Montgomery Entertainment continúa su andadura en el Teatro Lara con Pisazo!, la nueva obra escrita y dirigida por JuanMa Pina. Esta pieza teatral se puede considerar una versión actualizada de "El pisito", de Ferreri y Azcona, llevándola a pleno siglo XXI. En esta ocasión, ha contado con tres actores de altura: Olga Hueso, Mario Alberto Díez y Sergio Campoy. Esta comedia ha obtenido una recepción muy positiva por parte de los espectadores, que destacan el gran uso de la comedia, algo ya comprobado en la trayectoria de Pina. Puedes disfrutar de esta obra los sábados y domingos, a las 20:15 horas y 18:00 horas.
Reparto: Olga Hueso (Zora) Mario Alberto Díez (Pablo) Sergio Campoy (Meñique)
Duración: 80 min. apróx. Dirección: JuanMa Pina Dramaturgia: JuanMa Pina Diseño de arte: Juan Camblor
Iluminación: Davide Zolli
Escenografía: Otro Par
Vestuario: Chiqui Chiqui y Puma Música: Pinkzebra Fotografía: Lucía Romero y Natalia Romero Producción: Montgomery Entertainment
Sinopsis de 'Pisazo!'
Pablo, Zora y Meñique alquilan un enorme pero económico piso en uno de los más cotizados barrios madrileños. Un Pisazo! En su primera noche juntos -antes de repartir sus cajas por las habitaciones y después de compartir la primera cena juntos- deciden sortear quién utilizará el único dormitorio exterior y con baño privado. Para ello, recurren al juego del “número vecino” dejando al azar y a unos impredecibles desconocidos que decidan.
El juego consiste en enviar un mensaje de texto a la persona que posee el número consecutivo y proponerle hablar. El primero que lo consiga, gana.
¿Quién de los tres nuevos inquilinos podrá convencer a su número vecino y logrará su llamada?
Lo que comienza como un inocente juego será en el desencadenante de una serie de absurdos e imprevisibles sucesos que convertirá esa primera noche en Pisazo! en un punto de inflexión en las vidas de sus tres inquilinos. (TEATRO LARA).
Más allá del alquiler
JuanMa Pina recibía este 2021 con un nuevo título bajo el brazo: Pisazo! Esta comedia es un reflejo de una sociedad marcada por la esperpéntica situación inmobiliaria que azota a la población desde hace años. Al igual que en otras obras como “Sidra en vena” o “Lavar, marcar y enterrar”, el dramaturgo sabe mezclar esa parte mas cañí y cotidiana con una expresividad llevada al extremo y cargada de sátira. Además, el concepto de humor que se utiliza en la obra se aleja de ironías y sarcasmos, para dejar salir una vertiente más blanca y pura. No obstante, no cae en una comedia simple, sino que sabe darle su toque especial e introducir orgánicamente el mensaje que desea transmitir tras las carcajadas. Gracias a ello, la historia sabe encandilar a los espectadores sin problemas.
Uno de los puntos más favorables de la obra es la concepción de sus personajes, uniéndose tres figuras que chocan entre sí. A cada uno de ellos les regala un punto de histeria, que culmina con algunas de las escenas más hilarantes de la propia pieza. Tal vez, el personaje que más redondo se encuentra desde la narrativa es el de Zora, que combina a la perfección con la corriente millenial de los otros dos personajes. Asimismo, esa frescura generacional, que deja entrever la brecha digital, hace que las risas estén aseguradas. Por otra parte, ese puzzle de situaciones tan rocambolesco es lo que da vida al espectáculo en su totalidad. Únicamente, hay algunos puntos donde no fluye como debiera. En consecuencia, la sensación de movimiento desciende, aunque se equilibra con la cantidad de momentazos que regala la obra. Deja una sensación de auténtico buen rollo.
Compañeros de piso
Olga Hueso, Mario Alberto Díez y Sergio Campoy vuelven a encontrarse a las órdenes de JuanMa Pina. Estos tres actores forman parte de la familia de Montgomery Entertainment. Para comenzar, Olga Hueso es el alma de Pisazo!, desde el principio hasta el final. Durante sus primeras escenas va cociendo su personaje al punto, con una interpretación llena de vida y de realismo. Hacer de lo absurdo algo verosímil no es algo fácil y, sin duda, Hueso lo logra excelentemente. De igual manera, su interacción con sus compañeros es exquisita, viéndose la confianza que transmite durante todas las escenas. También cabe destacar que no se excede en el excentrismo, sino que lo hace de una forma natural. Por tanto, obtiene la intención de hacer de lo extraordinario algo cercano, lo que lanza una conexión directa con los espectadores de la sala.
Después, Mario Alberto Díez demuestra, una vez más, la gran capacidad que tiene para el humor. En primer lugar, la forma de moverse, de usar el cuerpo y de llenar el escenario con su energía reflejan el gran talento del actor. A ello se suma la confianza que demuestra sobre las tablas, unida a un carisma que sabe desarrollarlo dentro de la obra. Dicho de otra forma, conoce a la perfección el tono y la personalidad de la historia, lo que le permite revolverlo, estrujarlo y hacerlo totalmente suyo. Un excentrismo genuino. Por último, pero no menos importante, Sergio Campoy apuesta por una estrategia más templada, comparado, por ejemplo, con su trabajo en “Sidra en vena”. Pese a ello, demuestra una versatilidad interesante, que le deja exponer unas facetas distintas a las que ya hemos podido ver.
Color y diversión
El Teatro Lara acoge este Pisazo!, que abre sus puertas a los espectadores, con una introducción que indica el sello personal de la compañía. La música, como ya se ha podido comprobar, es uno de los factores que mejor cuida Pina. Por lo que, no es extraño que en esta obra tampoco defraude, sino que sea uno de los vehículos artísticos mejor potenciados a lo largo de toda la obra. Junto a ello, se encuentra la estética y el aspecto visual que se dibuja desde la puesta en escena. Esos colores vivos se combinan con una excelente gama cromática, que deja ese poso de fashionismo escénico y estrambótico con una ejecución apropiada y eficaz. Además, ese estilo también se presenta en la diversidad obtenida en el vestuario, que representa a la perfección el arquetipo que promulga cada uno de los personajes.
Gracias a ello, esta propuesta llena el escenario de vitalidad, de ritmo y de encontrarse en plena forma en todo momento. Incluso, se puede decir que aquellas partes que desde el guion menguan en su fluidez, se ven compensadas con un desarrollo artístico y visual bien trabajado. Por otro lado, la coreografía que hay entre los actores, unidos al humor físico y los fuera de escena, expanden el propio universo de la obra. Así, saben materializar y conducir al espectador por este universo. Por ende, los asistentes se sienten dentro de ese piso, lo que se convierte en una experiencia positiva y con unas dosis de pura comedia. Para terminar, hay que aplaudir que la compañía sea fiel a su identidad personal, pero también que sepa dar a cada una de sus obras su propio lugar. Con este título ocurre, lo que indica un gusto artístico especial e interesante.
Conclusión de 'Pisazo!'
Pisazo! es una comedia que utiliza un humor en el que se mezclan ese efecto más cotidiano con lo estrambótico. Asimismo, la historia sabe moverse en un tono más blanco y luminoso, pero sin dejar pasar la picaresca y un trasfondo con un mensaje envuelto en buen rollo. El espectador vive una experiencia hilarante, donde son varios los momentazos que hay sobre el escenario. También sería importante destacar la sinergia en el reparto, capitaneados por una magnífica Olga Hueso. Por otro lado, ha sabido sorprender con una puesta en escena llena de vida y color, en la que no faltan ni la música en su punto, ni la conjunción de estilos apropiados. Un reto llevado a lo extremo, que asegura diversión cómplice en todos los asistentes.
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