, rompe levemente la atmósfera que se crea. No todas las canciones están bien justificadas.
La difícil misión de convertirse en Antonia
Nuria Fergó debuta en su primer papel en el teatro como la mismísima Sara Montiel en Mi última noche con Sara. Conocidas su dotes de canto, su principal reto era entregarse a Sarítisima desde su trabajo dramático. Y lo logra. A pesar de ser dos caracteres y personalidades tan diferentes entre sí, Fergó ha labrado un buen camino ante su Sara. Por ello, no sólo hace justicia al personaje, sino que ha encontrado la tecla para transmitir su esencia sin la necesidad de emular o buscar un parecido más logrado. Por tanto, se deshace de dicha dificultad para convencer al espectador que es la Montiel. Además, se puede ver su compromiso férreo, así como su concentración ante la escena. Gracias a ello, invade de profesionalidad el espacio. Únicamente, hay momentos donde el acento y la dicción se van a los suyos habituales frente al trabajado para la obra.
Pablo Monteagudo comienza más cercano a un desahogo humorístico, lugar donde el intérprete se encuentra cómodo. Sin embargo, después, consigue también explorar su potencial actoral al traer momentos realmente emotivos, como la conversación tras la visita a la fiesta de su primo. Por ende, su mayor baza es la cercanía. No hay un desempeño complicado, pero desde la sencillez consigue alcanzar una conexión con el patio de butacas. Después, José Manuel Seda tiene una personalidad que llama la atención desde su entrada. Con lo cual, sabe utilizar esta potencia a su favor, que le permite obtener una interpretación eficaz y con garra. Por tanto, en gran parte, la calidad de su personaje se debe más a la manera en la que lo aborda, que a las pinceladas desde la dramaturgia.
Una última cita
Desde el principio se puede ver una influencia clara del audiovisual en Mi última noche con Sara, permitiéndole expandir su estrategia visual y artística. De esta manera, ya se puede ver el revestimiento a homenaje, utilizándose imágenes de la propia artista como preludio a lo que va a acontecer. Después, se presenta una escenografía que emula a un centro de grabación. Uno de los elementos que más llaman la atención son las luces que sirven de marco, así como el micrófono de pie que encabeza el escenario. Por otro lado, se sirve de objetos, como la chaise-longue, que sirven de apoyo en algunas partes del espectáculo. Cumple con lo que se le pide, funciona como contexto espacial. Sin embargo, su mayor apogeo se obtiene en el vídeo de la parte final, que llega emocionar a la audiencia.
El apartado musical logra rememorar los arreglos de los temas que hicieron más famosa a Montiel, además se forma un leitmotiv y una estructura interesante, espaciando cada actuación y bajo un contexto que no se siente repetitivo. Únicamente, hay algunas propuestas que no terminan de comprenderse dentro de la lógica de la canción, como “Tatuaje”, que se forma una puesta en escena, que no está realmente justificada en el montaje. A pesar de ello, como conglomerado, obtiene un resultado más que notable. El vestuario encaja con la imagen de dicha etapa de la actriz, así como su peinado icónico. El ritmo fluye sin problemas, aunque en su inicio le cuesta algo arrancar, mientras que el final obtiene un culmen bien seleccionado. No obstante, hay pasajes que podrían sentirse de relleno.
Conclusión
Mi última noche con Sara es un homenaje a Sara Montiel desde el respeto, la reivindicación y la dignificación de su legado cultural. Además, se adereza con pinceladas en torno a su personalidad, sin buscar mayor profundización en su figura, pero que funciona como un acercamiento. Además, se eleva con el compromiso de su reparto actoral, quiénes se entregan fervientemente a la escena. La propuesta escénica brilla en su apartado audiovisual, así como en la iluminación. También mencionar la línea narrativa que sigue cada número musical, a pesar de chirriar en alguna puesta en escena de alguna canción. Una carta de amor para Sara Montiel que se transforma en un musical agradable y con momentos realmente emotivos.