Niégalo siempre, escrita y dirigida por Ivan Calbérac (Conocido por sus dulces comedias como Cata de vinos o El Sr. Henri comparte piso) llega a salas españolas el 9 de agosto de 2024. Se trata de una delicada y sencilla historia de amantes, matrimonios y familia, tan cómica como lacrimógena. En pos de la verdad, el amor de un matrimonio de más de cincuenta años será puesto a prueba a base de enredos, malentendidos y ese humor tan francés que siempre consigue sacar alguna sonrisa al más escéptico.
Crítica de 'Niégalo siempre'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Niégalo siempre
Título original: N’avoue jamais
Reparto:
André Dussollier (François Marsault)
Sabine Azéma (Annie Marsault)
Thierry Lhermitte (Boris Pelleray)
Sébastien Chassagne (Adrien Marsault)
Joséphine de Meaux (Capucine Marsault)
Michel Boujenah (Clément Fontaine)
Gaël Giraudeau (Amaury Marsault)
Céline Esperin (Solène)
Año: 2024
Duración: 94 min.
País: Francia
Director: Ivan Calbérac
Guion: Ivan Calbérac
Fotografía: Philippe Guilbert
Música: Laurent Aknin
Género: Comedia
Distribuidor: Karma Films
Tráiler de 'Niégalo siempre'
Sinopsis
Después de 50 años de matrimonio, François Marsault, un general retirado, sigue perdidamente enamorado de su mujer Annie. Pero cuando un día descubre que ella le engañó hace 40 años con otro hombre, le hierve la sangre. Para limpiar su honor, François cree que sólo hay una solución: divorciarse y encontrar a Boris, el ex amante de Annie, para romperle la cara. Pero a sus 73 años, el asunto no es tan sencillo... (Karma Films)
Dónde se puede ver la película en streaming
Ocurrente y desenvuelta
Cuando un alto cargo militar retirado y arcaico (Un siempre encabritado André Dussollier) descubre que su mujer (Una Sabine Azéma ocurrente y entonada) le fue infiel hace treinta años decide ir a buscar al antiguo amante de su esposa, comenzando un desenfadado viaje de venganza que le llevará más lejos de lo que jamás hubiera imaginado. El protagonista, anclado al pasado, no puede soportar la idea de una infidelidad y la humillación que ello conlleva, así que con un ego herido deberá elegir entre el amor y el odio, entre la paz y el tormento. A partir de malentendidos, Ivan Calbérac construye una comedia, que aunque consabida, sorprende por su sencillez y su sorpresiva profundidad dramática en momentos puntuales.
Se mantiene una comedia de situación sin artificios que convence a la misma vez que vemos un viaje personal al pasado, entendiendo como este se relaciona con el presente. Una primera parte algo más puramente bufonesca se encuentra a medio largo con algo más de seriedad cuando el olvido de la senectud, el tambaleo del amor romántico y los traumas de las relaciones paterno-filiales salen a la luz. Una disyuntiva entre el amor y los ideales ponen en la cuerda floja a una familia que hace malabares para no descontentar al patriarca. Nada que no se haya contado ya, pero si con una frescura y vitalidad diferentes, características de los trabajos anteriores del director.
Cómicamente reivindicadora
Niégalo siempre es un ejemplo más del poder de la comedia para transmitir poéticos mensajes a una audiencia acostumbrada a un cine saturado de dramatismo. Cuando a uno se le desarticula con la risa, es más fácil impactar con un conflicto profundo antes que con el escepticismo propio de una sobriedad constante. Niégalo siempre lo sabe y no duda en usar este recurso para reflexionar sobre el (des)engaño, del amor romántico a avanzada edad, la moralidad retrógrada y las conexiones familiares. El poder transformador del amor resulta ser la piedra angular de una historia donde todos los personajes parecen errar y andar en la dirección equivocada. En situaciones de crisis, la confianza y el respeto son las primeras víctimas, pero no por ello se debe dejar que desemboque en algo mucho más grave. O eso creíamos hasta ahora.
Con una dirección hábil y sencilla y unas actuaciones algo caracterizadas se nos cuenta un relato luminoso a la misma vez que distendido, que pese a la oscuridad aparente de su tratamiento, consigue que nos riamos ante lo ridículo que resultan una convicciones rígidas y el ego, incitando un análisis propio de como nos provocamos nuestras propias heridas y sufrimos por ellas mismas culpando a quiénes amamos. Quizá haya que dejar que las arenas del tiempo entierren aquello que nada aporta a una vida pacífica y tranquila.
Conclusión de 'Niégalo siempre'
Niégalo siempre es una desenfadada comedia que nos habla en síntesis de la familia, el tiempo y la verdad. Sencilla y hábil, sabe cómo sacar alguna que otra carcajada sin olvidar la parte emotiva e íntima del relato. La mejor cualidad que posee la cinta es su capacidad de alternar estos momentos sin perder el ritmo ni pecar de simpleza o lacrimógena en exceso. Una refrescante comedia francesa perfecta para un verano algo vacío de estrenos cómicos.
Reportaje de Niégalo siempre en Días de Cine TVE
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