Desde que Bram Stoker escribió Drácula en 1897 han sido muchas las veces que la figura del vampiro más famoso de la historia ha sido representada en la gran pantalla. El conde de Transilvania ha sido interpretado por actores de la talla de Christopher Lee o Gary Oldman –en la que, quizá, sea la película más emblemática sobre el personaje hasta la fecha dirigida por el mismísimo Coppola–, y este año vuelve encarnado por Nicolas Cage en Renfield (2023) de la mano de Chris McKay. Sin embargo, este film no trata sobre el conde Drácula, sino sobre otro de los personajes de la novela original de Bram Stoker: Renfield (Nicholas Hoult), el asistente del vampiro, quien se encarga de llevarle víctimas para alimentarse de ellas y, así, poder seguir conservando su poder. Estrenada el 14 de abril de 2023 en salas de cine españolas.
Crítica de 'Renfield'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Renfield
Título original: Renfield
Reparto:
Nicholas Hoult (Renfield)
Nicolas Cage (Dracula)
Awkwafina (Rebecca)
Ben Schwartz (Tedward Lobo)
Adrian Martinez (Chris)
Shohreh Aghdashloo (Bellafrancesca Lobo)
Bess Rous (Caitlyn)
Brandon Scott Jones (Mark)
Jenna Kanell (Carol)
Caroline Williams (Vanessa)
Camille Chen (Kate)
Danya LaBelle (Karla)
Rhonda Johnson Dentsver (Sharon)
Año: 2023
Duración: 93 min.
País: Estados Unidos
Director: Chris McKay
Guion: Robert Kirkman, Ryan Ridley. Idea: Robert Kirkman
Fotografía: Mitchell Amundsen
Música: Marco Beltrami
Género: Comedia de Terror
Distribuidor: Universal Pictures International Spain
Tráiler de 'Renfield'
Libro recomendado
Sinopsis
El mal no sería eterno sin un poco de ayuda.
En este moderno y monstruoso relato sobre el fiel ayudante de Drácula, Nicholas Hoult (Mad Max: Furia en la carretera, la saga X-Men) encarna a Renfield, el torturado asistente del vampiro más narcisista de la historia, interpretado por el ganador de un Oscar® Nicolas Cage. Renfield se ve obligado a procurarle víctimas a su amo y hacer todo aquello que este le ordene, por inmoral que sea. Pero ahora, tras siglos de servidumbre, Renfield está listo para descubrir si hay vida lejos de la alargada sombra del Príncipe de las Tinieblas. ¿El problema? Que no sabe cómo romper esa relación de dependencia. (Universal Pictures International Spain)
Dónde se puede ver la película en streaming
92 años después
Renfield es, a todos los efectos, una secuela de la película de Tod Browning Drácula (1931). Así lo refleja su prólogo en el que vemos cómo Chris McKay rinde homenaje al clásico encuadrando el rostro de Nicolas Cage como hizo en su día Browning con el Drácula de Béla Lugosi. Y es que en cuestión de unos pocos minutos, Renfield, resume los hechos ocurridos en el film de 1931 variando ligeramente el final para poder darle continuidad a la historia y ubicarla en la época actual.
Comedia y toxicidad en Renfield
Lo que se espera en una película de Drácula son dosis de terror y suspense enmarcadas en un viejo castillo, pero Renfield tiene un tono totalmente opuesto. Chris McKay utiliza la comedia más clásica del slapstick junto con un gore extremadamente desmesurado para narrar una historia surgida del resultado de la siguiente fórmula: ¿Qué pasaría si el asistente de Drácula quisiera redimirse y llevar una vida normal?
Dentro del festival de golpes y sangre que es Renfield se encuentra presente la temática principal del film: las relaciones tóxicas. El personaje de Nicholas Hoult trata de huir de la relación de dependencia que mantiene con su “jefe”, quien le hace la vida imposible, con la ayuda de Rebecca (Awkwafina), una policía que investiga un caso en el que Renfield y el conde se ven envueltos.
La importancia del carisma
Renfield empieza con una fuerza y un ritmo frenéticos que, poco a poco, se van apagando hasta desembocar en un clímax, a mi ver, precipitado. Nicholas Hoult y Awkwafina se ven relegados cada vez que Nicolas Cage aparece en pantalla, aún interpretando, este, un papel secundario. Ojo, no estoy diciendo que la pareja protagonista esté mal, sino que el carisma de Cage es innato y su Drácula mola bastante.
Aún así, nunca está de más pasar una hora y media llena de sangre –aunque esté hecha con unos FX un tanto abusivos– y de desmembramientos, siempre que se tenga claro el tono y la intención de la película: entretener. Porque el film de Chris McKay es entretenido, pero nada más.
Reportaje de Renfield en Días de Cine TVE
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