"Oliver Twist, el musical": La dificultad de prosperar

Esta versión de Oliver Twist es el musical de los niños olvidados, de quienes no tienen a nadie que vele por ellos y viven cerca de nosotros con dolor y tristeza casi invisibles. Los adultos no siempre vemos su miseria, su soledad o el acoso que sufren; a menudo no percibimos las señales con las que expresan su angustia ni sus dificultades para contarnos aquello que les atormenta. Oliver Twist nos recuerda al niño que fuimos y que aún permanece dentro, capaz de comprender a esos otros que se ven obligados a crecer demasiado rápido.

No es casual que los creadores del éxito Los chicos del coro —Rafa Coto, Pedro Víllora y Juan Luis Iborra— hayan elegido Oliver Twist como su nuevo proyecto. En aquel musical aparecían niños también desprotegidos, marcados por la violencia del periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial y por las carencias educativas de una época dura. Allí encontraban un camino de esperanza gracias a la música y al apoyo de unos pocos adultos que confiaban en ellos. La obra defendía la educación, los valores humanísticos y el poder del arte para transformar vidas. De forma similar, Oliver Twist advierte de las consecuencias de descuidar la formación y el cuidado de los jóvenes, y muestra cómo nuestras acciones pueden influir en un futuro más justo.

Con Oliver Twist, el musical quiere ofrecer ilusión y esperanza a los espectadores jóvenes y a sus familias. Oliver es un héroe adolescente que está a punto de extraviarse, pero logra salir adelante con confianza, ánimo y la ayuda necesaria. Eso es lo que se desea transmitir: un futuro inmediato de música, emoción y alegría. Ese es Oliver Twist, el musical. (TEATRO LA LATINA). 

Una adaptación de un clásico

Uno de los clásicos de la literatura del siglo XIX conocidos por el gran público es Oliver Twist, de Charles Dickens. En esta ocasión, llega a los escenarios en su versión musical, de la mano de Pedro Víllora y dirigida por Juan Luis Iborra. El ADN principal del libro original se mantiene, explorando las peripecias del joven protagonista frente a la pobreza y la búsqueda de un hogar. En este sentido, el mensaje sigue siendo claro: la importancia y el valor de la amistad, junto al perdón y el significado de familia. Los distintos personajes que aparecen en la pieza suelen estar marcados por distintas taras y heridas del pasado, lo que les aporta un toque humano en la mayor parte de los casos. Las relaciones están bien estructuradas, en especial en el grupo de ladrones.

Sin embargo, hay partes en las que la resolución y el proceso resultan excesivamente maniqueos y previsibles. Sucede sobre todo en el destino de Oliver Twist, que se resuelve en unas breves escenas que tampoco aportan una narrativa más profunda que la mera revelación de datos. Por ende, queda algo forzado, siendo una oportunidad perdida para aprovechar lo que podría haber sido uno de los momentos más conmovedores de la obra. En consecuencia, se echa en falta más sensibilidad, más aristas en sus protagonistas, que permitan que tanto adultos como pequeños puedan reflexionar y no solo entretenerse con una historia ya conocida por todos. Se podría dar más, especialmente teniendo en cuenta el material primigenio.

Niños olvidados

No es la primera vez que un elenco infantil protagoniza un musical en los últimos años; ya se pudo ver la eficacia con la que se hizo en Los chicos del coro o Matilda, el musical. En Oliver Twist, el musical, se deposita gran parte del peso en el grupo de jóvenes y niños, destacando, sobre todo, Pablo Grife, que posee un carisma y una personalidad pletóricos. Muy bien enfocado y ejecutado. También se aplaude la labor de Marta Malone, que junto a Manu Rodríguez se convierte en una de las intérpretes más brillantes de la escena. El resto del elenco logra una interpretación plausible, cumpliendo con su papel. En el caso de Eneko Haren, que interpreta a Oliver Twist, se podría esperar más, quedándose algo relegado y necesitando afianzar su personaje sobre las tablas.

A pesar de haber multitud de detalles en la puesta en escena, uno de los elementos principales a cuidar en un musical es la ejecución de su música y su orquesta. Oliver Twist, el musical no logra un acabado sonoro de alta calidad, quedándose en un ejercicio a mejorar, dejando ver las costuras de un acompañamiento musical irregular. Lo mismo sucede con la dirección musical, en la que se echan en falta momentos de mayor emoción. La construcción de la escenografía es sencilla, no hay grandes fuegos artificiales, aunque podría haberse elevado la producción para un musical de este tipo. El montaje tiene un ritmo algo dinámico, sobre todo en los números de danza, permitiendo que las familias puedan disfrutar de un momento agradable. En resumen, técnica y artísticamente podría haberse explotado y cuidado más.

Conclusión

Oliver Twist, el musical es una experiencia simpática, que no termina de explotar todo el potencial que le otorga el material original. La pieza se sostiene en un libreto que mantiene su mensaje intacto, pero al que le falta mayor profundidad en algunas de las problemáticas que plantea. El elenco obtiene un resultado irregular, destacando sobre todo Pablo Grife, Marta Malone y Manu Rodríguez, que logran trabajos de calidad. El despliegue técnico y artístico se queda a medio gas, dejando patente que la música y su cuidado son imprescindibles en este tipo de producciones. Una oportunidad perdida para lograr otro fenómeno como Los chicos del coro, el musical, quedándose en un montaje que todavía tiene que mejorar.

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