Paco Plaza ('REC', 'Quien a hierro mata', 'La abuela') es uno de los cineastas de género más a reivindicar dentro del cine de terror español contemporáneo. Con 'Hermana Muerte', estrenada a finales del año pasado, expande el universo al que ya nos introducía en el 2017 con 'Verónica'. Hemos tenido la oportunidad de entrevistar al cineasta para desentrañar el miedo en 'Verónica' y conocer la conexión con su última película.
Entrevista a Paco Plaza
Resumen
Sobre la adolescencia
Ana Aliaga Díaz/Cinemagavia: ‘Verónica’ habla sobre la adolescencia, el despertar sexual, la transición de la niñez a la adultez, etc. Es muy sencillo sentirse representada por ese sentimiento de inseguridad y de desconocimiento al estar en un entorno nuevo que sentimos que nos viene grande. ¿Crees que también hay algo de ti en esa catarsis con la que algunas nos vemos perfectamente representadas?
Paco Plaza: Cualquier adolescente siente eso independientemente de su género, aunque es verdad que el género hace que pases por cosas diferentes, ¿no? Esa etapa de crecimiento, de percibir cambios, de abandonar la infancia, de tener que tomar decisiones, de experimentar sentimientos nuevos... Todo se resume en la confusión, en no entender muy bien qué te pasa a ti mismo o a ti misma y cómo te relacionas con los demás. El adentrarte en un terreno nuevo genera un estado de ansiedad que te hace más permeable y más sensible a todas las emociones. Yo, en ese sentido, me siento muy Verónica. Creo que todos atravesamos un poco eso.
Y no solo el terror, sino que la ficción es la mejor manera de explicarnos y de entendernos. Todos sentimos cierto alivio al descubrir en un libro o película a alguien atravesando cosas similares a las que nos pasan. Aunque es verdad que las experiencias ajenas nunca te marcan tanto como las propias, sí te ayudan a configurar patrones de comportamiento, a entender y, sobre todo, te acompañan y hacen que te sientas menos solo.
Sobre el miedo
Ana Aliaga Díaz/Cinemagavia: Hay toda una codificación del miedo dentro de ‘Verónica’. En una de las escenas, la figura del monstruo se fusiona con la de la madre tras el cristal de la puerta. En otra, se merge con la propia Verónica. Las camas de todos los niños tienen partes de esta sombra por debajo, como si les estuviera invadiendo sin que se dieran cuenta. ¿A qué está haciendo referencia la criatura que la acecha?
Paco Plaza: En cuanto a lo que es la criatura en sí misma, mi referencia más clara eran los mangas de Junji Ito. Pero es verdad que esta manera de corporeizar una sombra aparece en muchas manifestaciones artísticas y en muchos testimonios de gente que tiene parálisis del sueño o experiencias paranormales, por ejemplo. Una figura humanoide con rasgos indistinguibles. Muchos testimonios la definen como una sombra o un humo negro que coge forma humana. Para mí, este personaje es una representación de un miedo muy abstracto que se acaba convirtiendo en una entidad física al final de la película. Verónica la asocia a la figura del padre ausente, al enfrentamiento que tiene con su madre, a ella misma... Acaba viendo todo lo que le produce miedo reflejado en una criatura que la persigue y la amenaza.
Ana Aliaga Díaz/Cinemagavia: Y, ¿por qué crees que es necesario o interesante codificar las emociones de esta manera tan visual?
Paco Plaza: Partiendo de que nuestro terror suele asociarse a cosas desconocidas o que no podemos comprender, creo que como humanos tenemos la necesidad de poder nombrar algo o de dar una identidad a lo abstracto para que sea concreto. De ahí viene, creo, en toda la tradición del terror a lo largo de la historia, la necesidad de crear un monstruo, algo que tú puedas definir y acotar.
Que esa amenaza se haga concreta en un arquetipo, en una persona, en una sombra, en algo que puedas identificar como lo que te está dando miedo es la manera de que nuestro cerebro procese y combata el miedo. Lo indefinido es lo que más terror nos produce porque no sabes a qué temes. Parece que si dices "tengo miedo de este señor que me aparece por las noches o de esta señora que va con una sábana" es más fácil sentirte seguro, sabes a lo que te enfrentas.
Sobre las conexiones entre 'Verónica' y 'Hermana Muerte'
Ana Aliaga Díaz/Cinemagavia: Conectando ‘Verónica’ con ‘Hermana Muerte’, tu película más reciente, ¿la historia de Narcisa ya estaba determinada en el momento en que se rueda Verónica?
Paco Plaza: La Hermana Muerte es un personaje que me gustaba mucho y me daba pena haber sido un poco injusto con él porque aparece muy poquito. Me enamoraba y, por eso, cuando sacamos la edición en Blu-Ray de 'Verónica' editamos también un cómic inspirado en ella contando un poco su historia. No es que hubiera ninguna intención de continuar ni nada, pero cuando nos propusieron desde Netflix expandir el universo de 'Verónica', para mí fue muy natural decir "bueno, pues a mí lo que me gustaría es contar la historia de esta señora y hacer una precuela". En vez de continuar la historia por detrás, ampliarla por delante.
Ana Aliaga Díaz/Cinemagavia: ¿Puede ser que haya también cierta parte crítica u observadora con la tradición cristiana española y cómo nos afecta en nuestra confección del terror?
Paco Plaza: Creo que el hecho de crecer en un entorno de educación católica, como es mi caso y el caso de Verónica, te hace muy permeable a lo sobrenatural. Porque en el fondo la fe trata de creer en cosas que no se pueden probar, que son científicamente no constatables. Especialmente, en nuestra cultura hablamos de la resurrección, de curaciones milagrosas, de la concepción inmaculada de María Virgen... O sea, cosas que contradicen lo empíricamente demostrable. Si tú desde pequeño estás programado para creer en cosas sobrenaturales como esas, de alguna forma tu cerebro está preparado para asumir lo sobrenatural como normal, a creer sin pruebas. Es algo que no se diferencia mucho de cualquier creencia ocultista.
Ana Aliaga Díaz/Cinemagavia: Ambas películas hablan de la convergencia entre luz y oscuridad. En la ouija hay un sol y una luna, en el techo de su habitación hay una luna y estrellas, cuanto más “poseída” está Verónica, más se funden las luces de su casa. Y, evidentemente, está el eclipse que afecta a la posesión de Verónica y que deja ciega a la Hermana Muerte. ¿Qué puedes contarnos sobre esta trasposición entre luz y sombra, entre el día y la noche, entre la luna y el sol?
Paco Plaza: Pues yo creo que sí, ambas películas tratan de la lucha entre luz y oscuridad. De una forma casi inconsciente, la luz representa la bondad. De hecho, en La Biblia Jesucristo dice "yo soy la luz" y el Demonio es el señor de las tinieblas. Siempre se representa el bien y el mal, físicamente, con esa lucha que es también cultural, el yin y el yang, la luz contrapuesta a la oscuridad.
Por eso me gustaba de ‘Hermana Muerte’ que la película transcurriera a la luz del día y que fuera realmente muy luminosa hasta que llega el eclipse, que causa que Narcisa alcance el potencial de sus poderes. En el fondo, el eclipse que afecta a ambas es esa mezcla de luz y oscuridad. Puedes quedar ciego mirando fijamente a la oscuridad absoluta. Es un juego muy poético y muy fácil de entender porque apela a algo muy primitivo en todas las culturas. El día y la noche también son representaciones del bien y el mal.
Ana Aliaga Díaz/Cinemagavia: También, ¿puede que, metafóricamente, Verónica haya sido poseída por la misma oscuridad que cegó a la monja?
Paco Plaza: Sí creo que hay un reconocimiento entre la Hermana Muerte y Verónica. En la primera película, la experiencia que vive Verónica es muy similar a la que ha vivido Narcisa en su momento, quien de alguna forma se ve reflejada en ella. La entiende porque es la única que ha pasado por lo mismo.
Sobre el lenguaje audiovisual de Paco Plaza
Ana Aliaga Díaz/Cinemagavia: Tu estilo de dirección me parece siempre muy preciso, muy delicado. Vemos justamente todo lo que necesitamos ver de una manera muy exacta. No hay nada mostrado porque sí, todo queda muy redondo y, dentro de las codificaciones del terror, muy claro. ¿Puedes hablar más sobre las directrices técnicas, los encuadres, los paneos, etc., y sus motivos y funciones expresivas?
Paco Plaza: Creo que ‘Verónica’, en cuanto a estilo de dirección, para mí marca un antes y un después. Es la primera película en la que me sentía en control del lenguaje, había encontrado una manera de contar con la que me sentía identificado. También ya me pilló con 40 años, había hecho varias pelis, y ya me veía como “vale, creo que ahora estoy empezando a saber cómo contar esta historia”. Yo creo que en tus primeras películas buscas tu caligrafía, tu voz, tu manera. Vas encontrando la forma en que te expresas a través de la cámara, los encuadres y el montaje.
Creo que en ‘Verónica’ es donde empecé a utilizar la cámara de una manera muy inspirada por los directores orientales, especialmente los coreanos como Park Chan-wook o Bong Joon-ho. Yo, que me encantaban sus películas, empecé a preguntarme por qué me gustaban tanto y a elaborar una especie de teoría de que en sus películas la cámara no se mueve por las necesidades físicas de los personajes, sino por las emocionales. Como que los movimientos de cámara no necesariamente tienen que estar ligados al movimiento del personaje, sino al movimiento de lo que el personaje está sintiendo. Es un camino que empecé en 'Verónica', que depuré mucho en 'Quien a hierro mata' y que en 'La abuela' y 'Hermana muerte' ya está. Aunque es en 'La abuela', sobre todo, donde estoy bastante satisfecho de haber conseguido explicar la historia como yo quería.
Y sí que me obsesiona no incluir cosas superfluas en los encuadres, intentar contar las cosas con los mínimos elementos necesarios, eliminar lo superficial para jugar cada vez con menos elementos. No sé si se transmite o no, pero a mí me sirve. Es, de todas las infinitas posibilidades que hay de cómo rodar una escena, intentar encontrar cuál es la mía, que no es ni mejor ni peor.
Y esto de los paneos me parece muy curioso porque jugar con las panorámicas es una decisión muy mía de los últimos años. En 'La abuela' ya hay ejemplos bastante extremos en los que la cámara panea sola mientras el personaje está yendo a otros sitios. Es algo que me interesa mucho porque de alguna forma evidencia la presencia de un narrador y añade un punto de vista que va más allá de simplemente documentar lo que pasa delante de la cámara. Da una intención desde la dirección.
Sobre los niños y el rodaje
Ana Aliaga Díaz/Cinemagavia: Fue Hitchcock quien dijo que no había que trabajar “ni con niños, ni con animales, ni con Charles Laughton”. En tu caso, no es raro ver precisamente a algún niño en tus películas. ¿Cómo fue el trabajo de rodaje con tres personajes tan pequeños en una película de terror? Y, especialmente, ¿qué puedes contarnos de esa escena de ouija en familia?
Paco Plaza: Pues a mí trabajar con niños me encanta, pero no puedes intentar que se acoplen a tu plan sino que tienes que adaptar tu estilo a ellos, a esa naturalidad y esa cotidianidad que ellos te dan. Intentas trabajar de una forma casi documental para que se sientan libres. Para que no estén constreñidos por tener que obedecer marcas o tener que pedirles cosas técnicamente complejas. Son niños, evidentemente no tienen experiencia actoral, no les ha dado tiempo.
Es verdad que esa escena de la ouija fue especialmente cansada de rodar y muy complicada porque teníamos que mantenerlos en tensión muchos minutos. Lo recuerdo muy agónico. Estaba el nene, tenía cuatro años, y las mellizas que creo que tenían nueve o diez. Y, de alguna forma, intentas que se enfrenten al rodaje como si fuera un juego, una actividad escolar. A veces no es fácil compaginar eso de que se lo estén pasando bien, de que disfruten, con que tú tienes una agenda que cumplir y un trabajo que sacar adelante.
Pero sí creo que los niños te aportan algo mágico. Yo siempre pienso en cuando yo era pequeño y jugaba a indios y vaqueros. No estaba actuando, los niños juegan en serio, no tienen el componente que tenemos los adultos de "bueno, voy a fingir que estoy haciendo esto". Los niños no fingen, los niños juegan de verdad. Es súper bonito.
Sobre el futuro
Ana Aliaga Díaz/Cinemagavia: Para finalizar, parece que con tus últimos trabajos en el terror estás creando una especie de universo en el que transitar el proceso de maduración y las transformaciones, en cierta manera la apertura de ojos a otras realidades, utilizando el terror más puro como catalizador de emociones. ¿Crees que te quedan aún más premisas, en este sentido, que explorar desde tu cine o piensas abarcar otros derroteros en tus próximas películas?
Paco Plaza: Jo, pues no sé. Yo creo que las películas responden mucho a los momentos vitales en los que te encuentras. De alguna forma nuestras filmografías son, al fin y al cabo, casi biográficas. Siempre hay un elemento de conexión con algo que te preocupa o en lo que piensas. No sé muy bien cuál será mi siguiente película y qué será lo que me tenga en ese momento ocupado. Pero sí que creo que la vivencia personal siempre se acaba reflejando en lo que estás haciendo.
Perfil de Paco Plaza en IMDB
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