"Moulin Rouge! The Musical": The Sparkling Diamond

Una historia de amor

Uno de los musicales más aclamados por el público y la crítica es Moulin Rouge The Musical. Sin duda, su fama avala el gran espectáculo que se encuentra desde que el espectador pone un pie en el teatro. La historia original revive en una construcción narrativa que mantiene la mayor parte de la trama primigenia, aunque añade varias escenas que sirven para todavía profundizar más en la relación de Satine y Christian. Por ello, su historia de amor sigue cautivando a la audiencia, quién sufre con ellos las pericias que les van sucediendo. No obstante, el musical, al igual que en su día el film, no busca una reflexión de gran complejidad, sino que su fuerte está en el despliegue espectacular que hay en torno a ello.

No se puede negar que, aun así, se sigue la aventura del héroe romántico, acompañado de un alegato a favor de los excluidos sociales, que sienta bien a la obra. Con respecto al repertorio escogido, no todo se limita a lo que ya se pudiera oír en la cinta original de Baz Luhrmann, sino que expande su universo y se adapta a tiempos actuales. En este sentido, se incorpora una nube de modernidad que puede atraer a un sector más joven de la sociedad. No obstante, también se puede echar en falta la selección original, aunque, en cualquiera de los dos casos, casa a la perfección con los acontecimientos descritos. En conclusión, la magia del Moulin Rouge está intacta y su historia de amor, pasión y libertad sigue en plena forma.

El romance del backstage

No son pocos los intérpretes que se suben a las tablas de Moulin Rouge The Musical, ofreciendo así una experiencia elevada al poder construir un universo más amplio y que el escenario se llene con su talento. Antes de las menciones individuales, hay que aplaudir el trabajo en conjunto de los artistas que dan vida a este cabaret. Por un lado, la manera de ejecutar las coreografías es magnífico, unido a una expresividad corporal, facial de altos vuelos. También se ve su presencia minutos previos al inicio, una auténtica muestra de talento en constante movimiento. Un trabajo en equipo impoluto, todos y cada uno de ellos brillan con luz propia. Y, como no, las voces son exquisitas, es una delicia poder disfrutar en directo de sus prodigiosos talentos.

Después, de forma individual, Courtney Reed trae una Satine que se aleja completamente de la Nicole Kidman del film, ofreciendo una actuación auténtica y llena fuerza. Visceral, trae una pasión que le sienta bien, así como una comedia intrínseca que le da nuevos aires a este personaje trágico. Una interpretación estupenda. Luego, Casey Cott realiza un Christian muy luminoso, ingenuo, su esencia se transmite en todo momento al personaje y se disfruta de esta concepción. Únicamente, se echa en falta algo más de contundencia en aquellas escenas más oscuras. Eric Anderson, André Ward, David Harris, Ricardo A. Zayas y Sophie Carmen-Jones completan el elenco principal con unos trabajos cuidados al detalles y donde nunca fallan en su ejecución. Una maravilla actoral, estando a la altura del despliegue del musical.

Bienvenido al Cabaret

Las razones por las que Moulin Rouge The Musical sigue siendo uno de los musicales más espectaculares a nivel mundial es la puesta en escena, que comienza con la propia sala de teatro. En el patio de butacas, mientras se espera al inicio, hay una primera toma de contacto que hace ya sentir que se está dentro de ese universo. Grandes construcciones, detalles hasta en las lámparas, esto es Broadway y esto es lo que aspira un musical a gran escala. Después, la escenografía va transformándose de manera explosiva, construyendo los distintos escenarios de una forma que el público se queda impresionado y viviendo en un sueño. Se puede decir sin ningún problema que es una de las experiencias teatrales que, si se tiene la oportunidad de vivir, se debe hacer.

Los arreglos musicales son de una calidad impoluta, cuidado en todos los temas que se zambullen en el montaje. Asimismo, el vestuario y la peluquería gozan de una importancia artística importante y no se descuida en ningún momento. La producción sabe lo que quiere y es una elevación del teatro musical en su máximo esplendor, es un ejemplo de lo que es llevar un espectáculo de esta índole al nivel más alto que puede llegar. En resumen, no es un gran espectáculo más, es EL ESPECTÁCULO. Una vez se termina, la emoción ha invadido todo el patio de butacas, agradeciendo haber sido testigo de una proeza artística de tal calidad. Por último, los números musicales son una maravilla, dinámicos, electrizantes, sensuales, pura dinamita.

Conclusión

Moulin Rouge The Musical es el musical por excelencia, es una maravilla artística que merece ser vivida al menos una vez en la vida. Un libreto que continúa la esencia de la cinta original y lleva al espectador a ese universo de amor, pasión y mucha música. Asimismo, el elenco es espectacular, brillante, un talento que hace que la emoción sea constante. A nivel técnico y artístico es EL ESPECTÁCULO por excelencia, una muestra de lo que es llevar montajes de esta índole a su máximo nivel. Un sueño hecho realidad.

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