La primera temporada de La casa del dragón (House of the Dragon) aterrizó en la plataforma streaming HBO Max el pasado 22 de agosto con una misión clara, continuar el legado grabado a fuego de dragón y sangre caliente de la todopoderosa Game of Thrones (Juego de Tronos). Así es, la meta no solo era contar el comienzo del fin de la dinastía Targaryen en el Trono de Hierro, sino hacerlo emulando las mayores virtudes de su predecesora. ¿Objetivo logrado?

Puedes leer AQUÍ otra crítica realizada por Cinemagavia de esta serie.



Temporada 1 La casa del dragón

Crítica de 'La casa del dragón'

Ficha Técnica

Título: La casa del dragón
Título original: House of the Dragon

Reparto:
Paddy Considine (Rey Viserys I Targaryen)
Matt Smith (Príncipe Daemon Targaryen)
Milly Alcock (Princesa Rhaenyra Targaryen)
Emma D'Arcy (Princesa Rhaenyra Targaryen)
Olivia Cooke (Reina Alicent Hightower)

Año: 2022
Duración: 60 min. (por episodio)
País: Estados Unidos
Creada por: Ryan Condal y George R.R. Martin
Guion: Ryan Condal, George R.R. Martin, Miguel Sapochnik, Sara Hess, Charmaine De Grate, Gabe Fonseca, Kevin Lau, Ira Parker y Eileen Shim
Música: Ramin Djawadi
Fotografía: Pepe Avila del Pino, Fabian Wagner, Alejandro Martínez y Catherine Goldschmidt
Género: Aventuras
Distribución: HBO Max

Filmaffinity

IMDb

Dónde se puede comprar la novela

Sinopsis de 'La casa del dragón'

La primera temporada de La casa del dragón transcurre 200 años antes de los eventos ocurridos en "Juegos de tronos" y que cuenta la épica historia de la casa Targaryen. (HBO MAX).

Donde se puede ver la serie en streaming



Primera temporada de La casa del dragón
Foto de HBO Max

Misión complicada

A simple vista pudiera parecer que realizar una precuela es tarea sencilla. Uno podría pensar que es tan sencillo como seguir haciendo lo mismo que en el material original, cogiendo lo bueno y desechando lo malo. En parte es una premisa correcta, pero todos sabemos que hay mucho más. Por una parte te enfrentas a las altísimas expectativas que por defecto se generan, alimentadas tantas veces por el propio fandom, basta con ojear las redes sociales. Por la otra, aunque sea cierto que se antoja más sencillo lograr el éxito a través de una sola casa de Westeros (Targaryen) y muchos menos personajes, el nivel de exigencia es mucho más alto, puesto que no se te permite fallar y lo que hagas ha de ser impoluto. Y cualquier descuido se condena con el fuego valyrio.

Partiendo de esta realidad, la primera temporada de La casa del dragón (House of the Dragon) se ha comportado de manera sorprendentemente envidiable. ¡Qué pocos spin-off consiguen mantener el nivel de sus hermanas mayores! La casa del dragón (House of the Dragon) nos ha regalado una primera temporada de ensueño. Ha logrado presentarse con una fuerza asombrosa y ha pisado poderosamente durante ocho episodios hasta el día de hoy. Un primer episodio impactante, sin ser nada apoteósico, pero con las intenciones muy claras, un segundo que se elevó bastante sobre el anterior, un tercero aún mejor (de los TOP de la season), un cuarto tan obsceno como brillante, un quinto que todavía sigue siendo el más completo, sexto y séptimo más flojos y de relleno, un octavo sencillamente maravilloso, un noveno algo más débil y controvertido, y un décimo correcto.

En definitiva, una serie que ha conseguido mantener a millones de personas frente al televisor (o los diferentes dispositivos móviles), en vilo como nunca hasta hace mucho tiempo. Concretamente desde que todavía se emitieran los últimos episodios de su hermana mayor.

House of the Dragon
Foto de HBO Max

Equipo y trabajo exquisitos

Estaréis de acuerdo conmigo en que tener al escritor de los libros en el equipo creador del producto de adaptación es cuanto menos apropiado. Que George R.R. Martin esté al frente del proyecto (ni siquiera estuvo en el anterior) es fantástico, y se ha visto, tanto para cuidar el siempre debatido proceso canónico como para aportar su profunda visión sobre las tramas y los personajes. El afamado novelista y Ryan Condal han sido las dos mentes pensantes de este maravilloso trabajo.

A su cosmovisión, y también trabajo de guion para determinados capítulos, se han sumado directores de la talla de Miguel Sapochnik, quien dirigiera varias emisiones de series como House, Fringe, True Detective o la mismísima Game of Thrones. Además, el equipo ha contado con el incomparable talento musical de Ramin Djawadi. Un grupo sensacional que ha trabajado soberanamente junto a los verdaderos protagonistas de todo este asunto, el elenco de actores y actrices. Qué importantes han sido sin duda las actuaciones de Paddy Considine (rey Viserys I), Matt Smith (príncipe Daemon), Milly Alcock (joven princesa Rhaenyra), Emma D'Arcy (ya de mayor), Rhys Ifans (Otto Hightower), Emily Carey (joven Alicent), Olivia Cooke (versión adulta), y muchos más.

Durante ocho semanas hemos podido deleitarnos con un auténtico trabajo de profundización de tramas y personajes, un metraje tremendamente cuidado para no desfallecer en una continuidad narrativa que peligraba por las continuas elipsis de tiempo, si bien es cierto que de cara a los últimos episodios hemos visto un ritmo de sucesos demasiado acelerado por la necesidad de llegar a la Danza de Dragones, impidiendo que algunos personajes cogieran el peso adecuado para crecer en credibilidad y solidez de cara a su futuro más inmediato. Los creadores han sabido mantener una línea ascendente en cuanto a tensión, suspense y elementos de giro de guion. Ha habido momentos de gozo real en la filmación de determinadas secuencias, aportando encuadres acertadísimos para cada situación y planos enteramente significativos. Una masterclass audiovisual. Esto se ha sumado a un apartado visual en todo momento excelente.

House of the Dragon
Foto de HBO Max

Brillantez y mucho más

Pero eso no es todo, porque la serie también ha sido capaz de aprovechar el grandísimo nivel artístico en general para contar algo más, como bien hiciera Game of Thrones en cada minuto de emisión. El trabajo profundamente alegórico de Martin se ha visto reflejado en la adaptación de su novela sobre La casa del dragón (House of the Dragon). En cada capítulo hemos podido entrever las intenciones de retrato social y humano, no solo en las acciones de los personajes, sino también en la inédita carga simbólica existente en cada plano ofrecido al espectador. Miradas, detalles, susurros, encuadres concretos, sonidos, paisajes..., todo contribuyendo a una idea en común: dar al televidente una dosis integral de Martin.

Hemos visto secuencias de un peso metafórico tremendo, en bastantes ocasiones referidas a ese juego de poder que reside entre el mundo natural, donde entran la maternidad y la descendencia propia a la misma, la sangre y el amor, y también la que está junto al espectro del varón, la lucha por el dominio sobre todo, la irascibilidad e inmediatez, la sangre derramada, el legado en el mismo poder y demás similitudes. El episodio que se lleva la palma en este sentido ha sido el octavo, homenaje al rey Viserys, el pacífico.

A esta tarea ha ayudado, como es evidente, un diseño de producción de muchísimo nivel, con una dirección de fotografía espléndida, que ha cuidado perfectamente la paleta y relación de colores, los blancos y negros, el juego de la luz y el mismo fuego (tan simbólico entre los descendientes de Valyria).

House of the Dragon
Foto de HBO Max

Conclusión

La casa del dragón (House of the Dragon) ha llegado para quedarse, y no ha conquistado a los televidentes a través de falsas esperanzas. No hay engaño, lo que ves es real, un producto de muchísimo nivel que siempre invita a interpretaciones más profundas sobre la vida, la sociedad, la condición humana y las relaciones interpersonales. No hay doctrina moral, pero sí una representación exquisita que puede llevar a tal conclusión. Todavía no llega al nivel de las primeras temporadas de Game of Thrones, sobre todo por ciertos capítulos más flojos, pero está en camino de superarla.

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