Con Las hijas de Abril, Michel Franco ha confirmado su idilio con la crítica francesa y no es baladí que haya sido con esta película. Este filme es, por encima de todo, un magnífico ejemplo de women picture. Cine de mujeres. Ese subgénero del melodrama más desatado al que tan habitual fue el cine de Hollywood en los años cincuenta y salvó la carrera de actrices que pasaban el medio siglo: Joan Crawford, Bette Davis, Lana Turner…Las Hijas de Abril llega a las salas de cine españolas tras conseguir el Premio del Jurado en la sección Un Certain Regard en el pasado Festival de Cannes. Estreno el 20 de octubre.
Crítica de Las hijas de Abril
Resumen
Ficha Técnica
Título: Las hijas de Abril
Título original: Las hijas de Abril
Reparto:
Emma Suárez (Abril)
Ana Valeria Becerril (Valeria)
Enrique Arrizon (Mateo)
Joanna Larequi (Clara)
Hernán Mendoza (Gregorio)
Ivan Cortes (Jorge)
Mario Escalante (Taxista)
Año: 2017
Duración: 102 min.
País: México
Director: Michel Franco
Guion: Michel Franco
Fotografía: Yves Cape
Música:
Género: Drama
Distribuidor: Surtsey Films
Tráiler de Las hijas de Abril
Donde comprar la película
- Emma Suárez, Ana Valeria Becerril, Enrique Arrizon (Actores)
- Michel Franco (Director)
Sinopsis
Valeria tiene 17 años y está embarazada. Vive en Puerto Vallarta con Clara, su media hermana. Valeria no ha querido que Abril –la madre, que lleva mucho tiempo ausente– se entere del embarazo. Sin embargo Clara, ante la presión económica y las responsabilidades que implica tener un bebé en casa, decide llamarla. Abril llega con disposición de ayudar a sus hijas, pero pronto entenderemos por qué Valeria prefería mantenerla lejos.
Premios
- Festival de Cannes: Premio del Jurado (Un Certain Regard). 2017
Dónde se puede ver la película
Las Hijas de Abril
Para el cine mexicano este tipo de películas tampoco es una novedad. En los sesenta, actrices como Amparo Rivelles o María Félix protagonizaron ejemplos con historias desmadradas donde el tono conservador impregnaba todo y, por tanto, toda ruptura de la moral imperante acababa teniendo su castigo. Lo que sí es una novedad es el tono. Es un cine de mujeres donde realmente se habla de los sentimientos de éstas. Sin juzgar bajo el tamiz masculino.
Las hijas de Abril se enmarca en la mejor tradición del melodrama femenino pero huyendo de sus principales errores. Siendo el mayor el maniqueísmo de los personajes. Aquí tanto Abril (Emma Suárez) como sus hijas (Ana Valeria Becerril y Joanna Larequi) tienen su propia historia. Su propia película.
Por encima de todo, está la maternidad, el auténtico leitmotive de la película. Mejor dicho, una amalgama de maternidades. La maternidad temprana, deseada pero irresponsable. La maternidad madura y amortizada como reflejo de culpabilidad. Y la maternidad entendida como tabla de salvación. Como segunda oportunidad. Como anhelo de enmendar los errores de una primera vida tomada como un ensayo de la nueva, la plena.
Desde el punto de vista interpretativo, la película es casi un recital de Emma Suárez. Sobre todo en la segunda parte cuando la acumulación de acontecimientos hacen que la historia discurra por las sendas del melodrama clásico con más fuerza que en el resto del metraje. A Suárez le llega este papel después de la Julieta de Almodóvar, donde encarnaba otra madre. Eso sí, una completamente distinta. En la obra de Franco, Abril ve en la maternidad de su hija una posibilidad de enmendar los errores de la suya propia. Una segunda oportunidad para volver atrás en el camino de la maternidad joven e inexperta.
Emma Suárez está en un momento triunfal y ha enlazado dos papales donde da lo mejor de sí misma. Una anomalía en el cine que relega a las actrices al olvido una vez pasada la cincuentena, como si a esa edad no les pasara nada interesante a las mujeres. Como dato curioso no deja de ser llamativo que, a priori, sea una mamma más almodovariana, la de Las hijas de Abril que la de Julieta, el drama menos almodovariano del manchego, que tan aficionado es a homenajear al melodrama clásico.
Cuando Abril toma la decisión de vivir una segunda vida a través de la de su hija, Emma Suárez llena de matices un papel que discurre por lo enfermizo y que, desde un punto de vista maniqueo, entronca con la madres perversas del cine clásico como la Lana Turner de Imitación a la vida.
Ana Valeria Becerril y Joanna Larequi están acertadas en sus respectivos papeles, de hijas que tienen una relación complicada con su madre, pero que nunca acaba de romper del todo, hasta que lo hace en añicos que convierten la relación materno-filial casi irrecuperable. En la primera parte de la película Ana Valeria consigue hacer que el espectador perciba como insufrible a su personaje para en la segunda parte lograr generar empatía en el el mismo.
¿Y los hombres ? En la película aparecen desdibujados. No son relevantes y cuando lo son no quedan bien parados. El que más protagonismo ocupa durante el metraje es el joven Mateo (Enrique Arrizón) que afronta junto a la hija de Abril una paternidad completamente irresponsable. Es manejable y poco maduro y adopta la posición de contentar a las mujeres de la película antes de ser capaz de tomar una decisión por sí mismo.
Es tratado también Mateo en la cinta como objeto de deseo. Un joven guapo y lleno de de vida con el que Abril intenta recuperar el tiempo. Del mismo modo que a través de su nieto se da una segunda oportunidad como madre, con Mateo lo hace como mujer. Como ser deseable y que su vez anhela el placer.
El hecho de mostrar el hombre como objeto de placer siempre es novedad en el cine. No deja de ser curioso que siendo así, los únicos desnudos del filme sean femeninos, si bien es cierto que sin carga sexual. En este detalle muchos verán el toco masculino heterosexual.
Conclusión
La película gustará a los que han perdido el interés en el melodrama como género y aquellos que gusten de disfrutar del trabajo de una actriz en estado de gracia. Las hijas del Abril es cine de mujeres en el mejor sentido del término. Del que utiliza a la mujer como elemento narrativo sin miedo, mostrando su fuerza dramática en sus contrastes. Como una Joan Crowford, una María Félix... y desde ahora una Emma Suárez, claro.
Reportaje de Las hijas de Abril en Días de Cine TVE