Profesor Stanley Deen (2023) está dirigida por el director londinense Damian Harris, director de Seducir a Raquel (1989). Basado en una historia real, conoceremos a Nathan Williams, un muchacho modélico de instituto, que posee todo lo que un chico de su edad desearía. Sin embargo, nada es lo que parece. Mientras tanto, en un camino paralelo, el señor Deen continúa ejerciendo su vocación de maestro, como cada día, manteniéndose ojo avizor ante cualquier alumno que pueda requerir de su consejo. Una historia inspiradora basada en la vida del profesor Stanley Deen, quien creó la Fundación Stan Deen para niños con riesgo de exclusión, mediante educación, artes y mentoría. La película destaca por su sensibilidad al abordar el trauma adolescente, con una escritura que incluye al propio Nate Deen como coguionista, lo que le da autenticidad emocional. Estreno el 8 de agosto de 2025 en salas de cine españolas.



Profesor Stanley Deen

Crítica de 'Profesor Stanley Deen'

Ficha Técnica

Título: Profesor Stanley Deen
Título original: Brave the dark

Reparto:
Nicholas Hamilton (Nathan/Nate Williams)
Jared Harris (Stanley/Stan Deen)
Sasha Bashin (Tina Baxter)
Meredith Sullivan (Gloria)
Jamie Harris (Barney)
Kimberly S. Fairbanks (Deborah May)
Tobias Segal (Padre de Nathan)
Carol Florence (Nanny Cole)
Michael Harrah (Abuelo Cole)

Año: 2023
Duración: 112 min.
País: Estados Unidos
Director: Damian Harris
Guion: Dale. G Braadley, Lynn Robertson Hay, Damian Harris
Fotografía: Julio Macat
Música: Roahm Hylton, Jacob Yoffee
Género: Drama
Distribuidor: A Contracorriente Films

Filmaffinity

IMDB

Tráiler de Profesor Stanley Deen

Sinopsis de 'Profesor Stanley Deen'

Basada en hechos reales, esta película cuenta la inspiradora historia de Stanley Deen, un profesor que descubre que Nate, uno de sus alumnos, vive en la calle y ha acabado en la cárcel. Lejos de rendirse ante la situación, el profesor Deen decide tenderle la mano y convertirse en su mentor, enfrentando junto a él sus miedos, traumas y errores del pasado. Una conmovedora historia de redención, esperanza y del poder que tiene una persona para cambiar la vida de otro. (A Contracorriente Films)

Dónde se puede ver la película en streaming



Días del futuro pasado

Lo primero que nos muestra la película es una escena nocturna, a cámara lenta, de un niño que parece huir sin dejar de mirar hacia atrás. Y lo hace por un camino rodeado de maizales. Entre tanto, se atisba de fondo el jadeo de alguien que lleva a cabo un esfuerzo físico, momento que termina por solaparse para descubrirnos a un adolescente corriendo por una pista de atletismo. Es Nathan Williams, interpretado por Nicholas Hamilton, al que enseguida identificamos con el niño que se extraviaba en la espesura de la noche, convirtiendo ese instante en la primera visión y pieza del puzle que mantendremos a buen recaudo durante el resto del visionado.

Mientras Nate deambula por los pasillos del instituto junto a Tina (Sasha Bashin), su novia, de una manera muy inteligente, como si de un personaje secundario se tratase, se nos da a conocer al Profesor Stanley Deen, encarnado por el genial Jared Harris. Durante ese mínimo atisbo descubrimos a un maestro preocupado por una alumna, a la que acompaña durante unos instantes, hasta que volvemos a centrarnos en el propio Nathan. Enseguida tenemos la impresión de que es un profesor muy querido, con el que se puede hablar, compartir aspectos de nuestra propia vida fuera de las aulas y en el que podemos confiar para consultarle dudas de distintos ámbitos.

La perfección no existe

Para empezar, el chaval rompe en mil pedazos esa aura inicial de buen chico metiéndose en un buen lío tras robar en una tienda. Son los años ochenta, así que acaba llevándose, junto a otros colegas de la pandilla, algún que otro radiocasete doble pletina, entre otros objetos. Lo que desconoce es que una testigo lo ha visto todo desde su propia casa. Mientras los demás celebran que el robo ha salido bien, Nate permanece ensimismado bajo la luz anaranjada de una farola, con la mirada perdida, mostrándonos una nueva pieza del puzle. La figura de una mujer, ligeramente difuminada, que otea un horizonte del mismo color. Y entonces, se gira hacia el muchacho, que despierta de la visión alentado por sus colegas. Un fragmento más que almacenamos como espectadores muy interesados y curiosos.

Seguidamente, vuelve a sorprendernos cuando le descubrimos mintiendo a su propia novia, asegurándole que la noche anterior la había pasado en casa de un tío suyo. Esto es algo que, solo unos instantes después, confirmaremos que no es cierto. Los cimientos del chico modélico que pensábamos conocer continúan resquebrajándose al contemplar cómo realiza lo que parecen deberes de clase en el interior de su coche, acompañado de una sencilla linterna, hasta que le alcanza la mañana. La luz del día baña curiosamente unos maizales.

Su llegada al instituto es captada al momento por el profesor Deen, como si de un radar se tratase, que aconseja a uno de los alumnos en relación a una obra de teatro que están preparando. A lo lejos, Nathan arremete contra la máquina expendedora que se resiste a darle lo que pide. Cuando el chaval entra en clase, su maestro le desliza una tableta de chocolate.

Profesor Stanley Deen película

Siguiente lección

Las cartas están sobre la mesa, pues ya tenemos con nosotros varios rasgos a destacar de ambos personajes. Unas características que se cruzarán del todo cuando la policía irrumpa en el aula de revelado de fotografías, pues al joven le apasiona la fotografía, y lo detengan a la vista de todos. Por supuesto, el profesor Deen será también uno de los espectadores del centro que verá cómo se lo llevan arrestado.

Hasta este momento, nos han dejado caer pequeñas píldoras del buen hacer del maestro, pues no solo tiene alumnos contentos dentro del instituto. Más allá de sus muros se cruza constantemente con antiguos alumnos que le saludan y ayudan en todo lo que pueden. Como, por ejemplo, en la mejor opción para llevarse un sencillo dulce de una repostería, pues le atiende una de sus anteriores discípulas.

En su llegada al instituto, en el aula del profesorado, tiene lugar una breve pero interesante reflexión en forma de conversación. Deen apenas habla, pero sí que escucha las palabras de su compañera Deborah (Kimberly S. Fairbanks), que pregunta al director si era necesario exponer la detención de Nate a todo el mundo. Con haber sido requerido en su despacho, sin más ruido, habría sido más que suficiente, pero este pretendía dar una lección. Es curioso cómo queda en evidencia que ni el director ni algún otro profesor presente sabía decir, con claridad, qué tipo de chico pensaban que era Nate. Un gran deportista, según su profesor de educación física, pero el resto apenas le conocía, y se atrevían a juzgarle de aquella manera.

Profesor Stanley Deen película

Mi casa es tu casa

El Profesor Stanley Deen acude a la prisión con la firme intención de hablar con Nate. Ante una primera negativa, exige ver al alcaide, alguien que, curiosamente, fue un antiguo alumno suyo. Por tanto, le concederá el favor de charlar con el muchacho para que le revele a quién pueden llamar para sacarle. Después de ciertas reticencias, los elegidos serán sus abuelos, a los que hace unos cuantos años que no ve, y que finalmente consiguen sacar de prisión para llevárselo a casa.

El viaje en coche, con Nate sentado en los asientos traseros, será toda una revelación de piezas del gran puzle. Tras quedarse observando un crucifijo de buen tamaño, que cuelga del retrovisor, comienzan a entremezclase escenas en las que permanecen el recorrido, los tres protagonistas y el propio vehículo. Nocturnas, con una versión infantil de Nate, como la parte inicial de Profesor Stanley Deen. Diurnas, con el chaval en la actualidad, recién salido de la cárcel. Esta sucesión de momentos, del pasado y presente, están llevados a cabo de forma magistral, con una edición muy cuidada. Continuamos recopilando visiones del pasado del chico, pero aún nos faltan las piezas más importantes.

El muchacho comenzará a trabajar en la granja de sus abuelos. Pasados unos días acudirá Deen con la intención de devolverlo a los estudios, procurando que la jueza se dé cuenta de que su alumno tiene la intención de graduarse. Al principio le costará, pero finalmente accederá, obtendrá la custodia de Nate y se quedará a vivir en su propia casa. Esta acción confirma lo que pensábamos del maestro, sus valores e intenciones para con sus alumnos, por los que hará lo necesario por mantener a salvo y guiarles por el buen camino.

Tengo amigos en todas partes

El pasado del profesor Deen será decisivo en varios momentos con Nate. Además del mencionado alcaide, también la hija de la jueza fue una alumna suya de clases de teatro, y que se encuentra en Broadway. El agente de la condicional, Barney (Jamie Harris), también fue alumno de Deen (y que en la vida real es su hermano, al igual que el director de la película).

Por momentos, encontramos más piezas del puzle de Nathan, visiones que se producen cuando se cruza con un disparador, que puede ser un simple gesto, un objeto o un lugar. Uno de esos lugares clave es un puente sobre un río. Un puente en el que contemplamos a la madre del muchacho, Gloria (Meredith Sullivan), y al pequeño Nate, deslumbrados por un coche que se detiene frente a ellos. Ella está aterrada pues del vehículo desciende un hombre que se abalanza sobre ella.

Con los días, su paso por la cárcel hace que Tina deje de hablarle, provocando en él un comportamiento irascible. Unos sentimientos que le hacen tratar de huir de sí mismo, algo del todo imposible. Su forma de ser se está transformando en algo que no desea y que quiere evitar a toda costa.

Anhelando la verdad (Spoiler)

Spoiler

Durante la conversación del Profesor Stanley Deen para convencer a los abuelos de llevárselo a la escuela, nos dejaron caer que la muerte de la madre del chico se debió a un accidente. Sin embargo, su rostro revelaba algo bien distinto. Su búsqueda culminó en la biblioteca, descubriendo la portada del periódico del día del fallecimiento. Decide imprimir la información y llevársela a casa, donde es descubierta por la compañera de Deen, Deborah, en plena limpieza tras una fiesta del chico. Una fiesta que derivó en que Deen se cansara del comportamiento de su alumno, al que valoró como un desagradecido, y que terminó por echar de casa.

Sin atisbo de futuro, sin su novia, con un juicio aproximándose, los antecedentes recientes en prisión, y tras quedarse en la calle, Nate acude al puente sobre el río. Desesperado, se encarama sobre la baranda de piedra y salta al agua. Allí observamos, curiosamente, una de las escenas más hermosas de la película, con el chico bajo el agua, realmente sintiéndose en paz, sin ruido, en plena ausencia de problemas, con el mundo en silencio. Y, entre tanto, una mano atraviesa el río helado y lo saca de esa extraña paz para ponerlo a salvo. Un conductor había detenido su coche justo antes de que se lanzase, percatándose de toda la escena.

Deen acude al hospital, descubriendo cómo tratan de reanimarlo, pidiendo a quien pudiera o quisiera escucharle que le salvara de aquello, pues no lo merecía. Y alguien debió de hacerlo, pues su corazón volvió a latir, no solo para darle una segunda oportunidad, sino también para poder conversar con Deen y Barney, su agente de la condicional, en la habitación del hospital. Había llegado la hora de saber la verdad sobre el pasado de Nate.

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Una mochila llena de piedras (Spoiler)

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Visiblemente afectado, agotado, el muchacho sabe que su futuro inmediato depende de su próximo movimiento. Y Deen también, debido a que no le han dejado más opciones a Barney, que debería notificar los últimos comportamientos del chico a la jueza. Sin embargo, comenzará a narrarles qué sucedió cuando era niño.

Nate era tan solo un crío, y se encontraba fuera de la casa al tiempo que salía su madre y se despedía de un hombre. Este se metía en su coche y se marchaba. Cuando se alejó lo suficiente, apareció de entre unos árboles otro vehículo. De él se bajó otro hombre, que se detuvo ante Nate, le miró fijamente y acudió al interior de la vivienda gritando el nombre de su madre. Cuando esta huyó hacia la casa, esperando a que entrara su hijo, el hombre aprovechó para tomar una escopeta y disparar a través del cristal de la puerta de entrada. La bala dio de lleno en Gloria, cayendo al suelo y falleciendo después. Por si esto fuera poco, cuando el niño salió al porche, aquel hombre se giró y se voló la cabeza con la misma arma.

Pero la carga era aún mayor y más compleja. El comportamiento del muchacho durante la película nos lleva a preguntarnos por qué cree que no merece la ayuda de Deen. Al parecer, su madre había dejado a su padre por maltratarla, y tenía una nueva pareja, Blake, algo que no había aceptado el primero. Y es que, en aquel instante en que el hombre de la escopeta, su padre, se detuvo ante su hijo, este le dijo que si Blake iba a ser su nuevo padre. Nate pensó, durante años, que aquella frase, inocente a todas luces, había provocado la ira de su padre, llevándole a matar a su madre.

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Toda una vida (Spoiler)

Spoiler

Liberada la carga de toda una vida, se inicia una nueva. Nate puede respirar aliviado, aun sabiendo que su próximo error podría llevarle una larga temporada a prisión, tras una última oportunidad brindada por Barney. Lo primero que hará, tras abandonar el hospital, será visitar la tumba de su madre, que procurará limpiar y a la que acompañará con una fotografía.

Un año después, en plena Navidad, le pedirá a Deen que le acompañe en coche hasta un destino desconocido. Sus pasos los llevarán hasta lo que parece un orfanato, el mismo en el que pasó varios años el propio Nate, al que llevarán montones de regalos para los niños que allí conviven. Además, les dará un par de consejos: no desesperar y aceptar la ayuda cuando se la ofrezcan.

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Para no pestañear

  • La fotografía, con la belleza de ciertas escenas, como el amanecer de Nate en el coche o cuando el joven se queda sumergido tras saltar desde el puente al río.
  • La edición de escenas del pasado de Nate, desde las entremezcladas con el presente hasta las individuales, donde vamos sabiendo más de su vida.
  • Temas míticos de los ochenta que salpican el metraje. También la propia banda sonora de la película, llevándonos a esa década, pero sin llegar a saturar en ningún momento, y acompañando muy bien en todo momento.
  • Jared Harris, da igual cuando lo leas o dónde lo veas. Uno de esos lugares, sin duda, debe ser la serie Chernobyl (2019): https://cinemagavia.es/chernobyl-serie-critica-hbo/
  • El Profesor Stanley Deen y Nathan Williams existieron de verdad, además de todo lo que surgió a raíz del profesor: una fundación para ayudar a jóvenes con problemas.

Bonus track de Profesor Stanley Deen

Enlace a la canción de los créditos finales de Profesor Stanley Deen:

Conclusión de 'Profesor Stanley Deen'

Culmina una vida corta, pero llena de dolor, angustia y oscuridad. Es curioso cómo algo tan inofensivo puede convertirse en un peso tan inmenso. La forma en que nos tomamos las cosas, las consecuencias posteriores, pueden llevarnos a recorrer caminos intransitados y tremendamente sombríos. Y cómo una forma luminosa, la del profesor Deen, que simplemente ejerce su vocación, puede devolvernos al mundo del que nunca debimos apartarnos.

Es alentador pensar en que los consejos de Stanley Deen en sus antiguos alumnos acaban por ayudar a uno actual. Su forma de ser, los valores que inspira, su inagotable paciencia, hacen que no caiga en la derrota de forma sencilla. Si ha de caer, será peleando siempre, hasta que se acaben las opciones. Y aun sabiendo que toda buena obra no está exenta de castigo, continuará defendiendo su blasón sin bajar los brazos. Pues como bien se menciona en la película, no todo el mundo tiene las mismas oportunidades, pues el campo de juego no está nivelado.

Profesor Stanley Deen es una película que deja un gran sabor de boca, pero también invita a la reflexión. Son varias historias en una que nos llevan por senderos con los que cualquiera podría sentirse identificado, independientemente del pasado de Nate. Todos hemos transitado por momentos de dolor, desesperanza, sin luz a nuestro alrededor. Y anhelamos tener la fortuna de que se nos cruce alguien como Deen, un hombro en el que llorar o un bastón sobre el que podamos sanar nuestras heridas y cicatrizarlas. Si necesitas ayuda, acéptala. Y si estás en el otro lado, ofrécela. Algo tan sencillo que, en estos tiempos tan extraños, se ha convertido en algo excepcional.

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Jesús Bravo
Cinéfilo y seriéfilo empedernido. Además de informático y aspirante a novelista, me peleo con la fotografía y la videocámara. Mi primer recuerdo de un cine fue viendo "El rey león". Desde entonces, no he dejado de soñar con ovejas eléctricas.
profesor-stanley-deen-critica-pelicula-estreno-cineProfesor Stanley Deen es una película que deja un gran sabor de boca, pero también invita a la reflexión. Son varias historias en una que nos llevan por senderos con los que cualquiera podría sentirse identificado, independientemente del pasado de Nate. Todos hemos transitado por momentos de dolor, desesperanza, sin luz a nuestro alrededor. Y anhelamos tener la fortuna de que se nos cruce alguien como Deen, un hombro en el que llorar o un bastón sobre el que podamos sanar nuestras heridas y cicatrizarlas. Si necesitas ayuda, acéptala. Y si estás en el otro lado, ofrécela. Algo tan sencillo que, en estos tiempos tan extraños, se ha convertido en algo excepcional.

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