El Teatro de la Zarzuela estrenó Policías y ladrones, el penúltimo encargo de la institución. Aunque la lista de obras líricas contemporáneas se remonta a los años ochenta y noventa del siglo pasado con un ciclo para la antigua Sala Olimpia. Con un libreto de Álvaro del Amo y las melodías de Tomás Marco se narra esta metáfora de una trama de corrupción política muy resonada en la política nacional de las últimas décadas. Acostumbrados a una zarzuela clásica, Carme Portaceli (directora de escena) y Montse Amenós (escenógrafa) Policías y ladrones podría decirse que la estética de la obra, dentro del escenario madrileño por excelencia, roza lo esperpéntico.



Estreno de Policías y ladrones

Crítica de 'Policías y ladrones'

Ficha Técnica

Título: Policías y ladrones
Título original: Policías y ladrones

Reparto:
César San Martín (Presunto implicado)
Miguel Ángel Arias (Policía)
Alba Chantar (Hija)
César Arrieta (Hijo)
María Hinojosa (Mujer)
Armen Boricó
Carlos Cañas
David Fernández "Fabu"
Hugo Huerta
Juan Matute
Luis Pérez Sierra
Ana Vélez

Duración: 120 min. apróx.
Dirección musical: José Ramón Encinar
Libreto: Álvaro del Amo
Música: Tomás Marco
Dirección de escena:
Carme Portaceli
Escenografía:
Montse Amenós
Vestuario:
Antonio Belart
Iluminación: Pedro Yagüe
Coreografía: Ferrán Carvajal
Producción: Teatro de la Zarzuela

Tráiler de 'Policías y ladrones' 

Sinopsis de 'Policías y ladrones'

Policías y ladrones es el penúltimo encargo del Teatro de la Zarzuela, aunque la lista de obras líricas contemporáneas se remonta a los años ochenta y noventa del siglo pasado con un ciclo para la antigua Sala Olimpia. Además, este título se suma a una serie de nuevas producciones de autores españoles en el mismo escenario de la Plazuela de Jovellanos.

En esta ocasión Marco vuelve con una zarzuela, casi medio siglo desde el estreno de Fuenteovejuna, de Moreno Buendía, con el fin de actualizar, en cierta forma, el género. Para el compositor esta nueva producción es «una aventura artística que creo merecía la pena intentar», ya que se trata de afrontar un proyecto creativo novedoso, subir a la escena la corrupción política con la intención de mostrarla como «una farsa peculiar, sin la gravedad de una crítica demoledora, con el desparpajo y la ligereza de un argumento cuya intriga incorpora la tensión del ‘suspense’ en un despliegue de tipos, figuras, lances hipotéticos y absurdos verosímiles». (TEATRO DE LA ZARZUELA). 



Policías y ladrones
Foto de Elena del Real

Creadores de la obra

La obra Policías y ladrones nace como un reto musical propuesto por el Teatro de la Zarzuela para Tomás Marco, compositor y ensayista, quien hasta el momento confiesa solo haber compuesto ópera. “Cuando desde el Teatro de la Zarzuela me plantearon si era capaz de componer una zarzuela acepté inmediatamente. Tengo bastante experiencia en ópera pero una zarzuela era un reto y a mí siempre me atraen los retos musicales porque estimulan la marginación y ponen en acción la propia profesionalidad y creatividad”, relata el compositor. 

El libreto de Álvaro del Amo, terminado para el estreno inicialmente planeado 2016. Una obra repleta de lo que Marco apoda “ecos históricos”; y cierto es que incluso la dualidad sintáctica del título recuerda a grandes clásicos como Pan y toros o Colegialas y soldados.

Teatro de la Zarzuela
Foto de Elena del Real

Vestuarios y decorado

Sobre el escenario encontramos chándal, zapatillas y ropajes de calle. Una forma de traer la historia a la cotidianidad que hoy vivimos. Esta rabiosa actualidad queda en evidencia con la aparición de referencias a cuestiones tan actuales como el amor de Erasmus.

Coristas en pitillos y chándal de calle. Los uniformes sociales recaen como el principal elemento colorido de los decorados, ante unas escaleras que se retuercen y unos fondos sobrios que buscan dar juego a las interpretaciones sin distraer al espectador de las actrices y actores.

Teatro de la Zarzuela
Foto de Elena del Real

Crítica socio-política

La corrupción política, discursos populistas, la confrontación familiar y las distintas clases sociales como marca de identidad son temas vivos en esta obra. Casos de corrupción en la política española nos recuerdan a muchos de los diálogos, desde Urdangarin hasta Bárcenas. Hombres poderosos corrompidos, mujeres que dicen no conocer esa doble cara de la moneda que va en su cartera, e hijos que son incapaces de pensar qué les diferencia de sus compañeros. 

Una denuncia del sistema judicial y político español actual. Una reivindicación de la no-casualidad común en todos los nombres de listas negras de los partidos. La obra Policías y ladrones pone en el punto de mira la moto que se ha intentado vender a los ciudadanos desde los medios, cuando emitían noticias sobre ilegalidades que cometían los poderosos. Esta es una historia narrada a través de los vínculos de la institución familiar mostrando al público que, aunque no son vinculantes al delito, conviven con el delincuente.

Policías y ladrones
Foto de Elena del Real

Conclusión

Aburrida, sosa y un intento de irreverencia que no logra despegar. Aunque las intenciones de Alvaro del Amo y Tomás Marco pudieron haber sido seguir la tradición zarzuelista española: coger un contexto polémico nacional y satirizarlo, se ha quedado en un intento que no sienta tan bien sobre el escenario como en las mentes de sus pensantes. Una primera parte interminable, y una segunda que no cumple las expectativas de que la anterior fuera sólo un mal trago.

La calidad de las interpretaciones, no puede ser culpada de esta pesadez, y mucho menos las voces de los intérpretes. Quizá la ausencia de un conflicto verdadero, sumado a un intento por tratar todas las perspectivas de los involucrados en la familia de el presunto implicado es lo que resulta en una velocidad narrativa ridícula. Una historia lenta, que mucho abarca y poco aprieta; así es como sienta al espectador este último estreno en el Teatro de la Zarzuela.

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