"Otra vuelta de tuerca": El terror encuentra su lugar

Otra vuelta de tuerca es una obra que nos presenta una casa apartada, en la campiña inglesa… y allí existe un desván… y en el desván existe un secreto. Un secreto del que apenas se habla por la increíble fealdad que contiene y el horror, y el inaudito dolor al que dio origen. La señorita Abigail James, maestra de francés, llega a Bly Manor con la misión de, junto a la señorita Grose, encargarse de la educación de dos adolescentes, Flora y Julia, pero lo que encuentra es una presencia, rebosante de un mal insidioso y corrupto, que quiere apoderarse de las chicas, porque lo que está muerto desea la carne. ¡Lo muerto envidia la carne! ¿Podrá la señorita James salvar a las dos jovencitas sin perder el alma en el intento…? O, a lo mejor, nada es verdad y todo lo han imaginado las chicas… Bienvenidos a Bly Manor (TEATRO LARA). 

Un clásico renovado

Han pasado más de 120 años desde que Henry James publicase Otra vuelta de tuerca, la cual se manifiesta en una obra teatral de mano de Ramón Paso. Así, se transfiere un clásico que logra no sentirse como algo antiguo, sino que se actualiza de una forma vertiginosa sin olvidar el respeto por el material original. Por lo cual, Paso ha combinado la frescura, su sello de identidad, con el espíritu que se espera de una adaptación de esta novela. Desde el principio se comprueba una estructura perspicaz, llena de misterio, cautivando a los espectadores, que esperan atentos a ver cómo se van desarrollando los acontecimientos sobre las tablas. No es nada fácil confeccionar la tela de la tensión en la duración que tiene esta representación, lo que es un perfecto indicativo de la delicadeza narrativa que hay en ella.

Los personajes que intervienen en la obra consiguen interesar a los espectadores, sin necesidad de ahondar en su trasfondo en demasía. No obstante, se le da los matices suficientes para obtener una solidez a la hora de crear su personalidad sobre las tablas. Por lo cual, se sostienen absolutamente todas las relaciones que se van entrelazando entre ellas. Ejemplo de ella, es la figura del tío, que demuestra que no es necesario un tiempo prolongado en escena para saberse cuál es su función y cumplirla. Por otro lado, se dan unas pinceladas sobre la autoestima, sobre el trauma, que no pasan inadvertidas, dando un enfoque todavía más enriquecido al conjunto. No se puede negar que el espectador podría estar ante una de las mejores producciones de Ramón Paso de los últimos años.

Un elenco exquisito

No podía faltar en Otra vuelta de tuerca los rostros habituales de Paso Azorín Teatro. Sin embargo, rompen con los moldes que se han degustado en anteriores trabajos, sorprendiendo con perfiles que les sientan de maravilla. En primer lugar, Ángela Peirat brilla con una intensidad fulgurante, se sale en este papel que es absolutamente contrario a varios de los personajes que se han podido ver anteriormente de ella. Se agradece el riesgo y consigue un trabajo dramático impoluto. Después, Inés Kerzan aporta una actuación más sosegada, dentro de su línea, pero que sorprende en aquellas escenas de mayor carga sensitiva y en el que despliega una buena expresividad. Asimismo, Jordi Millán consigue ser memorable, con una determinación que atina de lleno en este montaje. Sabe sacar partido a su presencia sobre las tablas.

Ana Azorín vuelve a mostrar por qué es una de las actrices mejor valoradas en el actual panorama teatral. Se espera siempre mucho de su trabajo y nuevamente supera las expectativas. Es más, se convierte en una de las piezas imprescindibles para que la atmósfera de la obra funcione tan bien. Lo mismo sucede con Guillermo López-Acosta, el cual deja de lado esa energía tan luminosa que desprende y se mete de lleno en el tono de la historia. Un trabajo extraordinario. Por otra parte, las caras nuevas en la compañía se presentan con Judit Martín y Clara Romeu. En el caso de Martín, se ejecuta de una manera más que notable su labor en el escenario. Tiene escenas muy buenas. En cambio, Romeu mantiene una energía muy concreta, en la cual se echa en falta algo más de acción y de expresividad.

La importancia del cuidado de la atmósfera

Uno de los géneros menos explotados en el teatro es el terror, dadas las dificultades para lograr transmitir esa tensión, esa confección de lugar y espacios propicias para provocar miedo en el espectador. Aun así, Paso Azorín Teatro demuestra que es posible y así lo muestra en la obra Otra vuelta de tuerca. Mediante con un uso inteligente de la puesta en escena, el espectador se embulle en ese ambiente de misterio, que va preparando lo que está por llegar. Una vez se acomoda, va descubriéndose ante un atmósfera perfecta, con un diseño de iluminación espléndido. Las luces y sombras cobran vida, unidas a unos efectos de sonido y un cuidado del elemento sonoro, que de una manera elegante y sutil consiguen que el pavor cobre vida. No es una tarea fácil y por ello tiene un mérito absoluto el haberse superado de esa forma.

El diseño de vestuario se mantiene en coherencia con el estilo visual de la pieza, así como la escenografía minimalista que se utiliza. No obstante, hay que aplaudir la selección de objetos sobre la escena, los cuáles tienen todos una razón de ser, así como la función de completar el imaginario que se torna alrededor de la historia. Por otra parte, el ritmo es dinámico, va a más de principio a fin, lo que indica que ha habido una dirección excelsa. Una vez se llega al final, se comprueba que ha sido una experiencia diferente, atinada y atractiva. Se puede decir perfectamente que a nivel técnico y visual estamos ante una de las propuestas más redondas y completas de la compañía, una muestra de cómo la evolución nunca para a pesar de llevar tantos años en los teatros.

Conclusión

Otra vuelta de tuerca es una de las mejores obras de Ramón Paso de los últimos años. Parte del clásico de 1898 de Henry James, haciéndolo suyo, para traer una versión dinámica, interesante y que llama la atención de los espectadores. Además, se combina con una atmósfera perfecta, que muestra que en el teatro también se puede hacer terror. Por lo cual, el público entra de lleno y vive una experiencia de calidad. También hay que aplaudir la labor de su elenco actoral, los cuáles terminan por encumbrarla. Supera las expectativas que se tienen sobre ella, confeccionando una historia teatral de miedo fabulosa, siendo una de las mejores propuestas de lo que va de año.

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