El 23 de febrero llegó la última pieza del ciclo Miró: Reyes del mundo, en el Teatro de la Abadía. Este 25 de febrero se cierra esta muestra en honor al dramaturgo Josep María Miró. La pieza refleja la relación entre Juan March, reconocido banquero, y el humanista Joan Mascaró. Protagonizada por Carmen Conesa, Jordi Figueras, Rodo Gener y Toni Gomila, ha logrado el beneplácito de crítica y público.



Reyes del mundo en Teatro de la Abadía

Crítica de 'Reyes del mundo'

Ficha Técnica

Título: Reyes del mundo
Título original: Reis del món

Reparto:
Carmen Conesa
Jordi Figueras
Toni Gomila
Rodo Gener

Duración: 120 min. apróx.
Dirección: José Martret
Dramaturgia: Josep María Miró
Texto original: Sebastià Alzamora
Traducción al castellano:
Eva Vallines
Escenografía:
Rafel Lladó
Iluminación:
David Picazo
Vestuario:
María Miró
Espacio sonoro:
Jaume Manresa
Coreografía:
Roberto Alonso
Ayudante de dirección:
Pedro Mas
Vídeocreación:
Toni Bestard
Producción: Teatre Principal de Palma de Mallorca

Presentación de 'Reyes del mundo' 

Sinopsis de 'Reyes del mundo'

Reyes del mundo se sitúa en Santa Margalida (Mallorca). Allí nacieron el oligarca Joan March y el humanista Joan Mascaró. Uno, compulsivo hombre de negocios, rico y poderoso. El otro, humanista empedernido dedicado a la empresa de difundir la cultura hindú en occidente. Estos dos hombres, que se encuentran en las antípodas a la hora de entender el mundo, se dan cita en un despacho a principio de los 50, en un texto contundente, reflexivo, lleno de pensamiento. (TEATRO DE LA ABADÍA). 



Reyes del mundo
Foto de Teatre Principal de Palma de Mallorca

Juntos y revueltos

Josep María Miró pone sobre las tablas Reyes del mundo, basado en el texto homónimo de Sebastià Alzamora. El dramaturgo adapta una obra que muestra la relación entre Juan March y Joan Mascaró, dos grandes figuras de la historia española del siglo XX. Desde el primer momento, se mantiene la figura de los narradores de la pieza original, lo que permite y facilita los distintos viajes en el tiempo que se realiza con cada uno de los personajes. Asimismo, hay que aplaudir la forma de establecer qué episodios mostrar ante el espectador y de qué forma hacer que confluyan los diferentes personajes con la línea narrativa principal.

Sin duda, logra fascinar a los espectadores con el cuidado que se pone ante los dos personajes, aunque cabe decir que tiende a una mayor luminosidad en el retrato de Mascaró. Aun así, a Juan March lo dota de varios matices que, incluso, en esa imagen de frialdad contextualizada en el poder, se ve la vertiente humana, como sucede con la relación con su mujer. Con lo cual, el libreto es de una calidad alta, ya que mantiene al espectador en todo momento atento ante lo que sucede sobre las tablas. También cabe destacar el cuidado de las palabras, dado que configura frases que se quedan en la memoria de los asistentes.

Teatro de la Abadía
Foto de Teatre Principal de Palma de Mallorca

La vida detrás de la figura

Una de las principales razones por las que no se debe perder nadie Reyes del mundo es su magnífico elenco actoral, todos y cada uno de ellos están impresionantes. En primer lugar, Carmen Conesa es un auténtico espectáculo de talento, de la templanza de Kathleen Ellis a registros más atrevidos y llenos de comedia. Además, no solo le acompaña su trabajo dramático, sino un cuidado con la voz y la expresión, donde se identifica un gran trabajo de vocalización. También llena de una energía muy especial el escenario, estando siempre presente. Sucede lo mismo con Jordi Figueras, quién en su labor de narrador, logra ser una pieza fundamental. Su labor escénica es impoluta, refleja a la perfección las contradicciones de su personaje. Un ejemplo de su compromiso, es su última escena, con un cuidado en la gestualidad emocionante.

Rodo Gener se transforma en Joan Mascaró, a pesar de explorar distintas partes de su vida, Gener le da una contundencia y una verosimilitud, que hace innecesario tener que envejecerle en ningún momento. Su trabajo es una maravilla, dentro de esa tranquilidad y esa paz, se ve una consistencia absoluta. Se sale a todos los niveles y sin necesidad de grandes aspavientos, sino bajo una contención muy bien medida. Por último, pero igual de importante que sus compañeros, Toni Gomila, quién tiene el reto de convertirse en Juan March. Apoteósico, se deja la piel en cada escena, lleno de energía. Por otro lado, mencionar cómo sabe dar a cada escena su tono, su espacio, su manera de interactuar, extraordinario. Como apunte, su parecido con March todavía añade más valor a su trabajo.

Teatro de la Abadía
Foto de Teatre Principal de Palma de Mallorca

Un puzzle de vida

La propuesta escénica de Reyes del mundo se lanza a una construcción ambiciosa y cumple con su cometido. Como pieza angular, una escenografía de grandes dimensiones, que muestra las ruinas de un aula, en alusión a la profesión de docente de Mascaró y al propio pasar del tiempo. Así, se irá transformando según necesidades del libreto, pero también se utilizará más espacio que expande la acción y crea un dinamismo certero. El diseño de iluminación, así como el espacio sonoro es otro de los aciertos, acompañando en todo momento a la pieza. Especial mención a la labor de los técnicos, quiénes son necesarios para los cambios en el escenario y lo realiza con gran rapidez.

El vestuario seleccionado en cada una de las partes es apropiado y en consonancia con la identidad de la pieza. Únicamente, un aspecto que no logra encontrar su lugar es el audiovisual, el cual se queda algo de fondo y no termina de conectar con el resto de elementos artísticos, por lo que, genera incluso al de distracción al no verse en consonancia con los demás aspectos técnicos y artísticos. Por otro lado, el montaje goza de buen ritmo, lo que hace que la duración ni se note y se disfrute en su totalidad de la pieza. En resumen, técnica y artísticamente también logra engatusar a los espectadores.

Reyes del mundo
Foto de Teatre Principal de Palma de Mallorca

Conclusión

Reyes del mundo explora la relación entre Juan March y Joan Mascaró mediante una pieza a lo grande que encandila a los espectadores. En primer lugar, se valora la dramaturgia de Josep María Miró, quién logra llevar a los asistentes ante ese viaje histórico. Después, un elenco de máxima calidad, cada uno de ellos es una maravilla sobre el escenario. Por otro lado, el despliegue técnico y artístico goza de unas construcciones ambiciosas, que encajan a la perfección, con muy buen cuidado de la iluminación y el espacio sonoro. Menos suerte corre el audiovisual, que no termina por encontrarse. Un retrato socio-cultural de dos grandes figuras, que logran impresionar y dejar un poso tras disfrutarla.

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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
reyes-del-mundo-critica-teatroExplora la relación entre Juan March y Joan Mascaró mediante una pieza a lo grande que encandila a los espectadores. En primer lugar, se valora la dramaturgia de Josep María Miró, quién logra llevar a los asistentes ante ese viaje histórico. Después, un elenco de máxima calidad, cada uno de ellos es una maravilla sobre el escenario. Por otro lado, el despliegue técnico y artístico goza de unas construcciones ambiciosas, que encajan a la perfección, con muy buen cuidado de la iluminación y el espacio sonoro. Menos suerte corre el audiovisual, que no termina por encontrarse. Un retrato socio-cultural de dos grandes figuras, que logran impresionar y dejar un poso tras disfrutarla.

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