"Sweeney Todd, The Demon Barber of Fleet Street": Epifanía de Broadway

Por primera vez desde 1980, el público de Broadway puede experimentar la música ganadora del Premio Tony de Stephen Sondheim tal como fue interpretada en la producción original, con la orquesta clásica de 26 músicos de Jonathan Tunick en una escala épica. El director ganador del premio Tony Thomas Kail (Hamilton) dirige el regreso de este thriller musical protagonizado por el nominado al Tony y al Grammy Josh Groban como Sweeney Todd y la ganadora del Tony Annaleigh Ashford como la Sra. Lovett. El ganador del Tony, Alex Lacamoire, se reúne con Kail como supervisor musical, y el ganador del premio Olivier Steven Hoggett coreografía esta nueva producción de Sweeney Todd, The Demon Barber of Fleet Street, de Sondheim y Hugh Wheeler. (WEB OFICIAL). 

Auténtica joya

Han pasado más de cuatro décadas desde que Sweeney Todd, The Demon Barber of Fleet Street se subiera por primera vez a los escenarios de Broadway. Con lo cual, su regreso se ha convertido en uno de los eventos de la temporada, en especial, por la recuperación de la estructura y el montaje original de la pieza. Y es todo un acierto. Esta versión a manos de Christopher Bond explora la historia del siniestro barbero de una forma más profunda que en otras adaptaciones, incluyendo la cinematográfica. Gracias a ello, el espectador tiene la oportunidad de profundizar en la figura y en las relaciones que se establecen a su alrededor, formándose un universo muy enriquecido y oscuro. Además, se adereza con la locura de la señora Lovett, ofreciendo momentos de auténtica hilaridad.

La historia ya conocida por muchos espectadores no deja de sorprender, por lo que, pese a conocer el fatídico desenlace, mantiene la atención de los asistentes en todo momento. Además, el libreto ha sabido equilibrar narrativamente el peso de cada personaje, dando continuidad a lo largo de la pieza para comprender su manera de proceder. También se debe aplaudir las dosis de intriga, penumbra y tensión que genera, dado que combinado con otros elementos de la propuesta escénica, impacta en el patio de butacas. Otro punto a aplaudir es el dinamismo que presenta en su primer acto, desembocando en una segunda parte que no pierde en ningún momento ese tempo y finaliza en su máximo esplendor. Sin duda, puede ser que se convierta en uno de los mejores musicales de Broadway de la temporada.

Un elenco brillante

Uno de los motivos por los que Sweeney Todd, The Demon Barber of Fleet Street es una exquisitez es su elenco actoral. Desde Josh Groban hasta el último intérprete presentan una labor sobre la escena impoluta, están todos excelsos. En primer lugar, las prodigiosas voces que les acompañan hacen que no sólo sea un lujo oírlos, sino que se convierten en puro teatro, una muestra del cuidado hacia el género musical que hay en Broadway. Después, se debe destacar su expresividad corporal, así como la maestría con la que afrontan las coreografías. Casi medidas al milímetro, llevan a los espectadores a sumergirse en el tenebroso mundo de Sweeney Todd y se quedan deslumbrados con su capacidad artística. Una absoluta maravilla escénica.

De forma particular, Josh Groban, quien se mete en la piel del famoso barbero, realiza una interpretación diferente, pero óptima. Con una marca personal y alejado de cualquier otro Sweeney Todd anterior, consigue seducir a los espectadores y su trabajo deja una sensación muy placentera. Por otro lado, Annaleigh Ashford es el alma de la obra, destacando sin duda, en varias ocasiones, por delante de sus compañeros. Pícara, desternillante, se entrega a la escena con una soltura que la encumbra a lo más alto. Una de las mejores interpretaciones del año. Un auténtico frenesí, que se convierte en una clase magistral de interpretación. Perfecta. Después, Gaten Matarazzo protagoniza uno de los momentos más tiernos de la pieza, contrastando con la oscuridad con la que deambula en su último tramo. Por último, mención especial a Daniel Yearwood y Maria Bilbao, que dan una luz especial.

Envolviéndose en la leyenda

Broadway es la meca de los musicales, siendo casi un imprescindible para aquellos que adoran las artes escénicas. Por tanto, si el primer acercamiento que se tiene es con Sweeney Todd, The Demon Barber of Fleet Street la experiencia será fascinante. Este musical recoge los elementos mejor valorados en una producción de este calibre, viéndose una inversión ambiciosa que cumple con lo que promete. Para comenzar, la escenografía es fantástica, una construcción en grandes dimensiones que se expande y aprovecha todo el espacio escénico. Así, logra embaucar a los espectadores, transformándose y ofreciendo escenas de gran calidad técnica y artística, como la del horno, cuando pasan varias personas por el barbero o ese apoteósico final. Un diseño que no escatima en detalle.

El diseño de iluminación presenta una fantástica realización de luces y sombras, jugando con la sorpresa y el impacto, sin dejar de lado los momentos más flemáticos. Siempre está en su perfecta sintonía con lo que se ve en pantalla. No obstante, la joya de la corona, por excelencia, de este montaje, es la música. Sin palabras. Deja extasiados a los espectadores, habiendo una calidad excepcional donde se ve el talento de la creación original de Stephen Sondheim. Asimismo, se aplaude la impoluta interpretación por parte de la orquesta, quien saca partido a la composición operística y deja la piel de gallina. La emoción invade al teatro, desde el primer número, entendiéndose que los aplausos no paren de sucederse con cada número musical. Otros aspectos de la pieza, como el vestuario, el maquillaje y la peluquería tampoco pasan inadvertidos, obteniendo un resultado sobresaliente. Un musical perfecto.

Conclusión

Sweeney Todd, The Demon Barber of Fleet Street, seguramente, se convierta en uno de los musicales TOP de Broadway, una auténtica maravilla. Una adaptación de gran calidad, que se sumerge de lleno en el universo del perverso barbero y ofrece una versión totalmente completa. Asimismo, el reparto es una exquisitez, encabezado por una brillante Annaleigh Ashford y un muy original Josh Groban, ambos están magníficos. La propuesta escénica es un auténtico espectáculo, con una banda sonora emocionante de gran calidad y donde no escatima en detalles. Escenografía, vestuario, iluminación… todos los elementos convergen en un montaje impresionante. Una experiencia teatral para toda la vida, uno de los mejores musicales que se puede ver en el panorama teatral mundial.

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