Aunque en el mercado francés se estrenó en junio, la ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes 2019, la película Parasite (Gisaengchung), todavía no ha pisado las salas españolas. La que muchos consideran la obra cumbre de Bong Joon-ho hasta la fecha se podrá disfrutar en nuestro país a partir del 25 de octubre de este año, bajo el título provisional de Parásitos, mientras que la venta de la edición en formato físico está programada para diciembre. Puedes leer la crítica de Parásitos realizada por Cinemagavia AQUÍ.
Resumen
La película Parasite ya tiene fecha de estreno en España
El esperado estreno en cines de la película Parasite, de Bong Joon Ho, ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2019, tendrá lugar el próximo 25 de octubre. Antes, la película estará presente en la sección PERLAS del Festival de San Sebastián.
El autor coreano vuelve a rodar en su lengua materna por primera vez desde la también aclamada Mother, cuyo estreno se remonta a 2009 (sus últimos trabajos, Okja –que lejanos quedan ya los abucheos de hace dos años- y Snowpiercer los rodó en inglés), y parece que el regreso a las raíces le ha sentado muy bien.
De que va Parasite
En Parasite repite también con el actor Song Kang-ho -y con esta van cuatro ocasiones en las que sus caminos se cruzan-, que interpreta a Gi Taek un desempleado que trata de sacar adelante a su familia. Su hijo Gi Woo se acerca a una familia antagónica a la suya, en lo que respecta a su estrato social, para recibir clases particulares.
Pese a la distancia socioeconómica que separa ambos mundos, las dos familias presentan notables parecidos que se van desvelando conforme se profundiza en las dinámicas y la naturaleza de sus relaciones. El encuentro de sus dos universos supondrá un choque de consecuencias inopinadas.
Bong Joon-ho un maestro a la hora de deformar realidades
La alambicada trama de esta película no puede esconder un trabajo de planificación titánico. El juego de reflejos es de una precisión milimétrica, y contrapone el lujo y el exceso disimulado en la forma de gusto y elegancia de la familia rica con los límites morales y el espacio que ocupa la familia pobre en su búsqueda por sobrevivir un día más. La forma en la que el encuentro de estos dos núcleos se desarrolla nos presenta una disrupción del tejido de las realidades independientes de ambos clanes, que acaba irremediablemente con la misma tendencia al caos de este tipo de situaciones.
Bong vuelve a confirmarse como un maestro a la hora de deformar realidades y construir ficciones donde se siente más libre para reflexionar sobre lo cotidiano, lejos de los espacios en los que el espectador se pudiera ver claramente representado. Aquí introduce la idea de la imposibilidad de un contrato social justo en una sociedad donde la subversión se ha visto relegada a espacios marginales. En un entorno donde no hay lugar para el desarrollo espiritual, estamos abocados a un choque entre clases deshumanizadas.
Maradona en Cannes
Esta edición de Cannes, desde luego, fue poco convencional: al tiempo que un título extraño como Parasite fue capaz de dejar en la cuneta a la más formal Dolor y gloria, de Almodóvar, Maradona llegaba a Cannes para sorprender con un nuevo enfoque en el cine documental.
El astro argentino recuperó su condición humana con el documental de Asif Kapadia, que ofreció una aproximación al Pelusa llamada a sentar cátedra para futuros trabajos. Es de justicia esta revisión de su vida: nadie ha inflamado los ánimos de la hinchada albiazul como Diego, y ni siquiera el llamado a ser su sucesor, Messi, el perenne máximo favorito para coronarse como el mejor temporada tras temporada, y también en la presente según Oddschecker, ha logrado enamorar a todo un país como lo hizo Maradona.
Premio a John Carpenter
Fue tan poco convencional que hasta se permitió premiar con la Carroza de Oro a John Carpenter, un maestro de lo grotesco con un talento extraordinario tras la cámara, muy alejado de lo que se entendería como un cineasta al gusto de la crítica francesa más elitista. También resulta extraño que se le entregue en un momento en el que Carpenter lleva más de nueve años sin rodar un largometraje (estrenó Encerrada en 2010).
Si en el caso de Maradona la falta de autoconsciencia resulta manifiesta, Carpenter se sitúa en el polo opuesto: "Se acabó ser un privilegiado en este negocio; ahora tengo que conformarme con ser un director viejo". Resulta paradójico que la Palma de Oro haya recaído también en un maestro en destrozar las convenciones de los géneros que toca, Bong Joon-ho. Puede que algo esté cambiando en el estricto criterio, otros dirían excesivamente almidonado, del Festival de Cannes.