Borja Echeverría une fuerzas con David Hueras y Gemma Pina en Problemas de conexión. Esta pieza teatral realiza una crítica necesaria sobre las redes sociales y la sociedad en red. Así, se convierte en una comedia que promete no solo hacer reír, sino también hacer reflexionar con la situación que se vive en la actualidad. Protagonizada por Úrsula Villalta, María Petri, Airel Muñoz y Enrique Díez, se puede disfrutar todos los domingos en La Escalera de Jacob hasta el 31 de julio.



Problemas de conexión

Crítica de 'Problemas de conexión'

Ficha Técnica

Título: Problemas de conexión
Título original: Problemas de conexión

Reparto:
Úrsula Villalta
María Petri 
Airel Muñoz 
Enrique Díez

Duración: 60 min. apróx.
Dirección: David Huertas y Gemma Pina
Dramaturgia: Borja Echeverría
Producción: María C. Petri y Borja Echeverría

Sinopsis de 'Problemas de conexión'

Problemas de conexión nos presenta un Genesis 2.0. Dios está muy contenta con su última creación: las redes sociales. Los humanos no paran de compartir frases inspiradoras, vídeos de gatitos, fotos de voluntariados en África. ¿Será cierto que en la Tierra reina la paz entre los hombres de buena voluntad? En su infinita sabiduría, la madre celestial se propone descubrir si la gente es tan feliz como aparenta en las redes. (LA ESCALERA DE JACOB). 



Problemas de conexión
Foto de "Problemas de conexión" (Borja Echeverría y María C. Petri)

El cielo y el infierno en tiempos de Tik Tok

Borja Echeverría reflexiona sobre el poder de las redes sociales en Problemas de conexión. Mediante una especie de reinvención del cielo y el infierno, se muestra cómo la tecnología ha invadido también el mundo celestial. Así, se ofrece la milenaria batalla entre el bien y el mal mediante el humor para realizar una crítica social sobre cómo las redes sociales se han convertido en toda una obsesión. Gracias a ello, expone un espejo esperpéntico sobre la manera de relacionarse en la actualidad, llevándolo hasta el extremo. El espectador llega a sentirse representado en esos ejercicios de puro absurdo, dado que se fabrican situaciones que son muy reconocibles para el gran público. Hay partes que se convierten en una auténtica hilaridad, explotando ese carácter fresco y moderno, incluyendo referencias y algún recadito para algún político.

Dividido en una sucesión de historias, se puede ver que este tipo de estructura narrativa es sello de identidad de las piezas de Echevarría. Ya se pudo comprobar en otros proyectos como “Miedo al compromiso”, donde hay una trama principal que sirve como conducto para los diferentes sketches. También se ve el bagaje cultural del dramaturgo, quién lanza pinceladas de una manera más sutil o como principal contexto, como con Sherlock Holmes. Sin embargo, ese carácter cotidiano, que conecta directamente con el espectador, en alguna ocasión se excede y termina por dar cierto aroma “amateur”. En consecuencia, acaba en una comedia simpática, donde podría ir un paso más allá. No obstante, esa personalidad ligera y de buen rollo hace que se suplan esas flaquezas y haga disfrutar al público con lo que se ve en el escenario.

La Escalera de Jacob
Foto de "Problemas de conexión" (Borja Echeverría y María C. Petri)

Ángel y demonio

El reparto de Problemas de conexión está formado por Airel Muñoz, Úrsula Villalta, María Petri y Enrique Díaz. En primer lugar, María Petri se convierte en la perfecta maestra de ceremonias, con un desparpajo histriónico que mantiene durante toda su representación como Dios. No obstante, Petri muestra distintas facetas a lo largo de las diferentes escenas que protagoniza, permitiéndole no quedarse en una única línea creativa. Con lo cual, tiene esa energía vivaracha, que hace que pueda explotarlo e impresione a los espectadores. Asimismo, Enrique Díaz logra un trabajo interpretativo muy bien realizado, con un cuidado del lenguaje corporal estupendo, así como un humor ácido en su justa medida. Tiene un carisma muy pronunciable, que le da la posibilidad de aprovecharlo para brillar en algunas de las partes más divertidas del montaje.

Por otro lado, Úrsula Villalta comienza desde una labor más calma, menos enérgica que la de sus compañeros, lo que hace que su evolución se vea de una manera más paulatina. A pesar de sentirse que hay momentos en los que podría potenciar más su trabajo, hay cierta ternura e ilusión que hace que los asistentes empaticen con ella. Por ejemplo, la escena en la que se reencuentra con un amor del pasado, ahí demuestra Villalta su capacidad, siendo de sus mejores momentos. Para terminar, Airel Muñoz ofrece un abanico de interpretaciones, sintiéndose muy cómodo en cada una de ellas. Hay una naturalidad muy bien llevada, que se consolida en un control expresivo, tanto facial como corporal, así como una ejecución de las acciones precisa. Por lo cual, el conjunto actoral gana en esa familiaridad que traspasa al patio de butacas.

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Foto de "Problemas de conexión" (Borja Echeverría y María C. Petri)

Recreaciones virales

Para comenzar, hay que valorar que producciones más modestas se lancen a los escenarios para ofrecer un espectáculo ante los espectadores. Por lo tanto, Problemas de conexión consigue su principal intención, que es hacer reír a los espectadores, mientras que lanza distintas críticas a la sociedad. La escenografía es sencilla, humilde, pero no se mantiene estática. Así, el espacio se va transformando según las necesidades que reclama la trama, lo que hace que se perciba cierto movimiento. Es cierto que, pese a sus intenciones, hay algunas veces en las que no llega a la potencia o al interés que desean generar. Por ende, hay sketches que triunfan más que otros. Por otro lado, el vestuario seleccionado está bien elegido, dando a cada personaje su personalidad y sea fácilmente reconocible. Además, como punto a favor, los pin se convierten en un acierto.

Sin embargo, al trabajo artístico le falta un acabado más completo, ya que se ven en varias ocasiones las costuras de una producción más moderada, como los cambios de vestuario entre personajes en un mismo actor o las transiciones. En ese sentido, habría que intentar mejorar y que no se produjese de una forma algo diletante, restando efecto a la composición global de la pieza teatral. A pesar de ello, el movimiento y el dinamismo que se presenta en el espectáculo hace que el ritmo sea distendido y efectivo. Una composición divertida, que mantiene al público conectado. Para terminar, como detalle, la ruptura de la cuarta pared está bien llevada, a excepción de la interacción emulando cierto programa. En esa parte, podría planearse de manera que se pudiera extraer más material y juego a favor de la obra.

Problemas de conexión
Foto de "Problemas de conexión" (Borja Echeverría y María C. Petri)

Conclusión

Problemas de conexión es una comedia crítica con las redes sociales y el mundo invadido por la tecnología. Gracias a un guion fresco y de plena actualidad, el espectador encuentra un espejo esperpéntico con muy buenos golpes de humor. Sin embargo, podría alejarse más del carácter “amateur” que le invade, algo que se replica en la puesta en escena. Pese a ello, se valora el sacar adelanto un proyecto y lograr su principal cometido: entretener y divertir a los asistentes. Por otra parte, interpretativamente, tiene un elenco que disfruta, que se le ve cómodo y conocen sus principales fuerzas. Internet y sus consecuencias pasan un examen donde el humor es su principal baza. Cercana y disfrutable.

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