Perfect days es la última película de Wim Wenders. El afamado director es conocido por ‘Paris, Texas’ (1984) o ‘El cielo sobre Berlín’ (1987). En la edición 76 del Festival de Cine de Cannes, ha presentado dos obras, la otra tiene el título de ‘Anselm’. Está protagonizada Kôji Yakusho, Yumi Asô, Tokio Emoto y Arisa Nakano, entre otros. Ha sido coproducida entre Japón y Alemania por las productoras Master Mind Limited y Wim Wenders Productions. Tras su presentación en la Sección Oficial del Festival de Cannes, donde ganó el Premio a la Mejor Interpretación Masculina para Kôji Yakusho y el Premio Ecuménico del Jurado, y participar en en los festivales de Telluride, Toronto, San Sebastián, Nueva York, Lumière de Lyon e inaugurar el Festival de Tokio, se estrenará en salas de cine españolas el 12 de enero de 2024.
Crítica de 'Perfect Days'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Perfect Days
Título original: Perfect Days
Reparto:
Kôji Yakusho
Arisa Nakano
Tokio Emoto
Yumi Asou
Sayuri Ishikawa
Tomokazu Miura
Aoi Yamada
Min Tanaka
Año: 2023
Duración: 124 min.
País: Japón
Director: Wim Wenders
Guion: Takuma Takasaki, Wim Wenders
Fotografía: Franz Lustig
Música:
Género: Drama
Distribuidor: A Contracorriente Films
Tráiler de 'Perfect Days'
Sinopsis
Hirayama parece totalmente satisfecho con su sencilla vida de limpiador de retretes en Tokio. Fuera de su estructurada rutina diaria, disfruta de su pasión por la música y los libros. Le encantan los árboles y les hace fotos. Una serie de encuentros inesperados revelan poco a poco más de su pasado. (A Contracorriente Films)
Dónde se puede ver la película en streaming
La notoriedad de una vida
Otra de las grandes figuras del cine europeo que vuelve al Festival de Cine de Cannes es Wim Wenders, que presenta no uno, sino dos films en el festival. Perfect days supone, en cierta medida, la reinvención de su cine tras una constante búsqueda de nuevas formas de narrar, con una historia que llega directamente a nuestros corazones y nos conmueve con todos sus elementos.
El principal valor de esta obra reside en su trama, ya que se centra en la historia de Hirayama, un hombre mayor, que lleva una vida tranquila y rutinaria limpiando baños públicos en Japón. Disfruta de la música y de los libros que lee a diario y se queda obnubilado con los árboles, que fotografía cada día. Una vida sencilla que nos demuestra que, en la simpleza es donde encontramos la grandeza, un proceso de comprensión que ya ha realizado el personaje protagonista, solo falta que los demás acepten su forma de vivir.
Perfect days nos hace recuperar el valor de lo cotidiano, en ocasiones las cosas no deben cambiar, porque para uno, cada día supone una aventura en la que adentrarse y observar lo que le puede ofrecer el mundo. Quizá, la clave de la felicidad está en el goce y disfrute, en tiempo presente, de aquellos momentos de sencillez y de encuentro de uno mismo con el entorno que le rodea.
El formato físico como salvación del alma
Wim Wenders lleva a la pantalla una historia llena de amor y cariño por los tiempos muertos, con momentos cargados de un silencio narrativo que nos acompaña a lo largo de la contemplación del día a día de Hirayama. Un silencio que se llena con la grandiosidad del entorno y las sutilezas de este, llevados a la pantalla con un tratamiento del sonido impecable.
Otro pilar importante dentro de la puesta en escena es el tratamiento de la imagen y la planificación, que se trabajan partiendo de una fisicidad estética que aporta cuerpo a la obra. Jamás en época reciente, un 1:33 había estado tan justificado, con un seguimiento de personaje impecable y una serie de planos generales que enmarcan a Hirayama en un entorno en el que cada elemento tiene su lugar, y si se mueve, modifica todo el ciclo.
Los objetos físicos se han quitado de la ecuación capitalista y han obtenido un valor mayor, algo que, las nuevas generaciones saben apreciar. En un mundo de extrema digitalización y globalización donde todo está vacío, todo cobra sentido gracias a lo físico y a la imperfección del analógico, que es un símbolo de que las cosas demasiado digitales acaban careciendo de alma, enfrentándonos a ellas con una pasividad extraña.
Conclusión de ‘Perfect days’
Perfect days supone un punto y seguido en la carrera de Wim Wenders, que sigue experimentando con secuencias donde algunas imágenes se van superponiendo unas encima de otras a modo de un cuadro en constante mutación, en el que podemos contemplar desde la distancia los sueños y la asombrosa imaginación del protagonista.
Dentro de lo rutinario se esconde todo un mundo de posibilidades y de elementos bellos que podemos apreciar si nos acercamos lo suficiente. La perturbación de lo cotidiano no debe suponer un cambio de rumbo, sino el aprendizaje de algo que nos servirá para el futuro. Con el cambio debemos hacer igual y aceptarlo tal como venga, ya que, nada, ni nadie, permanece igual, todo cambia, todo muta, pero debemos apreciar la belleza del camino.
Reportaje de Perfect days en Días de Cine TVE
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