Uno de los títulos más destacados en la cartelera teatral madrileña es No me toques el cuento, obra escrita y dirigida por Olivia Lara, quién también protagoniza la pieza. Junto a Lara, actúan Masi Rodríguez, Carmen Calle e Isabel Morán. Producida por Teatroz, cuenta con la distribución de LA OPCIÓN. Ha colgado el cartel de "localidades agotadas" en varias ocasiones. Además, ya comenzó su gira nacional, pasando por varias ciudades. Se puede disfrutar de jueves a domingo en los Teatros Luchana.
Título: No me toques el cuento Título original: No me toques el cuento
Reparto: Masi Rodríguez
Carmen Calle
Isabel Morán
Olivia Lara
Cover: Juan Barahona
Duración: 90 min. apróx. Dirección: Olivia Lara Dramaturgia: Olivia Lara Ayudante de dirección: Isabel Morán
Técnico de sonido e iluminación: Juan Barahona
Composición musical: Shadday López, Olivia Lara e Isabel Morán
Locuciones: Olivia Lara y Juanma Lara Diseño de cartel: Juan Barahona Fotografía: Lalodeho Distribución: LA OPCIÓN Producción: Teatroz
Tráiler de 'No me toques el cuento'
Sinopsis de 'No me toques el cuento'
Todos conocemos a las princesas Disney. Siempre bellas, alegres, bondadosas.
Y, por supuesto… Todas saben cantar.
Pero, ¿Conocemos la vida de esas princesas? ¿Sabemos lo que supuso para ellas su propio cuento de hadas? ¿Qué fue de ellas?
El otro lado del “y vivieron felices y comieron perdices”.
No me toques el cuento nos muestra cómo cuatro princesas se rebelan y exigen contar la otra cara del cuento. Eso que no se cuenta porque, al fin y al cabo, no es tan bonito como dicen…’ (TEATROS LUCHANA).
Las chicas son guerreras
Uno de los fenómenos teatrales que ha inundado la cartelera española ha sido No me toques el cuento, escrito y dirigido por Olivia Lara. La dramaturgia aborda los famosos cuentos infantiles que han poblado la imaginación de los más pequeños, cogiendo como base los de Disney. Así, comienza una historia que desea romper con el estereotipo y realizar una crítica mordaz feminista en torno a los mensajes que hay en este tipo de iconos. Por tanto, la idea parte desde una óptica interesante, que además toma un debate que ha estado candente durante años en la sociedad. Sin embargo, el libreto toma un camino que apuesta más por la comedia comercial, un humor que tiende a lo fácil y es accesible para todos los públicos. Con lo cual, acaba por cumplir con algunos de los clichés que se pueden esperar de ella.
Tiene momentos frescos, que despiertan las carcajadas del público, pero se compone de una estructura que no logra un punto de unión más sólido. En consecuencia, acaba por dar la sensación de haberse ido escribiendo por tramos. Otro de los puntos de los cuales se puede sacar mayor provecho es el mensaje reivindicativo que se desea dar a la pieza. Pese a pronunciar frases imprescindibles para el avance social, no logra una profundidad que vaya más de lo aparente, quedándose más en una vertiente de panfleto que en un alegato mejor construido. Aun así, se comprende que juegue en la sintonía de una generación más hedonista, estableciéndose en el chascarrillo popular y en los chistes de sexo y lo vulgar para despertar las carcajadas. Como último apunte, habría que revisar cierta canción del príncipe de Blancanieves, dado que podría entenderse de una manera no favorable.
El comadreo
En la función del pasado viernes 13 de enero, No me toques el cuento contó en su elenco con Masi Rodríguez, Carmen Calle, Isabel Morán y Juan Barahona, en sustitución de Olivia Lara. En primer lugar, aplaudir la excelente labor de Carmen Calle, la cual se convierte en la más llamativa por la personalidad de su personaje. Para comenzar, destaca por la expresividad corporal y la gestualidad, llevándose a un terreno físico que encumbra su labor sobre las tablas. Asimismo, también acaba por completar su transformación con un timbre de la voz muy característico, acompañado de estupendos recursos como la risa. Después, Masi Rodríguez logra una actuación notable, tiene momentos de brillantez en la comedia, así como una naturalidad bien gestionada. Se agradece también su compromiso con la personalidad de la obra, consiguiendo encajar con ella en todo momento.
Isabel Morán tiene un papel que a priori podría parecer sencillo, pero nada más lejos de la realidad. Morán debe hacer verosímil un personaje que se basa en la imagen que se tiene desde la sociedad de las conocidas popularmente como “chonis” de barrio. Por un lado, se valora su actitud ante el personaje, viendo que desea darle la mayor credibilidad posible. Sin embargo, no alcanza el efecto orgánico que necesita, viéndose una ejecución que resuelve en el tópico y con una dicción que podría mejorar para poder oírse en el patio de butacas de una forma más perceptible. Por último, Juan Barahona se subió a las tablas como Bella. Su labor fue más que plausible, supo sacarle partido en varios puntos y se pudo ver que disfrutaba en escenas donde le permitía lucirse.
Salir del cuento
La propuesta escénica de No me toques el cuento se desliza por una composición escénica sencilla, sin grandes artilugios sobre las tablas, ni una construcción más detallada. Sin embargo, esta decisión es un acierto, dado que así les permite enfocar al espectador frente a las acciones y parlamentos de sus protagonistas. También hay que señalar la selección del vestuario, el cual, claramente, hace referencia a las famosas princesas Disney, permitiendo así establecer una conexión directa con la simbología popular que se tiene en la mente. A lo largo de la pieza, se van haciendo cambios de atmósfera, lo que da cierto dinamismo al montaje. Por otra parte, el movimiento sobre el escenario es notorio, lo que hace que dé una sensación de viveza y de locura. Lo único, hay varios momentos en los que se percibe cierto desorden.
Uno de los problemas que se halla desde la parte técnica es la escucha de los diálogos de las actrices. A pesar de oírse mejor unas a otras, por el ejercicio de dicción de cada una, sería interesante un refuerzo sonoro en salas de gran amplitud. Aun así, lo ideal sería que las propias intérpretes lograsen que se las comprendiese durante sus diálogos con una proyección más efectiva. Después, los números musicales son entretenidos, pero les falta algo de potencia. En cuanto al ritmo de la pieza, logra no estancarse, aunque tampoco se vive una catarsis, sino que llega a su objetivo, que es entretener. Por último, seguramente, sea una característica propia del sello de identidad de la compañía, pero el parar una función para recomponerse de una caída cómica, puede llegar a ser confuso, incluso si se hace a propósito.
Conclusión
No me toques el cuento parte de una denuncia reivindicativa sobre los estereotipos propagado en las princesas Disney. Sin embargo, el libreto se tercia hacia una comedia excesivamente sencilla, pudiéndose aprovechar más al tener unas posibilidades muy potentes. Después, el elenco actoral consigue realizar un buen trabajo a nivel general, destacando a Carmen Calle y Masi Rodríguez. La propuesta en escena propone entretener y lo cumple, aunque debería vigilarse la proyección de las voces de las actrices y la dinámica del movimiento. La emancipación de las princesas en un camino que toma la carcajada cómoda, quedándose en la superficie.
Esta obra es realmente malísima. Gritos estridentes que no dejan entender nada, sin hilo conductor y casposa. De feminismo nada, usar maricón o puta de manera despectiva, fibrolizan con la salud mental y así todo el rato. Humor caca, culo, pedo, pis. Hay que revisarse.
Lo que más gracia me ha hecho son los comentarios de la persona que me ha propuesto ir a verla:
- Pido perdón (me lo ha dicho como 10 veces)
- ¿De qué se ríen? (Había gente que se reía…)
- Me duele la cara de reírme (ironía)
- Esto es lo mejor de la obra (cuando se han retirado)
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Esta obra es realmente malísima. Gritos estridentes que no dejan entender nada, sin hilo conductor y casposa. De feminismo nada, usar maricón o puta de manera despectiva, fibrolizan con la salud mental y así todo el rato. Humor caca, culo, pedo, pis. Hay que revisarse.
Lo que más gracia me ha hecho son los comentarios de la persona que me ha propuesto ir a verla:
- Pido perdón (me lo ha dicho como 10 veces)
- ¿De qué se ríen? (Había gente que se reía…)
- Me duele la cara de reírme (ironía)
- Esto es lo mejor de la obra (cuando se han retirado)