Mientras dure la guerra (2019) es la nueva película de Alejandro Amenábar (Tesis, Mar adentro). La historia se centra en los hechos acontecidos en la ciudad Salamanca durante los primeros meses del alzamiento militar de 1936, en los que el escritor Miguel de Unamuno se vio comprometido. En cines desde el 27 de septiembre en España. Puedes leer otra crítica de esta película AQUÍ.
Crítica de 'Mientras dure la guerra'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Mientras dure la guerra
Título original: Mientras dure la guerra
Reparto:
Karra Elejalde (Miguel de Unamuno)
Eduard Fernández (Millán-Astray)
Santi Prego (Francisco Franco)
Luis Bermejo (Nicolás)
Tito Valverde (Luis Valdés Cavanilles)
Año: 2019
Duración: 107 min
País: España
Director: Alejandro Amenábar
Guion: Alejandro Amenábar & Alejandro Hernández
Fotografía: Alex Catalán
Música: Alejandro Amenábar
Género: Histórico
Distribuidora: Buena Vista Internacional
Tráiler de 'Mientras dure la guerra'
Sinopsis de 'Mientras dure la guerra'
España. Verano de 1936. El célebre escritor Miguel de Unamuno decide apoyar públicamente la rebelión militar que promete traer orden a la convulsa situación del país. Inmediatamente es destituido por el gobierno republicano como rector de la Universidad de Salamanca.
Mientras tanto, el general Franco consigue sumar sus tropas al frente sublevado e inicia una exitosa campaña con la secreta esperanza de hacerse con el mando único de la guerra.
La deriva sangrienta del conflicto y el encarcelamiento de algunos de sus compañeros hacen que Unamuno empiece a cuestionar su postura inicial y a sopesar sus principios.
Cuando Franco traslada su cuartel a Salamanca y es nombrado Jefe del Estado de la zona nacional, Unamuno acudirá a su Palacio, decidido a hacerle una petición de clemencia. (BUENA VISTA INTERNACIONAL).
Dónde se puede ver la película
Mientras dure la guerra
Mientras dure la guerra empieza en julio de 1936. España queda dividida entre el bando republicano y los nacionales, cuyo propósito es abolir la Segunda República y dirigir un alzamiento de regeneración nacional y de ideario fascista. Los sublevados tratan de conseguir el apoyo de Italia y Alemania entretanto que acuerdan la elección de un general que lidere el movimiento golpista mientras dure la guerra. Francisco Franco es el elegido; no obstante, aunque al principio todos creen posible acabar con el Gobierno republicano y las colectividades comunistas en unos pocos meses, el General Franco decide comenzar una guerra que estabilice su idea de España para que esta pueda perdurar en el tiempo. Cosa que finalmente consiguió con una dictadura militar que duró treinta y seis años (1939-1975).
Viva la muerte. Muera la inteligencia
La perspectiva que toma este filme hace la diferencia respecto al resto de películas que se han hecho en torno a la guerra civil que, como todos sabemos, han sido muchas. Mientras dure la guerra se centra en los primeros meses del alzamiento y no parte de tragedias familiares únicamente. Amenábar lo que consigue con la acción es que esta se desplace en torno a la figura del escritor Unamuno, sin que este o el drama de sus amigos sea el principal protagonista de la película. El discurso y posicionamiento de Unamuno sirve para denunciar la situación general hasta llegar al ser humano particular, que se equivoca y que sufre tratando de enmendar sus errores.
La interpretación que hace Karra Elejalde (También la lluvia, Ocho apellidos vascos) en su papel del escritor lo consuma como actor. Es redonda su actuación, como también lo es la de Eduard Fernández (El Niño, El hombre de las mil caras) poniéndose en la piel del fundador de La Legión, Millán-Astray. Ambos personajes, la del intelectual y la del militar representan posturas completamente diferentes: la inteligencia frente a la fuerza. Existe una crítica muy fuerte hacia la ignorancia y la facilidad con que una idea surgida de ella y del odio puede arraigar en algunas mentes. No obstante, también puede advertirse una llamada de atención a la intelectualidad y al peligro que se corre de caer en la cobardía y en la desidia.
Compruébese en el encuentro entre Millán-Astray y Unamuno cuando el primero va a visitar a este en su casa y se quedan solos en el despacho y biblioteca del escritor. Hay muchas formas de demostrar valentía, apunta Unamuno.
Por su parte, la ignorancia aparece cada vez que Millán-Astray abre la boca, promovida por la pasión que desata su odio y propio convencimiento. Es singular su expresión "Ahí lo dejo".
Salamanca a buen ritmo
A pesar del drama narrativo que presentan los hechos de Mientras dure la guerra, visualmente resulta un filme muy bello. Además de que es bastante difícil afear una ciudad como Salamanca, la luz que se utiliza para resaltar los matices color crema, amarillo y ocre confiere esplendor a las calles y los edificios de la ciudad, a lo que hay que sumar la luz característica del verano y los campos castellanos que también son mostrados en la película.
La luz es importante también porque lo cambia todo.
Y desde el primer fotograma, Amenábar lo quiere dejar claro. Los primeros segundos de la película se muestra una bandera en blanco y negro, pero los colores son el elemento fundamental. Se hace un corte y lo que parecía ser una cosa, resulta ser otra. En esa pequeña diferencia radica todo un conflicto bélico.
La bandera está presente en toda la película, porque es un símbolo, y a los símbolos no se les debe restar importancia. Los símbolos, como las ideas, pueden ser realmente muy peligrosos si no se comprenden y se defienden por encima de la libertad, el respeto o la convivencia. Los símbolos, como ya hemos visto, son capaces de quebrar por la mitad a todo un país. La bandera es, precisamente, el cartel de Mientras dure al guerra por decisión expresa de Alejandro Amenábar. Elegir cuál de ellas habría de aparecer, si la republicana o la monárquica, ha sido otra cuestión a decidir.
Como ya se ha dicho, no es otra película más sobre la guerra civil, el ritmo es bueno porque intercala acontecimientos generales con hechos individuales. La acción transmite emoción, tristeza, rabia y reflexión, mucha reflexión. Te deja sin aliento y, a pesar de ello, conceden sosiego y tregua las charlas y los momentos dedicados al debate en compañía de los amigos, en libertad y apreciando las bondades de la patria, que es de todos.
Conclusión
Esta es una película que agradece el cine y que España debería agradecer también; es una cinta por y para la historia de este país, para todos los que quieran conocer o reconocerse en la esencia de España. Es decir, Amenábar con Mientras dure la guerra hace una crítica de España y para España.
Altera los nervios del espectador y le hace pensar. Es una película de 2019 que se ajusta muy bien a la situación actual, y seguramente más que nunca (véase el auge de la derecha, la división de la izquierda, el problema catalán, la cuestión de la exhumación de los restos de Franco e, incluso, la proximidad del 12 de octubre). En definitiva, la película conecta las décadas anteriores con el día de hoy: consideremos que el pasado no está tan pasado, ni mucho menos tan lejos. Estos últimos ochenta años no están olvidados ni resueltos.
También puede leerse la crítica en FanCine Jurásico.
Reportaje de Mientras dure la guerra en Días de Cine TVE
Unamuno murió apoyando al bando sublevado como mal menor y manteniendo su fe en Franco. Aunque se decepcionó de los militares golpistas y condenó firmemente la brutal violencia de la zona “nacional” (al igual que hizo con las “salvajadas” republicanas, según sus propias palabras), el escritor, poco antes de morir, confesó al poeta griego Nikos Kazantzakis: “Sé que tengo que seguir con los militares, pues son los únicos que pueden devolver el orden”. Asimismo, en una carta dirigida al director de ABC, ratificó su confianza en Franco afirmando que era “un buen hombre”. No se arrepintió de haber apoyado el golpe militar y de haber traicionado a la República, a pesar de las críticas al los sublevados y de no esperar mucho de la dictadura de Franco.