"Quiero colapsar a tu lado": La ecoansiedad a escena

Dos amigas y un amigo deciden emprender un viaje hacia los claroscuros de la crisis ecosocial. Sus propias experiencias servirán de canal para ofrecer testimonios de activistas globales, pequeños proyectos locales, personas afectadas, personajes históricos o incluso familiares… Pero también aportarán reflexiones, reacciones emocionales, ilusiones, miedos, y confesiones…

¿Cómo nos relacionamos desde lo individual y desde lo colectivo para convivir con lo que está por llegar o alejar la amenaza? ¿Cuál es la manera de activar y reactivar nuevas formas de reconstrucción y reparación?

Quiero colapsar a tu lado es un intento de poner luz donde apenas la hay.

Una apuesta conciliadora y realista sobre el futuro del planeta y la humanidad.

Un espacio de encuentro entre seres sensibles.

Un movimiento vital.

Una necesidad. (SALA CUARTA PARED). 

De lo individual a lo colectivo

Ya lo dijo ella, Rakel Camacho, en una entrevista, la directora de escena y actriz tiene claro que para hacer el teatro en el que cree “hay que ir a pecho descubierto”. No hay otra forma de abordar la escena y seguramente tampoco la vida. Su teatro, como la vida, está cargado de preguntas que nos adentran en una reflexión social que, más allá de ofrecer certezas, regala realismo e ilusión. Porque, aunque parezcan fenómenos contrarios, no lo son si se miran con los ojos de una compañía de teatro que lleva desde 2009 abogando por otras formas de relación entre el arte y la ciudadanía. No en vano sus valores son la equidad, la participación, la coherencia y el cuidado.

Con Quiero colapsar a tu lado, la compañía pone el foco en la crisis ecosocial, porque no estamos solo ante una crisis ecológica, como la que ya vivimos en los primeros 90, o al menos yo recuerdo haberla vivido en mi cabeza, sino ante un trastorno social. Ante los datos alarmantes del cambio climático, La Rueda Teatro Social compone una obra a caballo entre la realidad y la ficción, poniendo en escena tres puntos de vista diferentes ante una problemática global.

El título ya nos da una pista de la intención, de la idea de un mundo colectivo, que, si colapsa, en el caso de que lo haga, porque todo apunta a que sí, ojalá nos pille unas al lado de las otras. Que me pille a tu lado. Da igual si pensamos diferente, si no crees que esto vaya a ocurrir, o si me llamas exagerada por tener en casa una compostera con gusanos vivos. Tenemos que estar juntas ante este colapso, si no para buscar soluciones, al menos para compartir el dolor.

Que el ritmo no pare

El ritmo, la cadencia, algo tan determinante en el teatro, no nos permite la reflexión momentánea ya que los intérpretes nos ofrecen demasiados datos, cuerpos y pieles, veces, quemadas, con los que identificarnos. También experiencias de las que huir. La subida de las temperaturas, la generación de residuos por parte de los países más ricos, consecuencia de un consumo desaforado e inconsciente o la desaparición de la tierra fértil son algunas de las incomodidades con las que lidiar en escena y fuera de ella. Fernando Gallego, Sandra Arpa y Laura Presa alzan su voz por el planeta y dan voz también a personajes reales que intentan curar la herida de la Tierra.

La música en escena nos da un respiro, aunque podría tratarse también de un alivio irónico “No, no hay que llorar, que la vida es un carnaval y es más bello vivir cantando” y se te van los pies mientras el mundo se derrumba. A tus pies. La roca de cartón pluma que permanece colgada en escena, sirve de pantalla para que se vayan proyectando las imágenes que acompañan al texto: incendios, vertederos, entrevistas a activistas climáticos o víctimas de la empatía. Si eres de las que te preguntas ¿Qué fue de los renacuajos? o ¿Por qué ya no tenemos que devolver los cascos de las botellas de vidrio a la tienda?, Quiero colapsar a tu lado podría ser tu obra de teatro, y si no, posiblemente también, aunque quizás no lo sepas.

Transformar la ecoansiedad

Para Rakel Camacho lo más importante en escena, por encima de la palabra, es el cuerpo,  ”la fisicidad de los actores” y por ello es primordial elegir el elenco para cada obra de tal forma que cada uno de los y de las intérpretes se entregue. En Quiero colapsar a tu lado se siente la entrega en cada parlamento y el conjunto escénico nos traslada a una inquietud difícil de definir. El argumento del fin del mundo no es para menos. Sin embargo, la música y el humor nos permiten completar esa ansiedad, o ecoansiedad, y hacerla útil, o, al menos, transformarla en alternativas.

Puede que usemos el coche para llegar hasta la sala de teatro en la que ver Quiero colapsar a tu lado, aunque no se aconseja, o puede que no tengamos muy claro que reciclar sirva para algo, sin embargo, al salir de la función vamos a querer saber más de la crisis ecosocial. Vamos a necesitar ser más conscientes del mundo en el que vivimos y, a lo mejor, quien sabe, nos compramos una compostera.

Conclusión

El teatro en general, como la actividad artística sostenible que es, y Quiero colapsar a tu lado, en particular, nos dan da la oportunidad de ver que solo la cooperación nos salvará, que no somos nadie sin el otro y que solo tenemos un planeta. No la desaprovechemos.

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