La mujer en la ventana es un thriller psicológico, grabado esencialmente en interiores, que sigue las tribulaciones de una psicóloga que sufre de agorafobia. El destacado reparto incluye a Amy Adams (La llegada, Animales nocturnos), Gary Oldman (Mank, El topo) y Julianne Moore (Magnolia, El gran Lebowski). Dirige el británico Joe Wright (Orgullo y prejuicio, El instante más oscuro). Está basada en la novela, convertida en todo un bestseller, de A.J Finn. El encargado de la adaptación es el dramaturgo y actor Tracy Letts. En principio la película había de estrenarse en octubre de 2019, pero la decisión de realizar unos reshoots pospuso el evento hasta mayo de 2020. Finalmente, la Covid 19 volvió a hacer imposible el estreno, lo que condujo a que Netflix adquiriera los derechos mundiales de distribución. La plataforma la estrenará el 14 de mayo.
Crítica de 'La mujer en la ventana'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La mujer en la ventana
Título original: The Woman in the Window
Reparto:
Amy Adams (Anna Fox)
Julianne Moore (Jane)
Gary Oldman (Alistair Russell)
Anthony Mackie (Ed Fox)
Wyatt Russell (David)
Brian Tyree Henry (Little)
Fred Hechinger (Ethan)
Jeanine Serralles (Norelli)
Liza Colón-Zayas (Bina)
Diane Dehn (Despachador 911)
Anna Cameron (Alex)
Año: 2021
Duración: 100 min.
País: Reino Unido
Director: Joe Wright
Guion: Tracy Letts. Novela: A.J. Finn
Fotografía: Bruno Delbonnel
Música: Trent Reznor, Atticus Ross
Género: Intriga. Thriller
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'La mujer en la ventana'
Donde se puede comprar la novela
Sinopsis
Anna Fox (Amy Adams) se siente segura mirando el mundo desde la ventana. Hasta que la familia Russell se muda a la casa de enfrente y se convierte en testigo de algo inimaginable. Ahora, la cuestión es qué ocurrió en realidad. (Netflix)
Dónde se puede ver la película
Mirar la vida pasar
La mujer en la ventana es la historia de la doctora Anna Fox (Amy Adams), una psicóloga que padece de agorafobia. Tal dolencia la tiene recluida en su casa de Nueva York, de modo que distrae el tiempo de diversas maneras. Viendo películas antiguas, bebiendo vino y curioseando lo que acontece en el vecindario a través de la ventana. Su vida es una mezcla de tedio y resignación. Eventualmente habla con su marido, del que se ha separado, y con su hija. Además, para tratar de vencer sus demonios internos va fluctuando de medicación y recibe sesiones de terapia varias veces a la semana.
La llegada de la familia Russell supone una novedad para Anna. Se trata de una familia que se ha mudado al piso de enfrente y con la que, por diversos avatares, empieza a trabar contacto. Sobre todo con Ethan (Fred Hechinguer), el hijo, y Jane (Julianne Moore, la madre. Anna tiene la sensación de que el padre, Alistair (Gary Oldman), es un hombre peligroso e iracundo. En un giro no demasiado original, Anna comienza a espiar cada vez con más denuedo a sus nuevos vecinos. Y en una de esas ocasiones ve que un crimen se comete en casa de los Russell.
¿Alguien ha dicho La ventana indiscreta? En efecto, es casi inevitable acordarnos de Hitchcock en el planteamiento y en algunas situaciones. Si bien, el homenaje más literal al genio británico es la inclusión de algunas escenas de Recuerda (1945) durante las sesiones cinéfilas de Anna. Invariablemente Anna cae en una espiral de obsesión respecto al supuesto crimen, de manera que su ya frágil equilibrio mental comienza a desestabilizarse cada vez más.
El derrumbe mental
La mujer en la ventana juega cada vez más con el concepto de paranoia, siendo el personaje de Anna cada vez más obsesivo y sensible a la confusión entre realidad e imaginación. Esta caída en los brazos de la locura puede recordarnos a Polanski, y particularmente a La semilla del diablo (1968) o a El quimérico inquilino (1976), donde además la acción también transcurría en gran parte en el interior de una casa. Hitchcock también está presente, claro, aunque si piensan en La ventana indiscreta verán que hay muchos derroteros comunes, pero no tantos. Por otro lado, existe un evidente sesgo claustrofóbico para el espectador proveniente de la situación de la acción estrictamente en interiores.
Como estructura, hay una primera parte más fuertemente arraigada en thriller psicológico y que tiene su cénit de intensidad entorno hacia la mitad del metraje. Acto seguido, se entra en una fase de drama, también de tintes psicológicos, que empieza a flirtear con la intriga de forma distinta. Hay una mayor carga de introspección no exenta de melancolía. El tramo más acertado de La mujer en la ventana es el primero, el que juega fuerte con el thriller psicológico y bucea con cierta intensidad entre los demonios de Anna. A partir de ahí la fuerza se disipa algo.
La gran baza argumental de la película es la nebulosa ambigüedad entre la realidad y la alucinación. Lo que acontece en la película tiene motivos para tener visos de veracidad, pero también una sugerente apariencia de delirios alucinatorios. El hecho de que cada vez sepamos más de la vida de Anna, nos irá ayudando a poner las cosas en orden, pero como suele suceder en estas películas, la clave está en los detalles, en pequeño guiños diseminados.
El aspecto de la paranoia
La mujer en la ventana tiene una puesta en escena basada en las distancias cortas, al desarrollarse dentro de la casa de Anna. De todos modos Joe Wright muestra algunos detalles interesantes. Los encuadres lo son en el sentido más literal de la palabra. Son numerosas las tomas enmarcadas por las ventanas de los Russell, pero también hay un esfuerzo por acotar a las figuras dentro de puertas y espacios similares. La fotografía está bien cuidada y tiene elementos de interés. Las tomas nocturnas están mezcladas con tonos dorados creando una atmósfera particular e inquietante.
En otras tomas diurnas, sin embargo, la coloración es más potente, usando una fotografía incluso de tonos rosa. Hay un toque irreal casi deudor del Brian de Palma, y con unas escenas más vehementes y barrocas, la película podría haber sido un giallo. A la hora de afrontar las paranoias de Anna, Joe Wright libera la cámara y utiliza movimientos espirales o de balanceo. Una trasposición de una mente perturbada. El tramo de centra de La mujer en la ventana es más intenso, y el que más enigmas propone. Las composiciones oníricas, entre vigilia y sueño, son sencillas pero bien utilizadas.
En el último tercio de película Joe Wright no alcanza a mantener el buen ritmo que había conseguido hacia la mitad del metraje. La resolución se nos ofrece algo prosaica y repentina, y no diremos que inverosímil puesto que en una película de esta naturaleza lo ordinario es muy relativo, pero sí poco coherente. Nos encontramos ante un thriller con peculiaridades extrañas, pero no del todo originales dentro de las intrigas psicológicas.
El elenco de La mujer en la ventana
El reparto de La mujer en la ventana es realmente de campanillas. Dicho lo cual, el mayor peso específico es sin duda para Amy Adams, indiscutible protagonista. De hecho, el resto del elenco son secundarios entrando y saliendo de los dominios de Anna. En cualquier caso, Adams realiza una actuación a la altura, creíble y bien ajustada su papel. Transmite energía paranoica, dudas repletas de vulnerabilidad y consigue un buen nivel de empatía con el espectador.
Es una lástima que los personajes de Julianne Moore y Jennifer Jason Leigh tengan poca bola, pero en el caso de la primera aprovecha bien su tiempo robando unos cuantos planos a Amy Adams. Gary Oldman, por su parte, no está altura de sus mejore papeles. Da rienda suelta a su faceta más gesticulante y vocinglera, tendiendo a la exageración. En su descargo, podemos decir que su personaje no está dibujado de una forma muy precisa.
Otros personajes importantes son David (Wyatt Russell) y Ethan (Fred Hechinger), siendo el primero de ellos un inquilino al que Anna arrienda el sótano. No obstante, podemos decir que la película es todo un lucimiento para Amy Adams. Ella y lo que contiene su mente son los auténticos elementos relevantes de la película, no habiendo solamente paranoias sino otros sentimientos como culpabilidad y pérdida.
Conclusiones de 'La mujer en la ventana'
La mujer en la ventana es una elegante y entretenido thriller psicológico que se adentra en el onirismo paranoico de forma relativamente accesible. Acostumbrados a caídas en los abismos mentales más vehementes, como los de Polanski y Lynch, quizá no nos perturbe tanto, pero la sensación de equilibrio alcanzada es interesante. De todas formas, no faltan momentos inquietantes. La actuación de Amy Adams acaba por conformar una película sólida, aunque en realidad no demasiado original, pero que se hacer corta hasta su, cómo no, inesperado final.
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